Unas reflexiones sobre la entrevista a Micheletti
Interesante escuchar a Roberto Micheletti en la entrevista que le hizo Renato Álvarez y oírle decir que no le importa que Honduras no tenga relaciones con América Latina. Renato le preguntaba justamente eso. Y la razón por la posición de Micheletti es que Honduras tiene la gran mayoría de su exportación e importación de Estados Unidos.
Creo que es importante analizar el contenido de esa entrevista, igual como los comunicadores, historiadores, investigadores hemos estudiado escritos, documentos y hasta libros de personajes como Pinochet (como por ejemplo su libro; “11 de septiembre, Día decisivo”, muy interesante) para entender cómo funciona y argumenta el poder y el personaje.
Me llamó la atención que Micheletti, así tan seguro, expresa que el resto del mundo puede ir a la mie-a y que no nos preocupemos. Puede ser porque se siente seguro del respaldo del Pentágono y el Departamento de Estado, aunque éste último dice lo contrario.
Pero puede ser también, que Micheletti realmente cree en sus propias palabras, es decir, que Honduras sí tiene relaciones comerciales y eso es lo que importa al país y el poder económico-oligarca que son los responsables intelectuales detrás el golpe.
Honduras rompió las relaciones diplomáticas con Argentina, pero las relaciones comerciales siguen.
De todas maneras es notorio que Micheletti y el grupo que lo rodea está convencido de que Estados Unidos es el baluarte y asegurador para el proyecto político de los golpistas.
Y me acordé el escritor Juan Arancibia que en su libro “Honduras un Estado Nacional”, consideraba que APROH era más gringo que los gringos y:
“habría sugerido a la Comisión Kissinger convertir a Honduras en Protectorado o en Estado Libre Asociado. Aunque señalaba que ello no era compatible con la idiosincrasia hondureña, se proponía como una posibilidad extrema para salvar el sistema. En el fondo, se sugería que era preferible la desaparición de Honduras como país independiente, antes que la ocurrencia de una transformació n revolucionarí a”, escribía Arancibia.
Algo de eso respiraba Micheletti en la entrevista con Renato Alvarez, que prefiere entregar Honduras a los norteamericanos antes de que Mel Zelaya y el ALBA convierta a Honduras de un estado con justicia social, con derechos humanos como educación, salud, trabajo, una casa digna sin techo de cartón sino un techo que resiste los huracanes, en donde el pueblo puede ir a las urnas para consultas populares cuando el pueblo lo considera, es decir; una democracia participativa.
El golpe frenó totalmente ese proceso, por el momento. . . .
Los gringos están en la ofensiva en América Latina y la derecha latinoamericana esta reagrupándose. El golpe de Estado en Honduras es un grave revés para las fuerzas progresistas y democráticas en América Latina y una advertencia a los pueblos de este continente. Las siete bases militares bajo control de Estados Unidos, la IV Flota patrullando desde Alaska hasta la Patagonia en combinación de las bases en Honduras, constituye un peligro muy grande y un nuevo paso a la recolonizació de este continente.
Gobierno de facto descarta negociar el regreso de Zelaya a Honduras
Las autoridades golpistas de Honduras descartaron este miércoles toda negociación sobre el regreso del depuesto presidente Manuel Zelaya al poder.
LibreRed.net
Las autoridades golpistas de Honduras descartaron este miércoles toda negociación sobre el regreso del depuesto presidente Manuel Zelaya al poder, al tiempo que continuaron su enfrentamiento con la comunidad internacional y condenaron cualquier intento por desconocer las elecciones de noviembre.
“El 15% del Acuerdo de San José que resta por negociar es lo concerniente a la restitución de Manuel Zelaya y eso no tiene vuelta de hoja”, declaró el ministro de la Presidencia del gobierno de facto, Rafael Pineda Ponce.
El gobierno de Roberto Micheletti, que asumió el 28 de junio tras el derrocamiento de Zelaya, tiene pendiente una respuesta sobre el Acuerdo de San José, propuesto por el mediador en la crisis hondureña, el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, que estipula la vuelta al poder de Zelaya, amnistía política y adelanto de las elecciones de noviembre.
“El regreso sin condiciones de don Manuel Zelaya al ejercicio de la Presidencia de la Republica (…) es innegociable”, subrayó Pineda Ponce a medios locales.
El gobierno de facto abrió otro frente de conflicto el martes al romper relaciones diplomáticas con Argentina, cuyo ministro de Exteriores, Jorge Taiana, integra la misión de seis países que la Organización de Estados Americanos (OEA) planea enviar a Tegucigalpa en busca de una salida a la crisis. El régimen de facto rompió relaciones con Argentina, que sólo reconoce a Zelaya, argumentando el principio de “estricta reciprocidad”, según dijo el ministerio de Exteriores en un comunicado.
El gobierno de Micheletti tomó la decisión después de que Buenos Aires expulsara a la embajadora hondureña Carmen Eleonora Ortez Williams a petición de Zelaya, y anunció que ahora conducirá sus vínculos diplomáticos con Argentina a través de Israel.
Como Chile también expulsó al embajador hondureño Francisco Martínez por solicitud de Zelaya, no se descarta que el régimen de facto adopte igual medida con Santiago, dijo a la AFP un diplomático latinoamericano en Tegucigalpa.
La medida hacia Argentina se sumó a la orden de expulsión de los diplomáticos venezolanos hace cuatro semanas, que ha sido desafiada por Caracas.
Las autoridades golpistas también decidieron “condenar desde ahora cualquier intento de pretender desconocer, desacreditar u obstaculizar el proceso electoral de este año”.
El Congreso Nacional, dominado por partidarios del golpe, dijo en un comunicado que “reitera el apoyo incondicional al proceso electoral convocado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se llevará a cabo el 29 de noviembre”.
En la Asamblea General de la OEA celebrada el 4 de julio, cuando Honduras fue suspendida en respuesta al golpe, los ministros de Exteriores acordaron que no sería reconocido un gobierno surgido de elecciones celebradas por las autoridades de facto.
Las autoridades golpistas abrigan la esperanza de que el aislamiento internacional y los recortes de ayuda externa se acaben cuando asuma un nuevo gobierno, el 27 de enero de 2010.
Los preparativos del proceso electoral han continuado y para el 31 de agosto se anuncia el inicio formal de la campaña.
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