Felipe Calderón sigue poniéndole catastróficos techos de hielo seco a las bodegas compartidas de su país subrogado ABC. Ayer ratificó (también en el sentido roedor) otra concesión nefasta, al entregar el manejo de la guardería de dinero fácil de birlar denominada Lotería Nacional a la profesora-empresaria Gordillo, que guarda claro emparentamiento de tipo político con los Calderón Gómez del Campo y, al mismo tiempo, con el gerente regional de Sonora, Eduardo Bours Castelo, con quien ha hecho negocios de zoología política en los que pollastres locales de tres colores se han convertido en mapaches de caldera grande para elecciones federales.
Es hasta de mal gusto, por el momento que se vive en Sonora (donde ayer renunciaron a sus cargos dos funcionarios de Bours cuyas esposas son concesionarias de guarderías, para taparle el ojo al pollo, con especial insistencia en deslindar de cualquier responsabilidad a los parientes lejanos ahora instalados en Los Pinos), el cinismo designador de funcionarios sabidamente encaminados al uso de las arcas públicas con sentido faccioso y delictivo, como es el caso de Benjamín González Roaro, élbico recaudador de rentas que ya mostró sus dotes en el ISSSTE (recuérdese el reciente homenaje a la impunidad con el caso del dimitente Miguel Ángel Jiménez, otro prócer del ITAM pasado por las aguas turbias del Panal y luego pillado en Campeche haciendo transas publicitarias con cargo a la Lotería para impulsar la entrega electoral del negocio Campeche a los continuadores de la franquicia Mouriño).
Aunque, vista de otra manera, la entrega de la Lotenal al gordillismo mortífero, que luego acabará culpando a algún cooler de las tragedias desde ahora incubadas, también es de alto contenido pedagógico, pues muestra al alumno Felipe siguiendo el ABC depredador de la ronda macabra que tiene a México en la tragedia recurrente: el dinero de todos es entregado a unos cuantos que se lo embolsan en lugar de dedicarlo a las urgentes tareas de salvamento y recomposición social. Dicho con las manzanas de la pillería institucionalizada: las desgracias cotidianas son la prosperidad de unos cuantos, los fondos públicos robados significan la desatención de las carreteras en que se matan los mexicanos, la falta de medicamentos y hospitales, la degradación de la educación pública, la conversión de las cárceles en horrores que desembocan en motines y represión, el desempleo y un largo etcétera de criminales incumplimientos de las obligaciones públicas de los cuales el botón doloroso más reciente se ha dado en el Hermosillo dominado por los Bours que han hecho del erario estatal una fuente obscena de negocios para los suyos, familiares y amigos, y por la camarilla de gente decente que con el panismo foxista y calderonista ha obtenido contratos y concesiones que les permiten darse la gran vida, adornando las páginas de esas gestoras de la subversión social que son las publicaciones de sociales, exhibiendo sus lujos y frivolidades entre la creciente miseria colectiva a la que ahora se le está añadiendo el peligroso ingrediente del odio social acumulado.
A la cadena de agravios se suma la indicativamente imprecisa postura de la esposa de Felipe Calderón, que ha negado conocer personalmente a Marcia Gómez del Campo Tonella, una de las concesionarias de la bodega de niños ABC, y habla de su relación con esa familia como si fuera una estampa sepia de un abandonado álbum familiar del siglo pasado, cuando –como se publicó ayer aquí– hay evidencias de la frescura y consistencia de ese vínculo, ni más ni menos que la invitación a esa familia, Gómez del Campo Tonella, a compartir la reunión conmemorativa de las ocho décadas de vida de la madre de Margarita Zavala Gómez del Campo. En la galería de fotos de la sección de Sociales Plus de El Imparcial del pasado 31 de mayo se puede ver a miembros de la familia de la ahora famosa Marcia, aunque no específicamente a ella mas sí a su madre del mismo nombre. Concediendo que la esposa de Calderón no conociera a la hija Marcia, es evidente que existen actualizados y firmes lazos con, cuando menos, el resto de la familia.
La conexión sonorense no es sino una parte del gran sistema de jugoso empleo familiar y de usufructo de bienes públicos mediante contratos discrecionales que han desarrollado múltiples miembros de las familias Calderón, Hinojosa, Zavala y Gómez del Campo, luego caracterizadas por plumas amigas como parte de las parentelas custodio de los valores panistas. Pero la evidencia regional está siendo heroicamente tapada en los grandes medios electrónicos de comunicación por los mismos locutores y conductores que en otros temas suelen mostrarse como implacables verdugos e histéricos denunciantes de actos de corrupción que a sus patrones conviene exhibir. La teledictadura bipolar que hoy se vive en México no ha tenido pudor en reducir la cobertura de dos hechos noticiosamente importantes: las acusaciones de Miguel de la Madrid a Carlos Salinas de Gortari, que fueron celosamente condenadas a la inexistencia, y la relación familiar de la esposa de Calderón con una de los concesionarios de la antedicha bodega infantil ABC. Bajo la premisa aplastante de que lo que no pasa por sus pantallas no tiene existencia, relevancia ni continuidad política y mediática, los controladores de la percepción masiva censuran, manipulan y deforman (según las necesidades del cliente y en cuotas o combinaciones flexibles), creyendo que así pueden acomodar la realidad a sus proyectos ABC.
