4/20/2009

Con Calderón, récord de abusos militares


JORGE CARRASCO ARAIZAGA

En los dos años y cuatro meses de gestión calderonista, la impunidad militar llegó a niveles oprobiosos. La estrategia de movilizar a 45 mil elementos para combatir al narcotráfico y a la delincuencia organizada no sólo resultó fallida, sino que la institución se ha extralimitado en sus funciones al llevar a tribunales militares a civiles. Reportes de la CNDH revelan que 23 de las 52 recomendaciones del ombudsman nacional contra la Sedena en los últimos 20 años involucran a la actual administración. Desde la época de la guerra sucia en México, el Ejército no había violado tanto los derechos humanos como en el gobierno de Felipe Calderón.En apenas dos años y cuatro meses, la institución ha acumulado más de 2 mil quejas. El período más violento contra la población civil ha sido el primer trimestre de este año, según los 423 expedientes abiertos en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) contra militares.Pero las violaciones tienen un agravante más: como ningún otro gobierno, el de Calderón ha sometido a cientos de civiles a tribunales castrenses.
Tan sólo en sus dos primeros años, 484 casos que originalmente eran investigados por la vía civil pasaron a la justicia castrense.Entre enero de 2007 y noviembre de 2008, la Procuraduría de Justicia Militar (PJM) abrió 170 averiguaciones previas en las que las víctimas han sido civiles en actos violatorios cometidos por los propios militares.Aunque el predominio en México del fuero militar ha sido cuestionado por varios países en la Organización de las Naciones Unidas, el Ejército ha dictado 41 sentencias en las que las víctimas han sido civiles: 32 condenatorias y nueve absolutorias.Ante el creciente número de sentencias relacionadas con civiles, la Suprema Corte de Justicia de la Nación revisará la constitucionalidad del Código de Justicia Militar y el alcance del fuero castrense.Además, en junio próximo el gobierno de Calderón deberá responder ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, a la petición que en febrero pasado le hicieron varios países al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, para que el Estado mexicano revise el alcance de ese fuero.
Este es un extracto del reportaje principal que publica la revista Proceso en su edición1694 que empezó a circular este domingo 19 de abril.
Salinas agita las aguas del PRI
JENARO VILLAMIL
Tres grupos del PRI, encabezados por quienes muy probablemente se disputarán la candidatura a la Presidencia –Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto–, negociaron y presionaron para meter a los suyos en las listas de aspirantes a diputaciones plurinominales para las elecciones del 5 de julio. En la reunión realizada el 30 de marzo en Toluca se advirtió que el gobernador del Estado de México aspira al "carro completo" y que detrás de esos tres personajes hay una mano que, dicen, busca revancha, promueve alianzas y mece la cuna: la de Carlos Salinas. Una tendencia quedó muy clara para los asistentes a la reunión de la Comisión Política Permanente del PRI en Toluca, el lunes 30 de marzo: La disputa por el poder en el partido está dominada por sólo tres grupos que encabezan la dirigente nacional, Beatriz Paredes; el líder de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones y, sobre todo, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, anfitrión en el cónclave. Y detrás de estos tres precandidatos, como el gran artífice de las alianzas, se halla el expresidente Carlos Salinas de Gortari, que va por la revancha y la reivindicación, por lo menos en el seno del PRI."Ya no hay espacios para figuras políticas independientes", advierte la exdirigente nacional priista y exgobernadora de Yucatán Dulce María Sauri Riancho, uno de los cuadros políticos sacrificados en Toluca aunque contaba con el presunto apoyo de Beatriz Paredes. Entre los "pecados" de Sauri se contaron su distanciamiento de Salinas y la confrontación con la actual gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, apoyada por Peña Nieto y por el propio Salinas. Sauri confirmó que durante la reunión en Toluca, Ortega Pacheco repartió entre los asistentes fotocopias de artículos de la propia Sauri, José Luis Sierra Villarreal, en la mayoría de los cuales se critica a Ortega Pacheco. El miércoles 8, en su blog www.yukatan-republik.com, Sierra escribió: "Qué triste que una mujer haya utilizado un recurso machista para descalificar a otra mujer… ¿Cuándo a un hombre se le ha cuestionado una posible candidatura, al cargo que sea, por los dichos, por las amistades, por los escritos o por la imagen pública de su esposa?"Al igual que Sauri, quedaron fuera de las "listas" los exgobernadores que contendieron como precandidatos presidenciales en 2006: Manuel Ángel Núñez Soto, de Hidalgo; Tomás Yarrington, de Tamaulipas, y Enrique Martínez y Martínez, de Coahuila. El argumento expresado para excluirlos fue que "ayudaron a perder a Roberto Madrazo" en ese año electoral.
