La Jornada
César Valdez*
Lo que pasó durante la noche del 24 de abril al discutirse y votarse en la Cámara de Diputados la minuta con la que se pretendió eliminar la reforma educativa heredada del peñismo fue una simulación.
Al hacer uso de la palabra, el diputado panista por Nuevo León, Ernesto Alfonso Robledo, –en medio de un discurso ciertamente hipócrita que fingió olvidar el apoyo incondicional que su partido dio a los cambios legislativos en materia educativa en el sexenio pasado– tuvo razón cuando dijo que el dictamen aprobado es “una mal llamada abrogación de la mal llamada reforma educativa“. Luego, en un despliegue de condescendencia discriminatoria diría:los maestros no merecen ser engañados, ni siquiera los de la CNTE.
Llamó la atención la uniformidad de criterios de fondo que se mostró en las exposiciones de la mayoría de los legisladores que hicieron uso del micrófono, fueran independientes, del PRD, PT, PVEM o Movimiento Ciudadano, todos alineados a las directrices del Palacio Nacional vía la mayoría de Morena. Una nueva versión de laaplanadora, que ahora aplastó a un PRI y un PAN a los que no les quedó más que hacer de oposición testimonial, con un intento fallido de ligar el contenido del dictamen a discusión con una presunta alianza de Andrés Manuel López Obrador con la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Esa aplanadora discursiva y argumentativa, y el consiguiente resultado de la votación aprobatoria de la minuta, no quitaron a la acción legislativa su carácter demadruguete, como la calificó en la víspera la Sección 22 de la CNTE, pues efectivamente se llevó a cabo sin el aval ni el apoyo o participación del magisterio disidente que sigue firme en su exigencia de la abrogación o cancelación total y definitiva de la reforma impuesta durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En lugar de eso, el coordinador de la mayoría de Morena, Mario Delgado, adelantó la noche del 23 de abril que se había llegado a un acuerdo con las demás bancadas para subir al pleno a votación un dictamen que como quedó claro, no tuvo absolutamente ningún cambio respecto al que en su oportunidad el magisterio disidente no aceptó, precisamente ese dictamen que el propio Delgado se comprometió a meter a consulta con las bases magisteriales.
No dejó dudas al respecto el diputado Mario Alberto Rodríguez Carrillo, del PES, quien eufórico estableció:Yo reconozco en Miroslava Carrillo, sobre todo en Adela Piña, la resistencia que tuvo, junto con su coordinador de bancada y presidente de la junta de coordinación política, compañero Mario Delgado, de haber resistido las embestidas a esta cámara y que el dictamen que se entregó hace unas semana siga siendo el mismo, reconozco esa parte de los compañeros, ¡el dictamen es el mismo!, ¡resistimos a las presiones!.
El mismo dictamen que despertó una nueva ola de firmes manifestaciones de repudio de la Coordinadora, así como de múltiples sectores y líderes incluso dentro de Morena, como es el caso del filósofo Enrique Dussel, quien opinó que el multicitado dictamen reproducía el 99 por ciento de la reforma peñista.Están recauchutando la misma ley, enfatizó, para manifestar su apoyo a la CNTE, ofreciendo incluso unirse a sus manifestaciones públicas. (liga: https://www.facebook.com/ cristinasadasalinas/ videos/445260509611691/)
Queda así claro que toda la estrategia comunicacional y discursiva que AMLO y los legisladores de la 4T han desarrollado en los pasados días, y de manera destacada el papel del memorándum de Andrés Manuel López Obrador que ordenaba no acatar la ley educativa vigente, no fue sino un intento de manipulación para que la opinión pública se convenciera de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación sigue siendo la mala de la película, la intransigente; muy al modo en que Carlos Salinas de Gortari se dirigió a inicios de su sexenio al recién creado PRD con la frase:esos del todo o nada, en un golpe de timón que recuerda mucho a la jugarreta legislativa que el foxismo recetó al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con el apoyo de la oposición parlamentaria deizquierda. Hoy los signos políticos se invirtieron pero la fórmula es tristemente demasiado parecida como para ignorarla.
¿Dónde está pues la novedad y losconsensosde los que habló con voz meliflua y conmovida Mario Delgado? Podemos responder sin duda que novedad no hay ninguna y que los consensos fueron únicamente con la derecha partidista y no como se había prometido, con el magisterio crítico, ese al que Andrés Manuel López Obrador acusa de ejercer unconservadurismo de izquierda, junto con todas las luchas populares que no coincidan de manera incondicional con la visión gobiernista.
Como dicen en la CNTE: queda por delante otro sexenio de lucha.
La Cuarta Transformación va a encontrarse con una hebra muy larga y resistente al haber jalado este hilo.
*Periodista
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