Es hasta de mal gusto, por el momento que se vive en Sonora (donde ayer renunciaron a sus cargos dos funcionarios de Bours cuyas esposas son concesionarias de guarderías, para taparle el ojo al pollo, con especial insistencia en deslindar de cualquier responsabilidad a los parientes lejanos ahora instalados en Los Pinos), el cinismo designador de funcionarios sabidamente encaminados al uso de las arcas públicas con sentido faccioso y delictivo, como es el caso de Benjamín González Roaro, élbico recaudador de rentas que ya mostró sus dotes en el ISSSTE (recuérdese el reciente homenaje a la impunidad con el caso del dimitente Miguel Ángel Jiménez, otro prócer del ITAM pasado por las aguas turbias del Panal y luego pillado en Campeche haciendo transas publicitarias con cargo a la Lotería para impulsar la entrega electoral del negocio Campeche a los continuadores de la franquicia Mouriño).
Aunque, vista de otra manera, la entrega de la Lotenal al gordillismo mortífero, que luego acabará culpando a algún cooler de las tragedias desde ahora incubadas, también es de alto contenido pedagógico, pues muestra al alumno Felipe siguiendo el ABC depredador de la ronda macabra que tiene a México en la tragedia recurrente: el dinero de todos es entregado a unos cuantos que se lo embolsan en lugar de dedicarlo a las urgentes tareas de salvamento y recomposición social. Dicho con las manzanas de la pillería institucionalizada: las desgracias cotidianas son la prosperidad de unos cuantos, los fondos públicos robados significan la desatención de las carreteras en que se matan los mexicanos, la falta de medicamentos y hospitales, la degradación de la educación pública, la conversión de las cárceles en horrores que desembocan en motines y represión, el desempleo y un largo etcétera de criminales incumplimientos de las obligaciones públicas de los cuales el botón doloroso más reciente se ha dado en el Hermosillo dominado por los Bours que han hecho del erario estatal una fuente obscena de negocios para los suyos, familiares y amigos, y por la camarilla de gente decente que con el panismo foxista y calderonista ha obtenido contratos y concesiones que les permiten darse la gran vida, adornando las páginas de esas gestoras de la subversión social que son las publicaciones de sociales, exhibiendo sus lujos y frivolidades entre la creciente miseria colectiva a la que ahora se le está añadiendo el peligroso ingrediente del odio social acumulado.
A la cadena de agravios se suma la indicativamente imprecisa postura de la esposa de Felipe Calderón, que ha negado conocer personalmente a Marcia Gómez del Campo Tonella, una de las concesionarias de la bodega de niños ABC, y habla de su relación con esa familia como si fuera una estampa sepia de un abandonado álbum familiar del siglo pasado, cuando –como se publicó ayer aquí– hay evidencias de la frescura y consistencia de ese vínculo, ni más ni menos que la invitación a esa familia, Gómez del Campo Tonella, a compartir la reunión conmemorativa de las ocho décadas de vida de la madre de Margarita Zavala Gómez del Campo. En la galería de fotos de la sección de Sociales Plus de El Imparcial del pasado 31 de mayo se puede ver a miembros de la familia de la ahora famosa Marcia, aunque no específicamente a ella mas sí a su madre del mismo nombre. Concediendo que la esposa de Calderón no conociera a la hija Marcia, es evidente que existen actualizados y firmes lazos con, cuando menos, el resto de la familia.
La conexión sonorense no es sino una parte del gran sistema de jugoso empleo familiar y de usufructo de bienes públicos mediante contratos discrecionales que han desarrollado múltiples miembros de las familias Calderón, Hinojosa, Zavala y Gómez del Campo, luego caracterizadas por plumas amigas como parte de las parentelas custodio de los valores panistas. Pero la evidencia regional está siendo heroicamente tapada en los grandes medios electrónicos de comunicación por los mismos locutores y conductores que en otros temas suelen mostrarse como implacables verdugos e histéricos denunciantes de actos de corrupción que a sus patrones conviene exhibir. La teledictadura bipolar que hoy se vive en México no ha tenido pudor en reducir la cobertura de dos hechos noticiosamente importantes: las acusaciones de Miguel de la Madrid a Carlos Salinas de Gortari, que fueron celosamente condenadas a la inexistencia, y la relación familiar de la esposa de Calderón con una de los concesionarios de la antedicha bodega infantil ABC. Bajo la premisa aplastante de que lo que no pasa por sus pantallas no tiene existencia, relevancia ni continuidad política y mediática, los controladores de la percepción masiva censuran, manipulan y deforman (según las necesidades del cliente y en cuotas o combinaciones flexibles), creyendo que así pueden acomodar la realidad a sus proyectos ABC.
