Nellys Palomo y Yolanda Castro, piezas clave del proyecto
De la redacción
México DF, 11 junio 09 (CIMAC).- K'inal Antsetik, Tierra de Mujeres, es una organización que surgió para que las mujeres indígenas de Chiapas pudieran “tener en sus manos, en su corazón, la palabra ‘derechos’; también la fuerza de vivir pese a las condiciones de pobreza, pese a las condiciones de violencia, de aprender de todo eso y de salir adelante”.
Así describe Yolanda Castro el objetivo principal de esta asociación, fundada en 1991 e integrada como Asociación Civil en 1995, por ella, por Micaela Hernández, Merit Ichin Santiesteban, y por Nellys Palomo, en conjunto con varias cooperativas artesanales de mujeres tzotziles y tzeltales de Chiapas, principalmente.
Nellys Palomo, recién fallecida el lunes pasado, fue pieza fundamental de esta asociación, a la que se unió en el año de 1994, recuerda Yolanda Castro. Y nuestra intención era desde entonces brindar capacitación a las mujeres indígenas, principalmente en sus derechos y cursos de contabilidad y administración, porque en ese tiempo la mayoría de ellas no sabían leer ni escribir y eran monolingües.
Una de las cooperativas con la que empezamos el trabajo en 1991 estaba integrada por mil mujeres indígenas tzotziles y tzeltales de 23 comunidades en 9 municipios.
“Empezamos a hablar sobre los derechos de las mujeres, sobre la autoestima, principalmente centrándonos en toda esta concepción del trabajo de las mujeres y el papel que jugamos en el trabajo. Ellas eran monolingües y únicamente los hombres eran quienes gestionaban la comercialización de sus prendas, de sus tejidos. Entonces lo primero que dijimos es que las mujeres se tenían que apropiar de su proceso de producción y comercialización”, comparte Yolanda a Cimacnoticias.
En este proceso, a mediados de 1994, Nellys Palomo comenzó a trabajar con las mujeres en nuevos diseños para sus textiles. Y nos dimos cuenta, relata Castro, que Kinal Antsetik se sentía a gusto como grupo de asesoras de las mujeres indígenas, pero tuvieron que transformarse, favoreciendo las pluralidad, porque las mujeres indígenas empezaron a participar en encuentros y reuniones con otras organizaciones similares y además tenían que conformarse como asociación civil para tener acceso a los financiamientos internacionales.
Por eso, recuerda Castro, “decidimos conformar este espacio, pero desde sus inicios con mujeres indígenas, porque queríamos seguir con esta misma ética, de transmitir los conocimientos básicos, experiencias, aprender de ellas para que ellas fueran impulsando el proceso”.
TRES GENERACIONES
Así, lo que empezó como un grupo de asesoras, ahora cuenta con instalaciones propias, hay un albergue donde viven las mujeres, cuentan con una biblioteca que alberga libros de género, derechos de mujeres indígenas y literatura en chol, tzotzil y tzeltal. Es un proyecto que abarca ya 3 generaciones y que ha cambiado la vida de muchas mujeres.
Relata Yolanda Castro que Kinal Antsetik ha trabajado ya con mujeres de tres generaciones: Primero con las que eran jóvenes en los años 70-80 y hoy son abuelas, con las hijas de ellas, que hoy son madres, y con las nietas, las jóvenes de hoy que tienen entre 13 y 20 años, que ya viven en este centro de formación y capacitación.
De la redacción
México DF, 11 junio 09 (CIMAC).- K'inal Antsetik, Tierra de Mujeres, es una organización que surgió para que las mujeres indígenas de Chiapas pudieran “tener en sus manos, en su corazón, la palabra ‘derechos’; también la fuerza de vivir pese a las condiciones de pobreza, pese a las condiciones de violencia, de aprender de todo eso y de salir adelante”.
Así describe Yolanda Castro el objetivo principal de esta asociación, fundada en 1991 e integrada como Asociación Civil en 1995, por ella, por Micaela Hernández, Merit Ichin Santiesteban, y por Nellys Palomo, en conjunto con varias cooperativas artesanales de mujeres tzotziles y tzeltales de Chiapas, principalmente.
Nellys Palomo, recién fallecida el lunes pasado, fue pieza fundamental de esta asociación, a la que se unió en el año de 1994, recuerda Yolanda Castro. Y nuestra intención era desde entonces brindar capacitación a las mujeres indígenas, principalmente en sus derechos y cursos de contabilidad y administración, porque en ese tiempo la mayoría de ellas no sabían leer ni escribir y eran monolingües.
Una de las cooperativas con la que empezamos el trabajo en 1991 estaba integrada por mil mujeres indígenas tzotziles y tzeltales de 23 comunidades en 9 municipios.
“Empezamos a hablar sobre los derechos de las mujeres, sobre la autoestima, principalmente centrándonos en toda esta concepción del trabajo de las mujeres y el papel que jugamos en el trabajo. Ellas eran monolingües y únicamente los hombres eran quienes gestionaban la comercialización de sus prendas, de sus tejidos. Entonces lo primero que dijimos es que las mujeres se tenían que apropiar de su proceso de producción y comercialización”, comparte Yolanda a Cimacnoticias.
En este proceso, a mediados de 1994, Nellys Palomo comenzó a trabajar con las mujeres en nuevos diseños para sus textiles. Y nos dimos cuenta, relata Castro, que Kinal Antsetik se sentía a gusto como grupo de asesoras de las mujeres indígenas, pero tuvieron que transformarse, favoreciendo las pluralidad, porque las mujeres indígenas empezaron a participar en encuentros y reuniones con otras organizaciones similares y además tenían que conformarse como asociación civil para tener acceso a los financiamientos internacionales.
Por eso, recuerda Castro, “decidimos conformar este espacio, pero desde sus inicios con mujeres indígenas, porque queríamos seguir con esta misma ética, de transmitir los conocimientos básicos, experiencias, aprender de ellas para que ellas fueran impulsando el proceso”.
TRES GENERACIONES
Así, lo que empezó como un grupo de asesoras, ahora cuenta con instalaciones propias, hay un albergue donde viven las mujeres, cuentan con una biblioteca que alberga libros de género, derechos de mujeres indígenas y literatura en chol, tzotzil y tzeltal. Es un proyecto que abarca ya 3 generaciones y que ha cambiado la vida de muchas mujeres.
Relata Yolanda Castro que Kinal Antsetik ha trabajado ya con mujeres de tres generaciones: Primero con las que eran jóvenes en los años 70-80 y hoy son abuelas, con las hijas de ellas, que hoy son madres, y con las nietas, las jóvenes de hoy que tienen entre 13 y 20 años, que ya viven en este centro de formación y capacitación.
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