Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Un exfuncionario de Coca-Cola, travestido de ranchero y que reconoció en público que dejó encargada la Presidencia de la República durante seis años, probablemente a Martha María Sahagún Jiménez, pidió lo imposible a 174 diputados que rechazaron la cuenta pública de 2002-2003.
Eduardo Ibarra Aguirre
Un exfuncionario de Coca-Cola, travestido de ranchero y que reconoció en público que dejó encargada la Presidencia de la República durante seis años, probablemente a Martha María Sahagún Jiménez, pidió lo imposible a 174 diputados que rechazaron la cuenta pública de 2002-2003.
Textualmente les respondió el expresidente: “¿Pues qué hice (con los excedentes petroleros), que no se hagan los tontos, les digo a los diputados, hice lo que ustedes mandaron; ustedes, los diputados, dijeron, pásale a los gobiernos estatales el 33 por ciento (del recurso); se les pasó”. Dijo, además, que otra tercera parte se guardó “para cuando caigan los precios del petróleo; se guardó y es con lo que ahorita se está pudiendo enfrentar la caída, y todo ello está debidamente documentado”. Guardadito que niega la atinada y costosa compra de seguros para el desplome de los precios en el mercado internacional, atribuida a Agustín Carstens Carstens.
Vicente Fox Quesada les exige “pruebas” sobre las irregularidades en que incurrió el gobierno encabezado por la pareja presidencial que se distinguió por una torpeza e ignorancia sin precedentes, multiplicar las elites burocráticas y sus costos, operar cientos de miles de millones de pesos a través de fideicomisos que aún escapan al escrutinio público.
Frente al reclamo que rebasa los ámbitos de San Lázaro y del Legislativo sobre el destino que tuvieron 700 mil millones de pesos de excedentes petroleros, el bipolar personaje atinó a contestar generalidades sobre la construcción de carreteras, hospitales, puentes vehiculares y sistemas generadores de energía eléctrica.
Y modesto como es Fox Quesada, sobre todo cuando su estado anímico lo coloca en la cresta de la ola, reveló: “Ahorita les ha dado miedo Fox, porque estoy en la comisión de estrategia del PAN tratando de apoyar a mi partido para salir adelante en esta elección”.
Que no se haga el inteligente el señor de la botas de charol. Si ministerial y judicialmente no le probaron ninguna de las escandalosas corruptelas que le atribuyen a él y sus familiares, es gracias a que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no está en condiciones de deslindarse de la herencia que le dejó. Amén de que el eje articulador del sistema político mexicano, el Anpri que sustituyó desde 2000 al Prian que gobernó desde 1988, no necesita exhibir el presunto enriquecimiento de Fox y menos el de sus exitosos socios y prestanombres.
Es ilustrativo que “Entre la Gente diputados PAN” sea el nombre con el que cínica y vergonzosamente a la vez, se sostiene lo que sigue: “De los anteriores gobiernos, el de Fox ha sido el más transparente, honesto y el que mejores resultados ha entregado en beneficio de todos los mexicanos”.
El desnudamiento del manejo atrabiliario de los recursos públicos en 2002-2003 busca frenar la campaña negra o guerra sucia que comenzó con los crucigramas en los que se entretiene el publicista español José Antonio Sola Reche, después de su estrepitoso fracaso en las elecciones presidenciales de El Salvador frente a Carlos Mauricio Funes Cartagena, antes las de gobernadora en Yucatán con Ivonne Ortega Pacheco y ahora se ocupa de la candidatura de Fernando Elizondo Barragán para Nuevo León.
Guerra sucia del establecimiento panista, dirigido por Germán Martínez Cazares y su jefe y amigo Calderón, que en cualquier momento colocará en el centro de la atención a Tomás Yarrington Ruvalcaba por los supuestos vínculos con el cártel del Golfo.
En tanto panistas y priístas se tiran estiércol, el crimen organizado cobró 34 vidas el viernes 17, muy cerca del récord de las 39, el optimismo gubernamental se empecina en ostentar triunfos en una precipitada
Guerra contra el narcotráfico que arrancó justamente para darle continuidad institucional a la otra, con la que Sola Reche dividió a México.
Acuse de recibo
En una larga carta sobre Educación y politiquería (6-IV-09), el abogado Lamberto García Zapata, radicado en Coatepec, Veracruz, presenta preguntas a los descansados lectores de Utopía, tras 12 días de ausencia de este redactor: “Con motivo de lo autoritario del cambio de Vázquez Mota, me hice la siguiente reflexión: para muchas personas, incluso que militaron en la izquierda, México vive hoy en la democracia, la misma se debe mejorar, dicen, pero al fin y al cabo califican de democracia el actual régimen político del país. El propio López Obrador, el otro día dijo que Calderón puede acabar con la democracia en el país. Yo le pregunto a AMLO: ¿Con cuál democracia puede acabar Calderón? Se dice que la democracia se inició en México con el gobierno de Fox. Zedillo decía que con el suyo. Yo le pregunto a tus lectores, ¿Cuáles son los signos de la democracia actual en México? ¿Los procesos electorales? ¿Aun cuando en las elecciones hay fraudes monumentales y mercadotecnia que contamina las casillas antes de que se abran? ¿La libertad de prensa? ¿Aun con los asesinatos de periodistas? ¿La alternancia, el pluralismo, la transparencia de que tanto se habla, son reales en el país?”
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