Rodeada de cariño celebró 80 años de edad doña Mercedes Gómez del Campo de Zavala, madre de Margarita Zavala de Calderón –dice el diario El Imparcial en su sección de sociales de hace dos semanas–, quien acompañada de su esposo el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, y de sus hijos, arribó al festejo durante el cual se hicieron acompañar de familiares y amigos, entre los cuales estuvieron Jorge, Soledad, Marcia y Roberto Gómez del Campo, así como Carlos Gómez del Campo, Florencia Laborín, Marina Leyva de Gómez del Campo y Jerónimo Gómez del Campo, compartiendo este bonito evento familiar”. La señora Marcia Gómez del Campo es la prima que la cónyuge de Felipe Calderón dice no conocer personalmente, ahora que está envuelta en problemas; es una de las propietarias de la guardería ABC. Las fotografías que acompañan a la crónica muestran a miembros del clan Gómez del Campo celebrando el cumpleaños de una encantadora abuelita en el Colegio de la Asunción, quizá la escuela más exclusiva de la capital de Sonora. En una aparece la señora Marcia –la condueña de la guardería– con Jorge, Soledad y Roberto Gómez del Campo, flanqueando a Felipe Calderón. Otra gráfica muestra a su esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo, al lado de Carlos Gómez del Campo, Florencia Laborín, Marina Leyva, Jerónimo Gómez del Campo y uno de los hijos de la pareja presidencial, Juan Pablo Calderón Zavala. El sarao tuvo lugar el pasado 23 de mayo. Si no han tumbado la nota de la edición digital de El Imparcial, puede leerse haciendo clic aquí:
www.elimparcial.com/EdicionDigital/Ediciones/20090531/PDFS/SOCIALES_3.pdf
¿Trátese de quien se trate?
Es difícil aceptar como cierta la afirmación de la esposa del Presidente en el sentido de que efectivamente hay un parentesco con la señora Marcia, aunque yo no la conozco personalmente, pero “‘tengo entendido que tenemos un bisabuelo en común”. Es claro que quiere marcar una distancia de la prima metida en el funesto negocio de una guardería en llamas. Sin embargo, del sarao en La Asunción se desprenden ramas de un árbol genealógico robusto: el clan Gómez del Campo es muy unido, se conocen muy bien entre todos sus miembros. Así que tendremos que tomar también con reservas la siguiente declaración de la consorte de Calderón: De cualquier manera, yo reitero tanto mi convicción personal como la del Presidente: debe llevarse a fondo una investigación apegada a la ley, trátese de quien se trate.
Las consortes
Hay que reconocerlo: doña Margarita tiene una buena imagen entre los mexicanos, en sus años en Los Pinos se ha conducido con discreción y sencillez. Su actuación resalta en la inevitable comparación con los desmanes y desfiguros de la señora Marta. Ésta nos dejó la impresión de que pasó por encima de la ley para proteger a sus hijos y sus negocios. La relación familiar nunca debe estar por encima de la ley, dijo la esposa de Calderón. En la tragedia de Hermosillo está la ocasión de demostrarlo.
www.elimparcial.com/EdicionDigital/Ediciones/20090531/PDFS/SOCIALES_3.pdf
¿Trátese de quien se trate?
Es difícil aceptar como cierta la afirmación de la esposa del Presidente en el sentido de que efectivamente hay un parentesco con la señora Marcia, aunque yo no la conozco personalmente, pero “‘tengo entendido que tenemos un bisabuelo en común”. Es claro que quiere marcar una distancia de la prima metida en el funesto negocio de una guardería en llamas. Sin embargo, del sarao en La Asunción se desprenden ramas de un árbol genealógico robusto: el clan Gómez del Campo es muy unido, se conocen muy bien entre todos sus miembros. Así que tendremos que tomar también con reservas la siguiente declaración de la consorte de Calderón: De cualquier manera, yo reitero tanto mi convicción personal como la del Presidente: debe llevarse a fondo una investigación apegada a la ley, trátese de quien se trate.
Las consortes
Hay que reconocerlo: doña Margarita tiene una buena imagen entre los mexicanos, en sus años en Los Pinos se ha conducido con discreción y sencillez. Su actuación resalta en la inevitable comparación con los desmanes y desfiguros de la señora Marta. Ésta nos dejó la impresión de que pasó por encima de la ley para proteger a sus hijos y sus negocios. La relación familiar nunca debe estar por encima de la ley, dijo la esposa de Calderón. En la tragedia de Hermosillo está la ocasión de demostrarlo.
