La noticia cayó como una piedra en el potage de los capos de la Compañia: el Presidente electo Barack Obama eligió como próximo jefe de la CIA a Leon Panetta un ex jefe de despacho de Bill Clinton, que es – hasta que se sepa - ajeno a la llamada comunidad de la inteligencia norteamericana. Un sacrilegio para la mafia de los irreductibles de las guerras sucias que espían, sobornan, secuestran y torturan en cada rincón del planeta para terminar librando informes rotos que justifican invasiones, masacres y genocidios. Horror: Panetta ha expresado críticas, el año pasado, contra las políticas de tortura de la administración de George W. Bush y sus cómplices.
El sitio web Democracy Now recuerda lo que dijo entonces: “Quienes apoyan la tortura creen que podemos abusar de los prisioneros en ciertas circunstancias especiales y aun así permanecer fieles a nuestros valores”. Y de confirmarse su nombramiento, este abogado de 70 años, tendrá – al poner el pie en su oficina - que empezar por ahí mismo: el saneamiento del infernal programa de secuestro, tortura y cárceles secretas de la CIA, incluyendo el campo de suplicios de la base ilegalmente ocupada de Guantánamo. BAJO EL FUEGO DE LOS FRANCOTIRADORES Apenas difundido el rumor del nombramiento, se habría el fuego. Con una admirable cohesión de los francotiradores. Buena oportunidad de ubicar a quien pertenece a la familia.
Desde Washington, la agencia española EFE – ¿será “incrustada”? - recogía en un instante media docena de manifestaciones de descontento, al señalar que la decisión del presidente “ha causado perplejidad entre los expertos y el rechazo inicial de influyentes legisladores”. Se cita a The Washington Post: ''Obama dejó pasmado al mundo del espionaje”. Luego a la demócrata Dianne Feinstein: ''La agencia estaría mejor servida con un profesional del espionaje al frente en estos momentos''. Se menciona al presidente saliente de este mismo comité, John D. Rockefeller IV: “Está perplejo con la selección'', según uno de sus asesores. “Cree que la CIA necesita a un director con una amplia experiencia en el mundo del espionaje”. Y a un “veterano de la CIA” de apellido Scheuer que comentó al San Francisco Chronicle: ''No tiene ninguna experiencia que sugiera que tiene talento alguno en el campo de la inteligencia''. Conclusion: se pronostica ya “la previsible hostilidad con la que se toparía Panetta a su llegada a la CIA, una organización famosa por su recelo a los individuos ajenos al espionaje”. Prepárate Panetta, dice en sustancia el cable: “Varios de los directores que llegaron al cargo sin experiencia en espionaje sufrieron turbulentos mandatos y se vieron forzados a tirar la toalla ante la oposición interna”.
Otro cabezón de la agencia, Robert Grenier, ex jefe de contraterrorismo, 27 años en la agencia, tenía la lengua extraordinariamente suelta al comunicarse con la Associated Press: la falta de experiencia en la inteligencia le confiere a Panetta “una tremenda desventaja”. Nada menos. TODOS ERAN CONTAMINADOS La busqueda por Obama de un jefe para los servicios imperiales de espionaje fue desde el principio una verdadera pesadilla. Su propio asesor en el tema, John Brennan, tuvo que renunciar a ser candidato cuando grupos de derechos humanos lo calificaron de blando frente a los crímenes del régimen de George W. Bush. El resto del listazo de hombres del presidente electo se reveló un desastre. Todos los ex espías disponibles eran vinculados a las atrocidades desencadenadas por el mandatario saliente después del 11 de Septiembre. Y hubo que pasar a la lista de novatos que encabezaba Panetta. Referencia obligada del funcionario que fracasó al penetrar sin credenciales el territorio de la sagrada agencia: el caso de John Deutsch, nombrado en 1995 sin las debidas conexiones en la mafia del espionaje, y que no aguantó los malos tratos de sus subalternos más de 18 meses. Detalle revelador: no se menciona el hecho de que la candidatura de Deutsch había sido entonces propuesta, gestionada y defendida desde la Casa Blanca de Clinton.
