8/18/2009

Retórica y crueldad




Laura M. López Murillo
(especial para ARGENPRESS.info)


En algún lugar del paisaje urbano, en las orillas del progreso y al margen del presupuesto, se materializa el criterio que posterga las promesas y elude los compromisos; por eso, en el yermo del olvido se erigen las incongruencias entre la retórica oficial y la cruel realidad…
Dicen los que saben que el poder se materializa en obras públicas, que la magnitud del trabajo corresponde a la cuantía del erario, y que por eso, la determinación de los proyectos obedece a las prioridades del gobierno.Las obras y los servicios públicos figuran en el rubro elemental de las responsabilidades del gobierno, en sus tres niveles. Pero el criterio que establece las prioridades de la clase gobernante, de acuerdo con el Manual del Estadista Perfecto, es un concepto ambiguo, oscuro e impreciso.La elección de los proyectos realizables la determina el criterio del gobernante.
Y así, la naturaleza y funcionalidad de las obras públicas refleja las prioridades del gobierno. Por sinécdoque político, se identifica el criterio de los gobernantes por sus obras; por su magnitud y por su permanencia, las obras arquitectónicas se convierten en símbolos de una ciudad y de sus habitantes.Vgrs: cuando la prioridad en el gobierno es la educación, éste criterio se materializa en la construcción, mantenimiento, reparación y equipamiento de las escuelas; quienes emprenden la edificación de magnos recintos oficiales, serán reconocidos por su empeño en fortalecer el aparato gubernamental; aquellos con visión globalizadora, conectarán a su entidad con el mundo, construyendo y mejorando las vías generales de comunicación; cuando la prioridad del gobierno es embellecer la ciudad, se construirán monumentos, glorietas, puentes; cuando la prioridad de un gobierno es mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, se emprende la titánica labor de extender la cobertura de los servicios públicos, se edifican y se mejoran los centros hospitalarios.
Pero además, la materialización del criterio gubernamental cumple con una función extraordinaria: enfatizar o contradecir el discurso oficial. La edificación de una glorieta o la construcción de una calle, son obras que contradicen el discurso de los gobernantes que proclaman que trabajan por mejorar la calidad de vida de los habitantes; el discurso de quienes se presentan como los adalides de la educación se evapora en escuelas destartaladas, bandalizadas, disfuncionales.Sí! … Las discrepancias entre el discurso y su materialización suelen ser crueles y deleznables.
Las promesas en tiempos de campaña se disuelven durante el mandato, porque difícilmente se concretan; la clase gobernante justifica la incongruencia entre lo prometido y lo realizado con el monto del presupuesto de ingresos, con la corta duración del mandato, por desavenencias con el gobierno federal, etc., etc., etc… pero la realidad es contundente y las obras públicas concretan y exhiben lo que no se dice en el discurso oficial.Una de tantas evidencias de la contradicción entre el discurso oficial y la realidad sucedió recientemente en Mexicali, ciudad fronteriza y capital del estado mexicano de Baja California: el gobierno municipal emprendió la tarea de repavimentar las principales avenidas de la ciudad, para lo cual, adquirió una archi-recontra-mega-maquina canadiense por una cantidad millonaria (…).
Durante meses, la máquina maravillosa del municipio ha trastornado el flujo vehicular dejando a su paso cuasi avenidas en calidad de esperpentos(…) pero el embellecimiento de la ciudad no impidió el fallecimiento de un joven que contrajo la amiba libre en un canal donde festejaba su graduación universitaria.La discrepancia es inevitable: la cuantía de los recursos destinados a la compra y funcionamiento de una máquina maravillosamente inútil y esplendorosamente innecesaria proyecta el criterio de un gobierno cuya prioridad es el relumbrón (…), ajeno a las necesidades urgentes y apremiantes de su población.Por ese criterio, las tragedias causadas por fenómenos naturales, siempre flagelan a los sectores marginados de la población, donde se carece de los servicios elementales.
En el cinturón que rodea a un Mexicali bello, digno, limpio, verde, moderno y globalizado (…), se encuentran los focos de infección de la ricketsia ricketsi, y todas las mañanas, el gas radón se incorpora al aire respirable en las colonias sin pavimento (…)La prioridad del gobierno de Baja California es captar inversiones porque el criterio predominante (…) y exige que la administración pública funcione como una mega-gerencia de negocios internacionales, postergando las promesas y eludiendo los compromisos, mientras en el yermo del olvido se erigen las incongruencias entre la retórica oficial y la cruel realidad…(…) Autocensura por sensatez.
Laura M. López Murillo es Lic. en Contaduría por la UNAM. Con Maestría en Estudios Humanísticos, Especializada en Literatura en el Itesm.

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