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
Pareciera una vida entera 10 años para enterrar la hegemonía unipolar del dolarcentrismo que empezó desde que el régimen torturador bushiano no pudo adueñarse de los hidrocarburos de Irak debido a su catástrofe militar.
La enajenación de los hidrocarburos de Irak le hubiera concedido un periodo de gracia, al menos de una generación, tanto a la desregulada globalización financiera anglosajona como al dolarcentrismo.
La sepultura del dolarcentrismo se ha vuelto uno de los principales temas más trascendentales para fincar el nuevo orden multipolar por las grandes capitales de decisión del planeta, quienes aprovechan la decadencia del añejo orden unipolar estadunidense para rebelarse a la hegemonía del dólar con el fin de suplantarlo con una alternativa divisa global que, dígase lo que se diga, todavía no existe ni se vislumbra en el plazo inmediato, pero que conceptualmente ha cobrado una dinámica vigorosa (ver Bajo la Lupa, 7/6/09).
Alexei Kudrin, ministro de Finanzas ruso, cuya presencia en el gabinete de Putin no satisface al sector nacional, ya no se diga nacionalista, debido a su fanática adhesión neoliberal, durante el primer Foro Económico de San Petersburgo aseveró que la divisa china, el yuan/renminbi, podría convertirse en una divisa de reserva global en una década (¡súper sic!) si Pekín opta por liberalizar su economía: no creo (sic) que nuevas y relevantes uniones de divisas emergerán en el cercano (sic) futuro (Afp, 6/6/09).
El ministro ruso agregó que “la vía más corta para crear una divisa de reserva global (…) es asegurar la convertibilidad del yuan”.
Pareciera una vida entera 10 años para enterrar la hegemonía unipolar del dolarcentrismo que empezó desde que el régimen torturador bushiano no pudo adueñarse de los hidrocarburos de Irak debido a su catástrofe militar.
La enajenación de los hidrocarburos de Irak le hubiera concedido un periodo de gracia, al menos de una generación, tanto a la desregulada globalización financiera anglosajona como al dolarcentrismo.
La sepultura del dolarcentrismo se ha vuelto uno de los principales temas más trascendentales para fincar el nuevo orden multipolar por las grandes capitales de decisión del planeta, quienes aprovechan la decadencia del añejo orden unipolar estadunidense para rebelarse a la hegemonía del dólar con el fin de suplantarlo con una alternativa divisa global que, dígase lo que se diga, todavía no existe ni se vislumbra en el plazo inmediato, pero que conceptualmente ha cobrado una dinámica vigorosa (ver Bajo la Lupa, 7/6/09).
Alexei Kudrin, ministro de Finanzas ruso, cuya presencia en el gabinete de Putin no satisface al sector nacional, ya no se diga nacionalista, debido a su fanática adhesión neoliberal, durante el primer Foro Económico de San Petersburgo aseveró que la divisa china, el yuan/renminbi, podría convertirse en una divisa de reserva global en una década (¡súper sic!) si Pekín opta por liberalizar su economía: no creo (sic) que nuevas y relevantes uniones de divisas emergerán en el cercano (sic) futuro (Afp, 6/6/09).
El ministro ruso agregó que “la vía más corta para crear una divisa de reserva global (…) es asegurar la convertibilidad del yuan”.
Con bombo y platillo el inquilino de Los Pinos y las cabezas visibles de su equipo económico, uno de los mejores del mundo (según ellos mismos, modestamente) celebraron que el Fondo Monetario Internacional concedería a su gobierno un crédito contingente por 47 mil millones de dólares, el cual, de utilizarse, serviría para blindar, aún más, la sólida economía nacional, al tiempo que presumieron que el México de hoy es otro, en mejor posición que antes para enfrentar la crisis, con un sistema bancario muy capitalizado y una economía con gran potencial.
Eso sucedió poco más de dos meses atrás, cuando durante su periplo londinense Felipe Calderón les fue a contar una historia totalmente diferente a los inversionistas ingleses, es decir, la fábula del navío de gran calado y lo diferente que es México con respecto de la crítica situación imperante en 1985. Qué bonito cuento, pero, como suele acontecer en estos casos, el problema fue que más tardó en decirlo que la economía en profundizar su deterioro. Se confirmó el desplome de 8.2 por ciento del PIB en el primer trimestre, se supo de los boquetes en las finanzas públicas, el deterioro de las reservas internacionales, la caída fiscal, la severa baja en la inversión extranjera directa, etcétera, etcétera, pero el discurso no se modificó un ápice (de hecho, no ha cambiado, por obvio que resulte el tiradero).
