Miguel Concha
La Jornada
El Instituto Nacional
de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) es la
institución pública más importante de México. Desde hace 75 años, desde
que las instituciones antecesoras iniciaron actividades en 1943,
desarrolla investigación agrícola, pecuaria y forestal. A partir de 1985
se transformó en el Inifap. Las innovaciones tecnológicas y las
variedades mejoradas sustentaron el
Milagro del Campo Mexicano, reconocido en el mundo por el crecimiento económico, que en el campo fue de 1945 a 1970 de 7 por ciento, el doble de lo que crecía el país.
El milagro se sustentó en la investigación de más de mil 400
variedades mejoradas de los cultivos de importancia para México: más de
300 variedades de maíz; más de 160 de frijol; 250 de trigo; 60 de arroz;
50 de papa; 30 de cebada y 45 de soya, y en la estructura de
producción, abandonada después por el neoliberalismo.
Las inadecuadas políticas agropecuarias, el cierre de fertilizantes
mexicanos, de la Productora Nacional de Semillas, de la extensión
agrícola, el seguro y el crédito agrícola, y la escasa inversión en
investigación, llevaron al país, a la crisis alimentaria de México más
grave de su historia, con importaciones cada año de 16 millones de
toneladas de maíz, 5 de trigo, 85 por ciento de arroz, 97 por ciento de
soya y 400 mil toneladas de frijol, con la consiguiente fuga de divisas,
abandono del campo, y crisis en la cantidad y calidad de la
alimentación de los mexicanos. Los gobiernos neoliberales apostaron por
importar en lugar de producir en el país, y abandonaron el campo y los
apoyos a la investigación nacional.
Con la intención equivocada de traer tecnología de otros países, en
2003 Vicente Fox pretendió cerrar el Inifap. Al no lograrlo, decidieron
extinguirlo, cancelando plazas y limitando su presupuesto y apoyo a la
investigación –pretendiendo con ello que desapareciera por inanición–, a
la vez que otorgaron los apoyos al Centro Internacional de Mejoramiento
de Maíz y Trigo (Cimmyt), cuya misión y objetivos no corresponden con
los del Inifap y suplantan las responsabilidades de las instituciones
nacionales. Para formalizar, en acuerdo con Sagarpa y Cimmyt, la
autorización de Masagro (Programa de Modernización de la Agricultura
Tradicional), colocaron desde la Sagarpa, ahora Sader, a un nuevo
director general, y, para dirigir la investigación y transferencia de
tecnología, al doctor Salvador Fernández Rivera como director de
Investigación y Vinculación, y pusieron al servicio de este programa
otros recursos federales y estatales (fundaciones, extensionistas).
Cometiendo además dumping contra investigadores nacionales, entregaron la responsabilidad de incrementar semillas.
En el Inifap se mantuvo por 10 años al director general y a su
director de Investigación y Vinculación, quienes fraguaron la colusión
con Sagarpa, Cimmyt y Masagro. Este último programa ofreció en 10 años
el incremento de la producción de maíz y trigo en varios millones de
toneladas, así como la sustitución de 1.5 a 3.0 millones de hectáreas de
criollos por híbridos. Después de ocho años de operación, Masagro no ha
cumplido sus compromisos, como lo confirman artículos científicos y
otros documentos de investigadores como el doctor Antonio Turrent
Fernández.
El 16 de julio de 2018 Enrique Peña Nieto designó como director
general en el Inifap al doctor Fernando de la Torre Sánchez, y por parte
de Sader está a cargo de la relación con el Inifap el doctor Salvador
Fernández Rivera. Sin embargo, su actuación durante siete años en el
propio instituto no permite una adecuada interlocución con el Sindicato
de Investigadores Independientes del propio Inifap.
El movimiento de huelga del Sindicato Independiente de Investigadores
del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias (Siiinifap), que agrupa a 75 por ciento del total de
investigadores del Inifap, iniciado el 20 de marzo, demanda solución y
firma del contrato colectivo de trabajo (CCT), cuyos puntos principales
privilegian la investigación urgente para México.
Los investigadores agrupados en el Siiinifap no piden un incremento
en el presupuesto fiscal del Inifap, ni el aumento de salarios u otro
beneficio personal. Solicitan que del recurso con el que ya cuenta el
Inifap se asignen 100 millones de pesos para 302 proyectos en 77 campos
experimentales a escala nacional, pues hasta ahora el recurso se ha
otorgado en forma discrecional y sesgada. Piden también que se respete
la integración de comisiones mixtas de planeación, evaluación de
resultados y seguimiento de proyectos. Ambos puntos, que fueron firmados
en el CCT de 2017, atienden a las prioridades del país y apoyan la
agenda del gobierno hacia la suficiencia y soberanía alimentaria de
México. La solución evitaría que se pierdan este año las investigaciones
en el ciclo de cultivos básicos y oleaginosos. Para que la Cuarta
Transformación llegue al Inifap, es urgente para el bien de México la
intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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