Con la aprobación del dictamen de reforma a los artículos
3, 31 y 73 constitucionales, el Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación (SNTE) se declaró no sólo
aliadodel presidente Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación, también se asumió como su
ejército intelectual, por lo que participarán activamente en la difusión de los objetivos y contenidos de la nueva reforma educativa.
En conferencia de prensa, Alfonso Cepeda Salas, secretario general del gremio, aseguró que
sin ser un sindicato de Estado, somos institucionalesal brindar el apoyo al presidente en turno, sin importar su filiación ideológica o partidista, aunque aclaró que no son un sindicato
acomodaticio o convenenciero.
Insistió que la diferencia entre un gremio de gobierno y uno institucional
es muy evidente: uno de gobierno significa ser un sindicato blanco, a disposición de las directrices que en su momento emita un nivel de gobierno. Por ejemplo, las secciones sindicales en los estados, la propia Secretaría de Educación Pública o la Presidencia de la República. Nosotros defendemos nuestra capacidad de autodeterminación y el respeto a mantener nuestro carácter autónomo como sindicato. Las decisiones que haya que tomar serán nuestras, aseguró.
Durante los trabajos de la cuarta sesión del Secretariado Nacional
–que agrupa a los secretarios seccionales y dirigentes nacionales–,
exhortó al Senado a ratificar la iniciativa de reforma antes de que
concluya el periodo ordinario de sesiones el 30 de abril para que pase a
la discusión de los congresos estatales, donde debe aprobarse –al menos
en 17– debido a que es una reforma constitucional.
En su mensaje ante medios de comunicación, Cepeda Salas aseguró que los
maestros institucionaleshan participado en las diferentes etapas de construcción del nuevo acuerdo educativo, el cual, aseguró, recoge la mayoría de sus demandas: que el Estado cumpla el derecho a la educación de niños y jóvenes; el fortalecimiento de las escuelas normales; la obligatoriedad de la educación inicial; la gratuidad de la educación superior; y la eliminación del vínculo entre evaluación y permanencia.
Al ratificar el acompañamiento del SNTE al gobierno de López Obrador y
su propuesta de acuerdo educativo, el dirigente magisterial aseguró que
se sumarán a la elaboración de las leyes secundarias, pero también a
las reformas que se apliquen a planes y programas de estudios, y a los
materiales educativos.
Cuestionado sobre las prácticas de corrupción en la asignación de plazas docentes, afirmó que desde 2008 en el SNTE
estuvimos de acuerdo en que la asignación de las plazas se diera mediante procesos de evaluación, por lo que aseguró que
no sabemos en qué sindicato se dé este tipo de prácticas.
En cuanto al artículo decimosexto transitorio del dictamen –donde se
reconoce que los derechos laborales de los trabajadores de la educación
se regirán por el ar-tículo 123 apartado B, a excepción del ingreso,
promoción y reconocimiento– destacó que
recibimos con beneplácito este acuerdo, porque no podemos estar como trabajadores al servicio del Estado en orfandad jurídica, desde nuestro origen pertenecemos al apartado B del artículo 123, y celebramos que seguimos en esta condición.
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
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