Pedro Echeverría V.
1. La principal oposición a las luchas sociales y a las revoluciones es, obviamente, la clase conservadora o reaccionaria que ha sido desplazada del poder. Las revoluciones las hacen los pueblos explotados y oprimidos para liberarse de los grandes empresarios y de los gobiernos a su servicio y, cuando las luchas del pueblo triunfan, los primeros en reorganizarse para recuperar sus privilegios y riquezas son los derrocados. Así sucedió en la Francia del siglo18, en México, Rusia, China, Cuba, Nicaragua y otros países en los 20. Pero además de las oposiciones obvias de la derecha, en casi todos los países han surgido oposiciones desde la izquierda con el fin de exigir que las revoluciones se radicalicen, que sean auténticas, que no se institucionalicen, que no mueran. Estas oposiciones no pueden confundirse con las que están al servicio del imperio.
2. Me acaba de llegar un comunicado del Movimiento Indígena Pachakuti de Bolivia firmado por Román Loayza, Félix Santos y Felipe Quispe, indígenas que llevan décadas luchando por los intereses del pueblo boliviano. Señalan que Evo Morales y el MAS han pisoteado las Autonomías Indígenas al reducirlas a meras alcaldías rurales; que pretende utilizar a los pueblos indígenas como simple masa sin conciencia ni criterio y que no ha habido nacionalización de hidrocarburos (porque) las multinacionales siguen imponiendo su dictado. La corrupción ha aumentado: los masistas que vivían en El Alto ahora se compran casas lujosas en la exclusiva zona Sur de La Paz. Sus luchas contra los terratenientes y clases dominantes a través de las décadas han sido muy importantes. Los compañeros pueden tener razón, pero habría que aquilatar el contexto mundial.
3. Hace unos seis años conocí documentos de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) donde se describían y analizaban las batallas de esa organización. Pablo Dávalos, uno de sus asesores, escribía sobre la experiencia de participar en las instituciones: "Supongamos que vamos a las elecciones y gana (nuestro principal dirigente) Luis Macas. Nos va a pasar lo mismo que a los bolivianos: los cuadros organizativos se convierten en cuadros del Estado y empiezan a legitimar al Estado, un Estado liberal, y cuando hablan lo hacen en función del Estado y ahí ya tienes otras dinámicas y otros comportamientos. Por eso estamos discutiendo qué hacemos, porque otra vez vamos a tener una victoria que la burguesía convierta en derrota, pero no es sólo un problema de los ecuatorianos sino de los bolivianos, los mexicanos...". Esto es importante, ¿pero qué hacer frente las agresiones yanquis?
4. En la Francia de 1789/95, después de derrocamiento de Luis XVI por la gran revolución, la aristocracia, los terratenientes y el alto clero, la derecha del parlamento, buscaron recuperar el poder por medio de mil argucias, pero no pudieron, al parecer fueron enterrados. Sin embargo las filas de la revolución se dividieron entre girondinos y jacobinos, así como un gran pantano o llanura independiente; esas batallas llevaron a la formación del Comité de Salvación Pública que agudizó la confrontación al interior del ala izquierda del parlamento, es decir, entre los revolucionarios, llevando a la guillotina a los dirigentes derrotados. A pesar de ser compañeros de luchas contra el poder durante muchos años fueron acusados injustamente y los argumentos para confrontarse suelen ser siempre los mismos: agentes de la reacción, aliados del enemigo, etcétera.
5. Los mismito sucedió después de la revolución mexicana maderista que derrocó la dictadura de Porfirio Díaz en 1911 pero dejó intacto al ejército y no tocó el poder de la clase dominante. En nombre de establecer la paz y la reconciliación se trató de desarmar a los revolucionarios (Orozco, Zapata); fue tan repudiado y débil presidente Madero que los porfiristas dieron un golpe de Estado para restaurar su poder; pero eso provocó la segunda etapa de la revolución armada que concluyó 1917. La nueva revolución burguesa triunfante persiguió a quienes desde la izquierda radical exigían que se cumplieran las demandas de la población y no descansó hasta asesinar a los que fueron los verdaderos revolucionarios ligados al pueblo (Emiliano Zapata, Ricardo Flores Magón, Francisco Villa) Hoy son héroes para la burguesía después de haber borrado sus ideales y sus luchas.
6. También en Rusia fue derrocado el régimen aristocrático zarista por la revolución de febrero de 1917 y luego los dirigentes de esta revolución fueron echados abajo –ocho meses después- por los revolucionarios bolcheviques encabezados por Lenin. A la muerte de éste en 1924 la confrontación interna entre los revolucionarios cambiaría casi totalmente las perspectivas "proletarias" de la revolución. En Cuba la oposición fue siempre yanqui y de derecha, pero fue derrotada. En la última década han surgido planteamientos de izquierda autogestiva que han realizado fuertes críticas internas a cierta burocracia gubernamental. Sin duda debe respetársele porque no tiene liga alguna con el imperio y su honestidad está fuera de duda. Además estos sectores disidentes radicales de izquierda luchan contra la parálisis y muerte de las revoluciones.
7. Las revoluciones deben barrer con la explotación y la opresión donde quiera que esta se encuentre o quiera esconderse; los enemigos de los pueblos: los grandes burgueses han estado siempre inscritos –por sus acciones y comportamientos- como enemigos de los trabajadores y deben recibir su castigo. Los luchadores sociales de la izquierda radical, los que durante décadas han venido luchando por transformar el país y que siguen siendo oposición, deben tratárseles con el mayor respeto del mundo. Pero también estas oposiciones –me parece- deben medir bien a los que realmente son amigos, enemigos y aliados. ¿Podría decirse que es igual internamente un gobierno de derecha, de centro izquierda o de izquierda? ¿Cómo medir y comparar en importancia y el peso de las políticas imperiales con el peso de las políticas internas?
8. Hace 40 leí de Engels una idea: los socialistas participan en todas las luchas de los trabajadores, en las oposiciones, los ayudan a obtener triunfos, pero ellos siempre siguen adelante. Los movimientos sociales, las revoluciones, para no burocratizarse y no morir, deben estar siempre renovándose y transformándose. Luchemos por las reivindicaciones de los trabajadores, por hacer menos mal sus vidas y por gobiernos menos deshonestos, pero sólo como un medio o una forma para que se agrupen y organicen para batallas más profundas. Los socialistas tienen que estar en todas las luchas contra el capital, la explotación y la opresión, pueden ayudar a construir gobiernos democráticos y progresistas, pero su objetivo es más grande: acabar con el trabajo asalariado y construir una sociedad igualitaria.
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