Pedro Echeverría V.
1. Los gobernantes mexicanos, como los de varios países, están desesperados llamando al pueblo y a las organizaciones a unirse para salvar al país de la crisis. Esto sólo lo hacen cuando la podredumbre se acumula y comienza y a salírseles por la boca; pero cuando se reparten el botín de sus saqueos, cuando se enriquecen a manos llenas, no hay poder humano, ni argumento moral o político, que los frene y los haga pensar. Sin embargo, nunca faltan partidos y políticos que, según dicen, acuden al auxilio de manera "desinteresada", pero sólo porque ello contribuye al futuro partidario o personal. La realidad es que esos saqueadores no tienen la menor preocupación por México, sino sólo el conservar su poder. Su "patriotismo" es sólo demagógico, el país les importa un bledo; buscan salvar su gobierno y sus riquezas. Nada más.
2. El gobierno ilegítimo de Calderón y su flamante secretario de Hacienda, Cartens, han reconocido que ya "el destino nos alcanzó", que habrán grandes recortes al presupuesto público y que sólo saldrán adelante en la crisis si todas las fuerzas políticas se unen para pedir mas sacrificios al pueblo. Parece importarles un bledo que el pueblo siga en la miseria y que unos cuantos de ricos continúen explotando al país. Se ha publicado que se ha exhortado la Secretaría de Hacienda a asumir medidas que eviten la quiebra financiera de los municipios que ha sido provocada por el propio gobierno federal, ya que ha detenido las diversas partidas que, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos, deben entregarse a las entidades y a las alcaldías. Sin embargo no se ha planteado reducir por lo menos un 50 por ciento de los salarios de los funcionarios de gobierno.
3. Pero los mexicanos, aunque hagan tronar sus pistolas, violentar la carrera de sus caballos y digan que están dispuestos a morir como machos en la raya sin dar un paso atrás, se los joden con enorme facilidad, con la risa burlesca en los labios, por sus gobernantes y los empresarios asociados. Somos "tan machos" que podemos resistir muchos años comiendo cualquier cosa, viviendo bajo techos de láminas y con pisos de tierra, incluso resistiendo enfermedades. Somos duros de roer. Y eso lo saben muy bien los gobernantes cuando repiten: "los mexicanos resisten porque son un gran pueblo, son patriotas que no se amilanan ante los problemas porque son más grandes que cualquier enfermedad o crisis". ¿Para qué preocuparse por los sufrimientos en la tierra, para qué fijarse en las desigualdades sociales, si la vida real está en otro lado?
4. Sin embargo la realidad es muy distinta, veamos: Si "como México no hay dos", "si los mexicanos fuéramos los más inteligentes y más dignos en el mundo", no hubiésemos permitido que las desigualdades económicas y sociales en el país fueran tan extremas. Jamás hubiésemos permitido una dictadura de 70 años del PRI llenos de corrupción ni tampoco los dos sexenios de estúpidos panistas que en tan poco tiempo demostraron ser iguales o peores que sus antecesores. ¿Cómo soportar que 300 mil miembros del ejército y de la policía sigan ocupando militarmente pueblos, provocando salvajes enfrentamientos que provocan miles de muertes y sin posibilidad alguna que estas invasiones terminen? Parece que lo importante no es la soberbia individual sino la posibilidad de organizarnos para la defensa permanente de nuestros derechos.
5. Felipe Calderón y su secretario de Hacienda, por no decir todos, deberían renunciar. Sus políticas han sido tan graves que el país se ha desplomado y la población está sufriendo más desempleo y miseria. Desde antes de la llamada crisis mundial las políticas de Fox y Calderón habían frenado el crecimiento del país, las inversiones y acrecentado de manera exagerada el desempleo. La llamada crisis internacional se convirtió en un pretexto cínico. ¿Pero qué debe hacer el pueblo si no se tiene fuerza para cambiar radicalmente el programa económico y político neoliberal y privatizador que lleva ya más de 25 años de estar aplicándose en México y en casi todo el mundo? El pueblo mexicano en vez de contribuir para salvar a la burguesía de su crisis, debería llevarlos a la cárcel para evitar que el país se siga cayendo en pedazos.
6. Panistas y priístas -que durante varias décadas han llevado al país a la bancarrota total- ahora hablan de aprobar en la Cámara "un presupuesto público justo y equitativo". Sin embargo, la realidad es que buscan una ley de ingresos que no lesione a los capitales multimillonarios y que descanse en impuestos indirectos a los 60 millones de pobres y miserables del país, impuestos como imponer el IVA a alimentos y medicinas. Pero, por otro lado, quieren que en la distribución de ese presupuesto se recorte el gasto social en educación, salud, creación de empleos y asistencia a los sectores más pobres, para orientarlo al pago de deudas, rescates de empresas y millonarios salarios para funcionarios de los tres poderes públicos, al IFE y a los partidos políticos. En vez de que el presupuesto sirva para equiparar a los mexicanos, sirve para dividirlos más.
7. No permitamos más que los miserables sigan pagando los enormes gastos del gran banquete de los ricos. Los gobiernos y los empresarios son los que han mantenido a México en el estado de miseria en que se encuentra y son ellos los que deben pagar los daños que han ocasionado al país. Los trabajadores deben estrechar sus lazos para evitar que sigan siendo exprimidos, como es el caso de todos aquellos que perderán sus plazas, se les reducirán los salarios o no tendrán aumento salarial alguno. Los trabajadores no son culpables de los malos gobiernos o los desfalcos. Si los trabajadores tienen alguna culpa es por dejarse manipular por los medios de información y los políticos, así como porque no hayan estado a la altura para defender sus derechos y no dejarse pisotear por la burguesía en el poder. Pero no ha que perder las esperanzas. ¡Volvamos a las calles!
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