Pedro Echeverría V.
1. El presidente ilegítimo Felipe Calderón (como lo hicieron en sus sexenios Carlos Salinas y Vicente Fox) señaló ayer que México tiene menor riesgo financiero, menor incluso que grandes economías como Japón, Reino Unido y Estados Unidos; que está mejor preparado para enfrentar este año “complejo”. Al citar un reporte de noviembre de 2008 de la firma de inversión Merrill Lynch, Calderón señaló que México tiene uno de los menores niveles de riesgo del mundo, y está mejor que economías en desarrollo como Chile, Brasil, Rusia, Sudáfrica e India. Distribuyó una ficha donde señala que México resultó la segunda economía más sólida y con mayor blindaje financiero en una muestra de 44 países. Por todo ello aseguró que “por más difícil que sea la crisis económica, ésta es cíclica y quedará finalmente atrás”.
2. Merrill Lynch es la poderosa compañía yanqui que informó a Calderón acerca de la “buena situación económica del país”. Esta compañía opera en el mundo con inversiones capitalistas, con subsidiarias y afiliados en diferentes mercados de capitales. Otorga asesorías y gestiona servicios bancarios y de seguros. Lleva los apellidos de sus fundadores y como miles de compañías gringas ha sufrido desfalcos pero también ha llevado a la ruina económica a muchas otras grandes empresas. Se ha informado que hace apenas cuatro meses Merrill Lynch fue salvada de la ruina por el Banco de América, pero que a pesar de ello sigue operando en más de 40 países. ¿Puede el primer mandatario de algún país, responsable de informar a su pueblo con datos lo más fidedignos posibles, usar a una institución imperialista?
3. Pero Calderón está desesperado en cubrir de discursos favorables a su gobierno. A él no le importa, pero lo más grave es que parece que tampoco al pueblo, que la moneda o el peso mexicano se haya devaluado en más de 30 por ciento respecto al Dólar y un porcentaje mucho mayor con relación al Euro. Tampoco le parece a Calderón “menor riesgo” que muchas empresas estén cerrando y que el desempleo se esté agravando cada vez más. ¿En qué mercado de otros países en crisis se venderán los productos mexicanos? ¿Cómo desarrollar el mercado interno si los mexicanos no cuentan con trabajo o con dinero para comprar? Quizá ahora, más que nunca, el dinero de los empresarios y del gobierno, ligados al narcotráfico, tengan una mayor intervención. ¿De dónde salen los dineros para construir gigantescas plazas comerciales donde pocos compran?
4. ¿Puede olvidarse acaso que en 1993, alrededor de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los gobiernos de EEUU y Canadá, el entonces presidente Carlos Salinas (quien puso en su más alto nivel la política neoliberal y privatizadora) buscó sorprender al país al declarar que México se había convertido en un país de primer mundo? Mientras declaraba lo anterior imponía como su sucesor al candidato del PRI a Donaldo Colosio, pero al mismo tiempo en Chiapas faltaban una semanas para el estallido de la rebelión india del EZLN. Este levantamiento y la profunda crisis económica que estalló en diciembre de 1994 vino a demostrar que la “prosperidad” y los “éxitos” de México que Salinas ordenó propagar por todos los medios de información fueron totalmente falsos. Desde entonces Salinas, como Menem, Fujimori y otros, se convirtió para el pueblo en sinónimo de delincuente.
5. A pesar de que los gobernantes quieren esconder la realidad, puede demostrarse que nunca la población mexicana ha salido de su miseria económica. La viene arrastrando generación tras generación y siglo tras siglo. Quienes sí salieron beneficiados con la economía de mercado neoliberal, impuesta a partir de 1982, fueron los sectores minoritarios aliados, o que pudieron asociarse a los dominadores del mercado internacional. Mientras las enormes riquezas se reconcentraban entre unos cuantos magnates del capital, cientos de miles de empresas se declaraban en quiebra incapaces para asociarse y competir. Carlos Slim, Salinas Pliego y toda una nueva camada de multimillonarios, se transformaron en los hombres más ricos del país. Sus secretarios de Hacienda (Aspe) y de Comercio (Serra Puche) y otros más (jefes negociadores del TLC) hoy pertenecen a los grupos privados más poderosos e influyentes del país.
6. ¿Quién no recuerda al presidente desequilibrado Vicente Fox repetir mil veces que en México no había ningún problema, que la población vivía muy feliz y que quienes sostenían lo contrario estaban locos? Quizá por eso muchos ciudadanos mexicanos han pedido que para ser candidato presidencial los interesados deberán presentar documentos de instituciones psiquiátricas para estar más o menos seguros del estado mental del aspirante. Un alto porcentaje de mexicanos críticos en su tiempo denunciamos que Fox era un desequilibrado mental, pero sólo se comprobó cuando las autoridades del Vaticano lo confirmaron. Fox salió de la Presidencia inmensamente rico, pero mucho más todos sus familiares y amigos empresarios que aprovecharon su sexenio. O quizá Fox se hacía pasar por loco, pues en los negocios que hizo demostró estar más cuerdo que sus críticos que creímos que caería del poder.
7. ¿Es Felipe Calderón un desequilibrado mental, como lo fue Fox, por el hecho de repetir informes de compañías gringas de negocios para hacer aparecer a México en mejores condiciones que otros países del mundo para afrontar la crisis? Lo más seguro es que no lo sea, pero sí considerándose muy hábil quiere vernos la cara de tontos. México sufre una profunda crisis desde 1982, desde los años que comenzaron a entregarse ya de manera abierta y rápida los bancos, las industrias, los transportes, las tierras y otros recursos naturales, a los grandes empresarios nacionales y extranjeros. México está en crisis desde que los servicios de salud públicos y la educación pública comenzaron a os comenzaron a sufrir recortes presupuestales para impulsar la salud y la educación privadas. México vive en crisis desde que el desempleo comenzó a crecer, millones de mexicanos comenzaron a cruzar hacia los EEUU y la llamada delincuencia creció enormemente.
8. Pero la crisis que hoy pretende tapar Calderón con demagogia todavía no se demuestra ni se presenta en toda su plenitud. La crisis no viene del cielo por una maldición divina, sino que la construyen los gobiernos con sus políticas empresariales. Son crisis ocasionadas por la producción capitalista de artículos que no se venden porque el pueblo no tiene para comprar. ¿Para qué producir más casas, más tarjetas de crédito, otorgar más préstamos, más y más cosas, sino no hay quien las consuma? Las bodegas están llenas con productos que luego se tiran, se esconden, se descomponen, mientras la población muere de hambre. Si Calderón tiene razón habría que preguntarle: ¿porque mantiene a cientos de miles de miembros del ejército y policías en las calles como permanente amenaza de un Estado de sitio? En México no llegará la crisis, como dice Calderón; no llegará porque desde hace más de 25 años está adentro, en el México profundo.
pedroe@cablered.net.mx
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