A pesar de todo, emergencia sanitaria incluida, la fiesta siguió en Los Pinos, a la par que el deterioro económico, pero es necesario resaltar que desde que aprobó el crédito contingente para el gobierno calderonista, lo que sucedió el 17 de abril pasado, el Fondo Monetario Internacional alertó sobre la fragilidad de la economía mexicana, dada su feroz dependencia de la estadunidense. Más allá del fatuo intercambio de piropos entre el gobierno calderonista y el organismo multilateral, la propia autorización del crédito contingente (el mayor desembolso que el FMI ha puesto a disposición del país en sus 65 años de historia, a cambio del compromiso de las autoridades nacionales de mantener políticas económicas muy sólidas, La Jornada, 18 de abril de 2009) no fue más que una ostentosa señal de alarma sobre lo que podría llegar. Y llegó.
El pasado lunes, el propio director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, reconoció que economías emergentes como México, Colombia y Polonia enfrentan grandes déficit financieros que, de no ser tratados, podrían ponerlos en un riesgo de moratoria y propagarse a través de las economías regionales y globales, concepto que da cuerpo a la verdadera razón por la cual el organismo financiero atendió, con sorprendente rapidez, la solicitud del gobierno calderonista y apresuró (en dos semanas y pico se concretó la autorización) la aprobación del crédito contingente (los citados 47 mil millones de dólares) que demostraba (versión Los Pinos) la solidez de la economía mexicana.
Eso sucedió poco más de dos meses atrás, cuando durante su periplo londinense Felipe Calderón les fue a contar una historia totalmente diferente a los inversionistas ingleses, es decir, la fábula del navío de gran calado y lo diferente que es México con respecto de la crítica situación imperante en 1985. Qué bonito cuento, pero, como suele acontecer en estos casos, el problema fue que más tardó en decirlo que la economía en profundizar su deterioro. Se confirmó el desplome de 8.2 por ciento del PIB en el primer trimestre, se supo de los boquetes en las finanzas públicas, el deterioro de las reservas internacionales, la caída fiscal, la severa baja en la inversión extranjera directa, etcétera, etcétera, pero el discurso no se modificó un ápice (de hecho, no ha cambiado, por obvio que resulte el tiradero).
A pesar de todo, emergencia sanitaria incluida, la fiesta siguió en Los Pinos, a la par que el deterioro económico, pero es necesario resaltar que desde que aprobó el crédito contingente para el gobierno calderonista, lo que sucedió el 17 de abril pasado, el Fondo Monetario Internacional alertó sobre la fragilidad de la economía mexicana, dada su feroz dependencia de la estadunidense. Más allá del fatuo intercambio de piropos entre el gobierno calderonista y el organismo multilateral, la propia autorización del crédito contingente (el mayor desembolso que el FMI ha puesto a disposición del país en sus 65 años de historia, a cambio del compromiso de las autoridades nacionales de mantener políticas económicas muy sólidas, La Jornada, 18 de abril de 2009) no fue más que una ostentosa señal de alarma sobre lo que podría llegar. Y llegó.
El pasado lunes, el propio director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, reconoció que economías emergentes como México, Colombia y Polonia enfrentan grandes déficit financieros que, de no ser tratados, podrían ponerlos en un riesgo de moratoria y propagarse a través de las economías regionales y globales, concepto que da cuerpo a la verdadera razón por la cual el organismo financiero atendió, con sorprendente rapidez, la solicitud del gobierno calderonista y apresuró (en dos semanas y pico se concretó la autorización) la aprobación del crédito contingente (los citados 47 mil millones de dólares) que demostraba (versión Los Pinos) la solidez de la economía mexicana.
Carlos Bonfil: El Foro
México-EU: crisis y contrastes
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos informó ayer, mediante un comunicado, que 10 de los principales bancos de ese país devolverán a las arcas públicas una parte sustancial del dinero que les había sido prestado por medio del Programa de Ayuda a Activos en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés). El monto de las devoluciones previstas asciende, según el documento, a 68 mil 300 millones de dólares, es decir, más del doble de los 25 mil millones que las autoridades esperaban que los bancos regresaran a lo largo de todo el año. Al respecto, el titular del Departamento del Tesoro, Timothy Geithner, dijo ayer mismo que estos pagos son una señal alentadora de una recuperación financiera, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió que la devolución de estos fondos no otorga un perdón por excesos ni un permiso para delitos futuros.