Este es un extracto del reprotaje que publica la revista Proceso en su edición 1694 que empezó a circular este domingo 19 de abril.
La corrupción azul
DANIEL LIZáRRAGA
En una suerte de ritual de traspaso de potestades para ejercer la opacidad, y muy probablemente la corrupción, el último de los mandatarios del PRI, Ernesto Zedillo, donó al primer presidente panista, Vicente Fox, más de 24 millones de pesos en un fideicomiso privado, fondos cuyo destino se desconoce hasta ahora. En una replica casi de espejo, Felipe Calderón tuvo a su disposición 130 millones de pesos, que gastó en banquetes, edecanes, estudios de imagen… Estos hechos son exhibidos en La corrupción azul, trabajo de investigación con el cual su autor, Daniel Lizárraga, reportero de Proceso, ganó el Premio Debate organizado por Random House Mondadori. Con la autorización de esta casa editorial, reproducimos aquí partes del Capítulo XI del libro, el cual empezará a circular esta semana.El general Jesús Castillo chasqueó la lengua tras sorber una copa recién servida por alguno de los meseros del Oxo Tower Restaurant, uno de los sitios más afamados en Londres cuando se quiere celebrar algo especial. Sin embargo, este militar de rasgos indígenas con un mechón blanco en el negro copete estaba absolutamente solo. Nadie compartió con él la botella de vino tinto que seleccionó entre las más de 300 marcas existentes en ese sitio. La noche de ese sábado 28 de enero de 2007, desde su mesa, a través de un ventanal de 360 grados, pudo deleitarse con una vista inigualable del mítico río Támesis. Este restaurante fue construido en el octavo piso de un edificio que data de finales del siglo XIX, aún en la época victoriana, justo cuando transcurrieron algunas de las historias del detective más famoso del mundo, Sherlock Holmes.Apenas un par de meses atrás —el 30 de noviembre de 2006— Felipe Calderón lo había nombrado jefe del Estado Mayor Presidencial, uno de los puestos más altos que puede alcanzarse dentro de la carrera de las armas en México. El anuncio se hizo ya por la noche de ese día, cuando podían contarse con los dedos de las manos las horas que faltaban para saber si el presidente electo rendiría protesta ante el Congreso de la Unión, superando las amenazas de no dejarlo pasar lanzadas por los legisladores fieles al líder opositor Andrés Manuel López Obrador .Pero la incertidumbre sólo existió en las redacciones de los diarios o en la cabeza de los que exigieron el voto por voto tras las disputadas elecciones. El general de brigada diplomado del Estado Mayor Jesús Castillo no tenía dudas. Durante semanas, a lo largo del período de transición gubernamental, junto con los jefes de inteligencia militar diseñó un operativo quirúrgico que logró meter y sacar a Felipe Calderón de San Lázaro sin que le tocaran un ojal, ni siquiera una uña de la mano derecha en la que luce la sortija matrimonial.Un platillo fuerte para cenar servido dentro del Oxo Tower Restaurant puede costar entre 20 y 30 libras —entre 500 y 700 pesos—. Una botella de champaña va desde las 45 hasta las 300 libras —unos 7 mil pesos—. La capital británica es una de las ciudades más caras del mundo. Jesús Castillo cumplía entonces con su primera gira de trabajo por Europa acompañando a Felipe Calderón.El sueldo de JC —como le llaman sus subalternos— es como una carta sin abrir dentro del sistema de transparencia, ya que los miembros del Estado Mayor no figuran en la nómina de Los Pinos ni tampoco aparecen en la información pública difundida por la Secretaría de la Defensa Nacional. Estos oficiales son como una burbuja dentro de las Fuerzas Armadas. El investigador universitario José Luis Piñeiro los ha definido como "militares de terciopelo".

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