Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)
Con el bombardeo de Israel a Gaza, se corona un año de particular intensidad política y económica. No podría haber sido diferente, porque bombardear las instalaciones de Hamas en territorio Palestino, era una asignatura pendiente en el gobierno de Israel y por alianza, en la administración del Presidente George W. Bush.Esta acción no obstante es menor, porque el “plato fuerte” en la zona -entendida en forma amplia-, es con Irán, y con Siria. Este plato fuerte no se pudo, aunque mientras estaba el equipo completo de la administración de Bush, (con Rumsfeld y Wolfowitz en Defensa), que ideó Irak 2003, Irán y Siria estuvieron a un suspiro de ser bombardeados e invadidos.
Frente al gran escenario, los territorios palestinos en Gaza son un “proxy”.Sin embargo, si hay un conflicto que es transversal, es este entre Israel y Palestina. De alguna forma, en la solución de los dos conflictos mayores de Irak y Afganistán, y en el combate al terrorismo de vertiente árabe e islámica, el expediente más básico y la constatación en terreno, conduce a pensar que sin resolver el problema palestino-israelí, aquellos y otros problemas adyacentes permanecerán.Para los que recorren la franja del planeta que va desde Sinkiang a Cabo Delgado, o donde exista mundo islámico, el conflicto palestino- israelí es la raíz de un problema político internacional, hacia el cual Occidente, Asia y otras Zonas de influencia, no han presentado una doctrina unificada, y coherente.Todos quieren paz, y cualquier intento para obtenerla ha fracasado. Para ello, se cruzan objetivos externos varios. El agua, las vías, el territorio, la militarización de un estado para patrullar la zona, el petróleo, todo imbricado en un escenario donde la voluntad política tiene un precio en esa especificad.
Frente a lo cual el gobierno de Israel, es el único que tiene el “manual” de conducta exterior, y sabe perfectamente bien sus objetivos.La Autoridad Palestina por su parte, en las últimas décadas, no ha sido capaz de formar una alianza política de peso cohesionada, ni en su propia zona de influencia, ni tampoco con puntos neurálgicos de apoyo y poder en Occidente, para llevar los procesos al estricto plano de la negociación política. De alguna manera, en el entramado de la complejidad, se insertan elementos de confrontación radical, en los que claramente el radicalismo militar israelí también es responsable.Hamas es lo que es, más por lo que se militarizó Israel en función de una expandida noción de su integridad, que por la necesidad de la salida bélica en la autoridad Palestina. Es muy torpe pensar que dos fuerzas tan desiguales puedan competir.La raíz de la violencia actualPara los palestinos que tradicionalmente han respaldado al Partido Hamas, las soluciones parciales no representan la posibilidad de dos estados separados, independientes, en un contorno que condiciona las variables locales en forma extrema. La solución parcial es la continuación de la dependencia del estado palestino al estado israelí.
La invasión de Irak 2003 y la presencia militar masiva de los EEUU en el golfo pérsico, hicieron que el contorno mayor se convirtiera en un eje de las negociaciones, que debieron correr por carriles más locales. Para ello contribuyó especialmente el aumento del rechazo islámico y árabe a la ocupación en Irak.A fines de 2005, cuando el conflicto apelaba a claves más intrínsecamente locales, surge el triunfo electoral de Hamas. En enero 2006, obtiene 76 de 132 asientos parlamentarios. El movimiento Alfatah en el poder por más de 40 años, obtenía apenas 43 escaños. El hecho tuvo un impacto que ni Israel ni Occidente han podido absorber hasta hoy.
Un Partido tipificado de terrorista como Hamas, asumiendo el poder en forma democrática en medio de un escenario de lucha internacional contra el terrorismo, era inaceptable.Comienza de inmediato el acecho israelí para erradicar a Hamas, bajo la presión de EEUU, y el cese de la ayuda de la Comunidad Europea. Como resultado, el Gobierno de Hamas se hizo insostenible. En menos de 18 meses el presidente M. Abbas disolvía (15-junio- 2007), el gobierno de Hamas, frente a la ascendente violencia. The Guardian inglés describía la caída del gobierno de Hamas en junio 2007 como un golpe de estado. El proceso de confrontación Hamas- Israel, continúa hasta los bombardeos israelíes actuales, afectando a la mayoría de palestinos.
Plan y coyunturaEste bombardeo no es coyuntural, es planificado, con un inteligente aprovechamiento de la coyuntura que es algo muy distinto. Hasta el más cauto observador, tenía el pálpito que este ataque debería ocurrir antes de la asunción de la nueva administración en Washington DC.Tampoco podía ocurrir más tarde, digamos Abril, Mayo, una vez que el Gobierno de Barack Obaba estuviera más asentado, porque es el período donde se hace más difícil el desplazamiento terrestre de fuerzas militares. Si se revisan las cronologías, con el calor y la sequedad, el tipo de operaciones de la resistencia árabe, palestina o iraní, se hace más eficiente.
El bombardeo estaba anunciado, y si no había ocurrido hasta ahora, la razón se puede encontrar en el panorama complejo de toda la zona. Desde esta perspectiva, hacerlo durante el comienzo del Gobierno de Barack Obama, era como una agresión demasiado fuerte, en el contexto de una administración abocada a resolver una gran cantidad de problemas bajo un nivel supuestamente menor de tensión en el campo internacional.Si fuera por mesura en el juicio, el manual israelí de política exterior ha prevalecido, pero debe ser revisado. Si fuera porque es acción concertada, con la actual y futura Administración en EEUU y con la Alianza Occidental, el Gobierno de Barack Obama no podría haber tenido un debut internacional más controvertido desde la misma transición y su despegue.
Foto: Una soldado israelí conduce un vehículo blindado en la Franja de Gaza. / Autor: Yin Bogu - XINHUA.
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