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Correo Ilustrado
Cuestiona falta de acciones para separar la basura
Hay una justificada preocupación por los cambios ambientales en el mundo. Los medios de comunicación dan constante cuenta de ello urgiendo a la ciudadanía a cooperar con las medidas que sugieren las autoridades. Yo vivo en la delegación Benito Juárez, que no ha implementado nada con relación a la separación de la basura. Se nos ha informado reiteradamente que mientras no se cambien las unidades de recolección, nada se va a hacer al respecto. Los empleados destripan las bolsas y desalientan, por inútil, a los usuarios a seleccionar los desechos.
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Cuestiona falta de acciones para separar la basura
Hay una justificada preocupación por los cambios ambientales en el mundo. Los medios de comunicación dan constante cuenta de ello urgiendo a la ciudadanía a cooperar con las medidas que sugieren las autoridades. Yo vivo en la delegación Benito Juárez, que no ha implementado nada con relación a la separación de la basura. Se nos ha informado reiteradamente que mientras no se cambien las unidades de recolección, nada se va a hacer al respecto. Los empleados destripan las bolsas y desalientan, por inútil, a los usuarios a seleccionar los desechos.
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En la historia moderna, generalmente se respeta, aun sin estar de acuerdo, el orden social y normativo existente. En nombre de ese orden social, amenazado por el llamado al voto nulo, el episcopado mexicano se alista y se inscribe para promover la participación ciudadana durante el actual proceso, fomentar el sufragio de la población y, por tanto, abatir el abstencionismo. Sin embargo, dicha intervención, hasta hace muy poco cuestionada tanto por el Instituto Federal Electoral (IFE) como por Gobernación, transita por márgenes muy estrechos que el Estado laico le ha impuesto y corre el riego, como en 2003, de transgredir normas jurídicas y políticas.
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La Organización de Estados Americanos (OEA, 1948) nació en sustitución del anacrónico panamericanismo monroista, y para sostener un tipo de democracia concebida como último refugio de los canallas. Han transcurrido 62 años. En ese lapso, la OEA manipuló a su antojo el artículo 3-d (democracia representativa) y el noveno de la Carta constitutiva (gobiernos derrocados por la fuerza), avalando 27 golpes militares fraguados por civiles de cuna oligárquica y clasemediera, causando cerca de 700 mil asesinatos políticos y una miríada de vidas destruidas con cárcel, tortura y exilio.
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Una de las cualidades más bellas del ser humano es admirar. Al admirar a una persona, se desea ser como él, se ensalzan sus actividades y se aprecian sus virtudes. No lo digo yo: lo dice la experiencia de la vida y lo subrayan algunos pensadores. Sobran ejemplos. Descartes, por un giro aciago del destino, entra en contacto con la reina de Suecia a quien le manda su tratado del amor y de las pasiones. Para Descartes son seis las pasiones: amor, odio, deseo, alegría, tristeza y admiración. La admiración, siguiendo al intelectual holandés, es una cualidad necesaria; por medio de ella se progresa, se crece. Antes, mucho antes, Aristóteles, escribió: “… la admiración impulsó a los primeros pensadores a especulaciones filosóficas”, y agregó: “… el comienzo de todos los saberes es la admiración”. La admiración camina de la mano con el aprecio que se tiene hacia una persona por contar con atributos extraordinarios o sobresalientes; incluye también respeto y confianza.
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Luis Linares Zapata: Voto blanco: ¿ruta de escape?
Las arterias que alimentan la vida organizada y hasta particular de los mexicanos están seriamente erosionadas. Años de frustrante crecimiento económico han desgastado el incipiente capital acumulado durante la bonanza pasada. Los saldos son notables en las atestadas calles citadinas sin orden, en las universidades sin presupuesto adecuado, en el desempleo que se arrellana en plazas y cantinas, en los campos de labranza moribundos, en la prestada tecnología de otros tiempos, en el aparato educativo apresado por intereses bastardos o en los pleitos de la plutocracia por defender prebendas y acrecentar sus lujos. La resultante, en forma de corrosivo malestar, cunde en miles de hogares y enferma el ánimo de otros tantos millones de individuos.
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Las arterias que alimentan la vida organizada y hasta particular de los mexicanos están seriamente erosionadas. Años de frustrante crecimiento económico han desgastado el incipiente capital acumulado durante la bonanza pasada. Los saldos son notables en las atestadas calles citadinas sin orden, en las universidades sin presupuesto adecuado, en el desempleo que se arrellana en plazas y cantinas, en los campos de labranza moribundos, en la prestada tecnología de otros tiempos, en el aparato educativo apresado por intereses bastardos o en los pleitos de la plutocracia por defender prebendas y acrecentar sus lujos. La resultante, en forma de corrosivo malestar, cunde en miles de hogares y enferma el ánimo de otros tantos millones de individuos.
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El presidente Obama lanzó en marzo pasado un plan de rescate para los bancos estadunidenses con el objeto de destrabar el flujo de crédito. El nombre oficial del nuevo plan es muy largo. Es mejor llamarlo Plan Geithner. Honor a quien honor merece.
