Pedro Echeverría V.
1. La libertad, la democracia, la justicia, siempre han sido de clase; han obedecido, han servido, a la clase social dominante. Cuando el presidente López Obrador repite la consigna de los estudiantes parisinos de 1968 de “Prohibido prohibir” olvida que fue escrita en las paredes contra las prohibiciones de la clase dominante, la burguesía. Prohibido prohibir las protestas, salir a la calle o pintar consignas en las paredes; los estudiantes que luchaban por la liberación combatieron con todas sus fuerzas a los multimillonarios, a los represores, a los explotadores de obreros, a los medios de información que manipulaban engañando a la gente.
2. El grito de libertad, democracia o justicia, es un grito clasista que debe estar al servicio de los trabajadores; pero la burguesía también se apropió de ellos. Recuerdo que Marx en algún lugar de su gran obra, definió que la libertad la usaba la burguesía para “chalanear”, es decir, para negociar, cambalachear, comerciar. La libertad de comercio, de acumular capitales, de poseer grandes y muchas propiedades, ha sido el premio que logró la burguesía con sus revoluciones. Lo mismo sucedió con la democracia y la justicia que la clase dominante colocó en las Constituciones como valores que no podía permitir que se les vaya de las manos.
3. López Obrador en sus conferencias nos señala con toda la razón, que los medios de información, TV, radio, prensa, como conservadores, derechistas, neoliberales, manipuladores, dedican su tiempo y espacios a hacer propaganda contra el pueblo; sin embargo repite que tienen libertad de expresión. Demuestra AMLO todos los días que el diario Reforma, siempre engaña, miente, manipula, pero él señala que tiene plena libertad. ¿Olvida AMLO que el nivel de conciencia, de cultura, de comportamiento, de sometimiento, de docilidad, de cobardía, del pueblo mexicano ha sido formado por la iglesia y los medios de información?
4. Alguien me decía: “Si tú, libertario, no quieres darle una ideología a tus hijos para que no te acusen de manipulador, se los dejas a la TV para que lo manipulen a su antojo; ¿por qué mejor no los ayudas a pensar y ser crítico del mundo que lo rodea?” Me parece que es el problema de la escuela o la educación: el 99.9 de los profesores obedecen una orientación, un programa, materias, que les impone por el gobierno y, en vez de criticar la ideología de esos programas, se entretienen peleando por horas de clase o salarios. Nunca se dan cuenta del contenido capitalista que difunden ni de los métodos autoritarios que enseñan. La burguesía feliz.
5. La libertad no es hacer lo que a cada quien se le antoje (por ejemplo mentarle la madre al gobierno), mucho menos puede ser un principio de obediencia a la autoridad. No es un círculo donde se encierran derechos particulares. Parece que libertad es tener conciencia (conocimiento) de lo necesario. No es un problema de marchar alineados, mantener el orden, la disciplina, la obediencia, cantar el himno, saludar la bandera, como se ordena externamente; es más bien un problema de conciencia de hacer las cosas necesarias para lograr avanzar un proceso. En fin, los anarquistas que son los campeones de la libertad, consideran a ésta asunto de la colectividad.
6. La libertad nunca podrá ser para joder o explotar. El gobierno de López Obrador que sabe y repite a diario, muchas veces, que la situación desastrosa que vive el país es fruto de la corrupción, que denuncia a veintenas de políticos que “está probado quienes son los directamente culpables” y no actúa para encarcelarlos, pues comienza a cansar, a fastidiar como si fuera simplemente demagogia. ¿Cómo es posible que se hayan hecho negocios, robos, trafiques, de 10 o 20 mil millones de dólares y los culpables con nombres y apellidos sigan sin ir a prisión? ¿Para qué tantas horas de conferencia si los expresidentes y los descaradamente defraudadores siguen libres? (23/IV/19)
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