Especial para el periódico Polo
Por: Ricardo Sánchez Ángel
Profesor Universidad Nacional
El previsible triunfo electoral del líder afroamericano del partido demócrata, Barak Obama para la presidencia de los Estados, salvo que lo asesinen o funcione el fraude electoral, que resultó exitoso para 'derrotar' a Al Gore, expresa la magnitud de la crisis del sistema capitalista de economía y de gobierno en los Estados Unidos. Obama se destaca por sus cualidades de orador y expositor realista y pragmático, reconociendo la crisis en curso desde su mirada de político que quiere salvar el sistema imperial con cara amable, reeditando para América latina, la diplomacia del buen vecino de Franklin Roosevelt.
También, en sus predios, acudirá a la política del New Deal. Que un joven líder negro, que se reclama de la tradición de Martin Luther King y el movimiento de los derechos civiles, adquiera esta popularidad se debe a que la opinión norteamericana en su gran mayoría está buscando salidas a la crisis en curso. No es la convocatoria de los mediocres dirigentes del partido demócrata la que ha producido el giro a la inconformidad de las mayorías (mujeres, jóvenes, negros, trabajadores y un sector capitalista poderoso). Es la evidencia del fracaso de todas las políticas del gobierno republicano de derecha, intransigente, de George Bush.
Sus descalabros en la ocupación militar, con sus aliados de Europa, a Afganistán e Irak, reconvirtieron al primero en gran productor de heroína, produciendo el resurgimiento de los talibanes, Al Qaeda, y la desestabilización de Pakistán. Sufriendo reveses inmensos, en primer lugar de vidas de soldados de Estados Unidos, en la guerra de destrucción y genocidio de Irak, fortaleciendo la resistencia y el avance de Hezbolla en el Líbano, así como han fracasado sus iniciativas en torno a la guerra de Israel contra Palestina. Se destaca el aislamiento de Estados Unidos en nuestro continente, el auge de las luchas indígenas y de los trabajadores, y la constitución de gobiernos que se oponen, con distintos énfasis a los intereses hegemónicos de la gran potencia.
En los Estados Unidos las leyes y medidas persecutorias, de tortura a los presos políticos o de guerra, los disparates de todo orden, el fanatismo del grupo guerrerista que ha gobernado durante los períodos de Bush -con una alta colaboración del partido demócrata- suscitaron la reacción de trabajadores, artistas, intelectuales, políticos demócratas contra el modelo extremo de presidencia imperial y de autoritarismos de este gobierno. La política económica de Bush ha sido, sin titubeos, a favor de los grandes grupos económicos. La crisis que ha precipitado a la recesión con sus consecuencias desastrosas para el trabajo, los salarios, la seguridad social, la vivienda para millones de gringos sencillos, es el resultado del ciclo recesivo de la economía, en su expresión de dominio del modelo financiero, especulativo, de recolonización de distintos países y de militarización, con guerra, de la política mundial.
El señor presidente de Colombia ha practicado una actitud subalterna, colocando nuestra soberanía en protectorado. Para ello se acudió a la Neo-Respice Polum (la Estrella Polar), en que se subordinan nuestros intereses a los de Estados Unidos, en detrimento de la integración con América latina y el Caribe. Convirtiendo la política exterior en sumisión y camorras de mala ley con nuestros vecinos.
Eso sí, puertas abiertas para las multinacionales y la intromisión militar en nuestros asuntos. Con la negativa al TLC, Obama y el partido demócrata, sancionaron en forma moral y política al gobierno del señor presidente Uribe por violación a los Derechos Humanos, en especial por los crímenes contra los sindicalistas!! El señor presidente le dio su apoyo al guerrerista declarado, el multimillonario MCain!!! Así las cosas, sin ilusiones, ni complejos, debemos más que esperar, propiciar que el gobierno de Obama revise las desastrosas relaciones de Estados Unidos con el gobierno colombiano. Depende de que allá y aquí nos sigamos movilizando y oponiendo al militarismo y el protectorado.
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