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La muerte de un ser querido, cuando se vive de lejos, pierde acaso el espesor que tiene cuando se la vive de cerca. Se penetra en una doble irrealidad: la de la muerte y la de su duda. Trata uno de convencerse diciéndose, en forma absurda, que sólo es una ausencia que se prolonga. El sentimiento de irrealidad crece, irreprensible, cuando el anuncio llega descarnado, sin voz, en unas cuantas letras que bailotean húmedas y borrosas en una pantalla, sin siquiera el tan ligero peso del papel.
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La correspondencia es un diálogo diferido, un intercambio entre el antes y el después. Hablamos con quien no se encuentra. Nos escucha quien no está. Por eso la correspondencia no se da sólo entre los vivos y podemos escuchar, con los ojos, a los muertos.
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Mauricio Merino
Las buenas conciencias electorales
Estamos enojados con la clase política que nos gobierna. Estamos ofendidos, pues no sólo han sido incapaces de entender y resolver los problemas principales del país, sino que se han repartido dinero a manos llenas y, con una frecuencia vergonzante, han asumido actitudes tan irresponsables como deleznables en el ejercicio de sus atribuciones. A veces dan ganas de arrojarles zapatos en sus conferencias. Dan ganas de echarles a perder su fiesta electoral: de lograr que cada voto se vuelva una mentada y darles la espalda colectiva.
Pero me pregunto si, más allá de ese estallido adolescente y furibundo, tiene algún sentido democrático la campaña desplegada a favor del voto nulo. Si vale la pena convocar a no elegir, porque nadie se merece nada: ningún partido, ningún candidato, ningún político, pues según esa campaña todos son exactamente iguales. Y nosotros, sin ninguna duda (añadiría ese movimiento, entre líneas), somos moralmente mejores. Tanto, que hemos decidido defender la democracia convocando al voto, pero sin partidos, sin candidatos, sin políticos. Una democracia ideal, incluso idílica, en la que solamente habría una sociedad civil articulada, sin diferencias, idéntica a sí misma y muy participativa. Lo malo de la democracia es que hay partidos; lo malo de las elecciones es que hay que elegir entre ellos.
De otro lado, veo que el alcance y el tono desplegado alrededor de esta campaña complace mucho a quienes se han opuesto, de manera obstinada y sistemática, al régimen de partidos que arrojó la transición y al modelo de competencia política que generó la última reforma electoral. Es cierto que tampoco son un coro griego y que entre ellos también hay diferencias (a despecho de su situación en el terreno de la sociedad civil). Pero las televisoras no le han hecho malos ojos a la idea de poner el pie a los partidos, con la esperanza de que sus tropiezos les devuelvan el dinero y la influencia política que les arrebataron en 2007. Mientras más agravios haya en contra de la democracia partidaria, mientras más fracasos se acumulen en su desempeño, mejores noticias habrá para los poderes fácticos. Es una ecuación muy simple. Y más todavía cuando el movimiento que llama a boicotear las elecciones y vulnerar al sistema de partidos no nació (como de hecho ha sucedido antes) entre las filas del EZLN o del EPR o incluso de López Obrador, sino de las buenas conciencias de nuestra clase media acomodada.
Y por lo demás, no sólo hay datos que nos dicen, obstinadamente, que la mayoría de los electores sigue teniendo preferencias claras por algún partido (apenas ayer este diario nos decía que cerca de 75% de los electores ya decidió a quién le otorgará su voto), sino que además el sistema legal electoral no registrará las distintas modalidades de anulación del voto que han previsto los airados promotores de esta convocatoria. Lo mismo dará tachar toda la boleta que escribir una mentada, que votar por doña Esperanza Marchita o poner una leyenda que diga: Así no. Todos esos votos serán nulos por igual y así se consignarán en las actas posteriores.
Peor aún: mientras más votos nulos haya, mayor será la votación total emitida. Y es este dato (todos los votos emitidos, sin excepción) el que sirve para calcular el porcentaje que deben obtener los partidos emergentes que quieren quedarse en la contienda. Una vez calculado ese dato, si algún partido no logra el 2% mínimo para conservar su registro, todos sus votos y todos los nulos se restarán, así nomás, para establecer la llamada votación nacional emitida, a partir de la cual se reparten las curules de representación proporcional. Dicho de otro modo: mientras más votos nulos haya, mejor será para los partidos grandes. Aumenta su probabilidad de quitarse competidores y, al mismo tiempo, de obtener un mayor número de asientos en la Cámara de Diputados.
