"En la
recuperación, las mujeres somos las primeras en activarnos, porque al
momento nos encargamos de organizar la recogida de agua, la elaboración
de la comida, la seguridad de niños y ancianos"
La Habana, 18 jul. 18. AmecoPress/SEMlac.- Mayelis
Sánchez Acosta y Magalis Benites Zamora hablan con orgullo de sus
comunidades. Ellas son protagonistas, junto a otras mujeres y hombres,
de importantes transformaciones en respuesta a huracanes y la sequía en
Cuba.
Sánchez Acosta y Benites Zamora presentaron sus experiencias
en proyectos comunitarios del oriente del país durante el X Congreso
Internacional sobre Desastres, celebrado en La Habana del 2 al 6 de
julio.
A pesar de todas las dificultades, Sánchez Acosta cree que
Mata-Guandao hoy es una comunidad más segura. El Consejo Popular, que
incluye varios asentamientos, está enclavado en la zona litoral del
municipio Baracoa en la oriental provincia de Guantánamo.
En octubre de 2016 el Huracán Matthew, de categoría cuatro en la
escala Saffir-Simpson, azotó con furia esa región del país provocando
severas afectaciones.
Como parte de la recuperación, a Mata-Guandao llegó el proyecto
"Participa por una comunidad segura. Recuperación de las condiciones
básicas de vida de las familias afectadas por el paso del huracán
Matthew", acompañado por Oxfam y el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR).
"Para nosotros esta experiencia ha sido muy importante, para mejorar y
hacer más seguro el consumo de agua, recuperar las viviendas afectadas
por el ciclón y, fundamentalmente, para que las mujeres despertáramos y
nos diéramos cuenta de todo lo que podemos hacer", comenta Sánchez
Acosta.
La representante de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en la
comunidad presentó los resultados del proyecto junto a Ruber Pérez
Borges, delegado del Consejo Popular, quien expuso sus dos fases
fundamentales: fortalecer las capacidades de agua segura, higiene y
saneamiento de 2.000 familias y la colocación de 500 módulos de techos
seguros de hasta 70 metros cuadrados.
"En la recuperación, las mujeres somos las primeras en activarnos,
porque al momento nos encargamos de organizar la recogida de agua, la
elaboración de la comida, la seguridad de niños y ancianos. Pero el
proyecto nos mostró que podemos hacer más", declara Sánchez Acosta.
En efecto, a partir de la realización de un diagnóstico participativo
con enfoque de género en la comunidad, se realizaron talleres e
iniciativas diversas. Se organizaron dos brigadas, una para el montaje
de los techos y la otra para el monitoreo y evaluación de los procesos.
En ambas participan mujeres y hombres.
Temas como la igualdad de género, iniciativas económicas, violencias
contras las mujeres y su prevención, consejería familiar y apoyo a las
mujeres, autocuidado y trabajo comunitario con enfoque de género
formaron parte de programas de capacitación en la comunidad.
Mayelis Sánchez Acosta integra una de las brigadas de monitoreo, un
equipo que da seguimiento a la rehabilitación de los techos, la
satisfacción de las familias, al estado de opinión sobre el equipamiento
y el proceso.
"La brigada nos permite identificar cambios e ir haciendo sugerencias
al Consejo Popular desde lo que piensa la propia población. Además,
permitió que se reconociera la capacidad de las mujeres para hacer
frente a los procesos de rehabilitación comunitarios, que los hombres de
la comunidad contaran con sus opiniones y valoraciones en el proceso de
colocación de techos", asevera la joven de 25 años.
La participación comunitaria también está en el centro de la
respuesta ante la sequía. Aunque hoy Magalis Benites Zamora sonríe por
las noticias de presas aliviando y se preocupa por las inundaciones que
afectaron el centro del país en mayo pasado, en 2016 el panorama de su
comunidad le generaba desesperación, con una de las peores sequías de
los últimos 100 años.
"¡Dale agua! Un proyecto de respuesta a la sequía" apostó por el
conocimiento, la movilización y participación de habitantes del Consejo
Popular Dos Ríos, ubicado en el municipio Palma Soriano, de Santiago de
Cuba.
"Una de las fortalezas de la respuesta fue concebirse y construirse a
partir de la información sobre el territorio y del diagnóstico de las
demandas de la población, específicamente de las necesidades de mujeres y
personas con discapacidad", opina Benites Zamora.
La iniciativa, que tuvo como protagonista a la comunidad, fue
implementada por el gobierno y acompañada por Oxfam con financiamiento
de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda
Humanitaria Europeas (ECHO).
La creación y funcionamiento de Comités de Agua, conformados por
habitantes de la comunidad, fue un elemento novedoso del proyecto. Los
Comités se encargan de cuidar, limpiar y mantener el tanque comunitario,
manejar los fondos comunes para su llenado y organizar los cronogramas
de repartición equitativa de agua en las comunidades.
"Un resultado no esperado del proyecto fue su contribución a
disminuir riesgos de salud en relación con el consumo de agua segura.
Autoridades de higiene y epidemiología del territorio manifestaron que
hubo un descenso de la incidencia de enfermedades diarreicas. También
ayudó en la reducción de focos de mosquitos, gracias a la entrega de
tanques con sus tapas y los conversatorios comunitarios incidieron en
que la población asumiera buenas prácticas relacionadas con este tema",
afirma la Delegada del Consejo Popular y Diputada a la Asamblea Nacional
del Poder Popular.
Reconocer el impacto diferenciado de los desastres en mujeres y
hombres, apostar por la participación en equidad y generar capacidades
son elementos que ambas entrevistadas por SEMlac identifican como
fundamentales para la adaptación ante el cambio climático y la
prevención de desastres. Los proyectos que han protagonizado sus
comunidades muestran evidencias de que es posible.
Foto: Archivo AmecoPress.
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