Por el propio Panetta. A Deutsch, los cabecillas de la Compañía fueron hasta espiarle y formarle un escándalo al encontrarle algún documento clasificado de la agencia en su computadora de la casa. Después de su renuncia. Una ejecución post-mortem. LA ASCENSIÓN RELAMPAGO DE UN HIJO DE INMIGRANTE ITALIANO Que se sabe de Panetta a parte de que trabajó al lado de Clinton de 1993 a 1997? Nació en 1938 Monterrey, California. Es hijo de inmigrantes italianos. Se graduó de abogado en la Universidad de Santa Clara. Fue primer teniente en la US Army entre1964 y 1966. Este último año, se aparece de repente en Washington de ayudante del Senador Thomas H. Kuchel de California, “whip” de la minoría demócrata. Lo que se llama una ascensión relámpago. Más aún, en 1969, es “Special Assistant” del Secretario de Salud y luego del Director de los Derechos Civiles. En 1970, es ayudante ejecutivo del alcalde de Nueva York John Lindsay. En 1971, regresa a California, practica el derecho y se hace elegir de Representante a la Cámara baja federal en 1976.
Será reelegido sucesivamente nueve veces hasta que el 17 de julio de 1994 se suma a la administración Clinton como jefe de despacho donde se mantendrá hasta el 20 de enero de 1997. Durante dos años, participara en la investigación de una comisión que revisa el delicado asunto de los abusos sexuales que enfrentan diócesis católicas del país. Pero, lo más significativo, en 2003, es miembro del grupo bipartidista de estudios sobre Irak, que investigó los pretextos adelantados por George W. Bush para invadir y ocupar a Irak. El informe, presentado al final de 2006 concluyó con docenas de recomendaciones para cambiar el curso de la guerra. Aunque sus amigos repiten que, al trabajar con Clinton, tuvo un acceso constante a los informes de inteligencia, no aparece – efectivamente – huellas de conexiones CIA en el expediente. Por cierto, de George Bush padre se dijo lo mismo cuando también ocupó la dirección de la CIA con una pretendida virginidad. Se supo mucho más tarde que la ovejita blanca tenía colmillos de lobo feroz. AMÉRICA LATINA: LA GUERRA SUCIA DE LA INGEREN-CIA A parte del escandaloso balance de atrocidades que valdrían a Bush y Cheney un juicio ante una corte internacional por crímenes contra la humanidad, si no fuesen monarcas yanquis, Panetta tendrá que manejar muchos otros expedientes sucios.
En el caso de América Latina el conjunto de las operaciones encubiertas montadas en contra de todos los gobiernos que se atreven a defender su soberanía, desarrollar políticas de justicia social y a poner en su lugar los representantes del imperio, constituye una selva de conspiraciones de la cual no le sera facil de salir vivo. Las conspiraciones de la USAID – ahora apodada Agencia Internacional de Desestabilización - y su constelación de subsidiarios, de la DEA y demás aparatos de ingerencia, siguen regando decenas de millones en una variedad de maniobras que buscan eliminar a gobiernos democráticamente elegidos. Y que decir del caso de los cinco cubanos secuestrados desde que la mafia cubanoamericana – puro producto CIA - exigió su eliminación por el FBI de la administración Clinton. Y de los Luis Posada, Orlando Bosch y demás Félix Rodríguez Mendigutía que disfrutan de una confortable jubilación gracias a la protección de estos mismos servicios secretos que los Bush, padre e hijo, convirtieron en monstruo al servicio absoluto de sus intereses.
Pura casualidad, el anuncio del nombramiento de Panetta ocurre a exactamente un año de la muerte del más honrado de los agentes que la CIA nunca hubo en sus filas. Phillip Agee, ciudadano estadounidense, fue oficial de la Agencia Central de Inteligencia en América Latina durante doce años hasta que renunció en 1969 por motivos de conciencia. "Millones de personas en el mundo entero han sido matadas o, por lo menos, han visto sus vidas destruidas por la CIA y las instituciones que soporta", declaró Agee en una entrevista concedida en 1975. "Yo no podía quedarme sentando, haciendo nada", añadía.
Jean Guy Allard en Kaos en la Red
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