Los militantes de la anulación del voto nos han dicho, una y otra vez, que solamente quieren expresar su incomodidad con la situación en la que estamos. Que no quieren contradecir la democracia. Y no sólo han logrado que durante varios días su propuesta haya sido motivo de debate (con lo cual ya ganaron lo fundamental), sino que probablemente las elecciones de 2009 serán recordadas luego por esta campaña, en particular. Haiga sido como haiga sido, su indignación ya tuvo efecto y puede ser que, a la postre, tenga aún más éxito.
Por mi parte, me gustaría mucho que fueran menos optimistas y menos complacientes con su posición. Y me encantaría que, después de este movimiento, enarbolaran otro a favor de la rendición de cuentas de los poderosos hacia los ciudadanos y del rescate de los espacios públicos que las oligarquías, los oligopolios y las buenas conciencias que los acompañan nos han arrebatado.
Profesor investigador del CIDE
Pero me pregunto si, más allá de ese estallido adolescente y furibundo, tiene algún sentido democrático la campaña desplegada a favor del voto nulo. Si vale la pena convocar a no elegir, porque nadie se merece nada: ningún partido, ningún candidato, ningún político, pues según esa campaña todos son exactamente iguales. Y nosotros, sin ninguna duda (añadiría ese movimiento, entre líneas), somos moralmente mejores. Tanto, que hemos decidido defender la democracia convocando al voto, pero sin partidos, sin candidatos, sin políticos. Una democracia ideal, incluso idílica, en la que solamente habría una sociedad civil articulada, sin diferencias, idéntica a sí misma y muy participativa. Lo malo de la democracia es que hay partidos; lo malo de las elecciones es que hay que elegir entre ellos.
De otro lado, veo que el alcance y el tono desplegado alrededor de esta campaña complace mucho a quienes se han opuesto, de manera obstinada y sistemática, al régimen de partidos que arrojó la transición y al modelo de competencia política que generó la última reforma electoral. Es cierto que tampoco son un coro griego y que entre ellos también hay diferencias (a despecho de su situación en el terreno de la sociedad civil). Pero las televisoras no le han hecho malos ojos a la idea de poner el pie a los partidos, con la esperanza de que sus tropiezos les devuelvan el dinero y la influencia política que les arrebataron en 2007. Mientras más agravios haya en contra de la democracia partidaria, mientras más fracasos se acumulen en su desempeño, mejores noticias habrá para los poderes fácticos. Es una ecuación muy simple. Y más todavía cuando el movimiento que llama a boicotear las elecciones y vulnerar al sistema de partidos no nació (como de hecho ha sucedido antes) entre las filas del EZLN o del EPR o incluso de López Obrador, sino de las buenas conciencias de nuestra clase media acomodada.
Y por lo demás, no sólo hay datos que nos dicen, obstinadamente, que la mayoría de los electores sigue teniendo preferencias claras por algún partido (apenas ayer este diario nos decía que cerca de 75% de los electores ya decidió a quién le otorgará su voto), sino que además el sistema legal electoral no registrará las distintas modalidades de anulación del voto que han previsto los airados promotores de esta convocatoria. Lo mismo dará tachar toda la boleta que escribir una mentada, que votar por doña Esperanza Marchita o poner una leyenda que diga: Así no. Todos esos votos serán nulos por igual y así se consignarán en las actas posteriores.
Peor aún: mientras más votos nulos haya, mayor será la votación total emitida. Y es este dato (todos los votos emitidos, sin excepción) el que sirve para calcular el porcentaje que deben obtener los partidos emergentes que quieren quedarse en la contienda. Una vez calculado ese dato, si algún partido no logra el 2% mínimo para conservar su registro, todos sus votos y todos los nulos se restarán, así nomás, para establecer la llamada votación nacional emitida, a partir de la cual se reparten las curules de representación proporcional. Dicho de otro modo: mientras más votos nulos haya, mejor será para los partidos grandes. Aumenta su probabilidad de quitarse competidores y, al mismo tiempo, de obtener un mayor número de asientos en la Cámara de Diputados.
Los militantes de la anulación del voto nos han dicho, una y otra vez, que solamente quieren expresar su incomodidad con la situación en la que estamos. Que no quieren contradecir la democracia. Y no sólo han logrado que durante varios días su propuesta haya sido motivo de debate (con lo cual ya ganaron lo fundamental), sino que probablemente las elecciones de 2009 serán recordadas luego por esta campaña, en particular. Haiga sido como haiga sido, su indignación ya tuvo efecto y puede ser que, a la postre, tenga aún más éxito.
Por mi parte, me gustaría mucho que fueran menos optimistas y menos complacientes con su posición. Y me encantaría que, después de este movimiento, enarbolaran otro a favor de la rendición de cuentas de los poderosos hacia los ciudadanos y del rescate de los espacios públicos que las oligarquías, los oligopolios y las buenas conciencias que los acompañan nos han arrebatado.
Profesor investigador del CIDE
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