1/03/2010

Los periodistas pal café.....


La dupla anglosajona montó una nueva causa terrorista por la cual librar su cuarta guerra simultánea en otro país islámico: Yemen, al unísono de Irak, Afganistán y Pakistán.
Las guerras en Afganistán y Pakistán forman ya una sola y han sido bautizadas por sus semiólogos en mercadotecnia bélica como Af/Pak.
Cuatro guerras de Estados Unidos y Gran Bretaña contra y en cuatro países islámicos, dos de ellos árabes a carta cabal (Irak y Yemen), marcan el diapasón del choque de civilizaciones del racista Samuel Huntington, connotado mexicanófobo y profeta de la supremacía hoy decadente del wasp (blanco-anglosajón-protestante).
El primer día del Año Nuevo que presagia ser más sangriento, The Financial Times, portavoz del neoliberalismo global, alertó que a iniciativa (sic) del premier británico, Gordon Brown, Londres (but of course and curse!) será la sede el mismo día 28 de enero tanto de una cumbre contra el terror en Yemen (la nueva base del reclutamiento terrorista global) como, en forma paralela (sic), de una conferencia sobre Afganistán.
El belicoso Brown alega que la cumbre sobre Yemen cuenta con un respaldo vigoroso (sic) de Estados Unidos y la Unión Europea, cuando Gran Bretaña anhela asegurar el apoyo de Arabia Saudita y los países del golfo. Llama la atención la ausencia del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), ya no se diga del G20 y del G77 de los países No-Alineados (que en realidad son 130).
La dupla anglosajona posee la evidencia de que el hijo de un banquero nigeriano islámico –quien en forma sacrílega intentó en Navidad estallar el vuelo 253 a Detroit– fue reclutado por Al Qaeda en Yemen tras haber vivido en Gran Bretaña.
Desde Obama hasta el almirante Dennis C. Blair, director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, han sido expuestas con notable candidez las fallas humanas y sistémicas de espionaje, las cuales obligan a tomar mayores medidas de alta tecnología de masivo control orwelliano, sin contar su gran negocio aeroportuario.
Pasaremos por alto las valiosas dudas sobre el extraño atentado (que siempre no fue) del inepto terrorista nigeriano islámico, lo cual parece redición de otro montaje hollywoodense al estilo 11/9, como deja entrever WSWS.org (31/12/09).
Aquí no importa la verdad –como fue el caso flagrante con las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, que siempre no fueron–, sino la credulidad de la opinión pública de Estados Unidos y Gran Bretaña a las versiones de sus mendaces gobernantes.
Las metástasis terroristas de Al Qaeda otra vez resucitada han sido decretadas por la dupla anglosajona y ahora, para defender a la civilización occidental agazapada, se exige erradicar su foco cancerígeno trasmutado en su nueva matriz en Yemen (antes había sido localizado en Afganistán, Pakistán e Irak).
Press Tv, de Irán (1/1/10), comenta con sarcasmo que la cumbre anglosajona ha sido convocada cuando una ofensiva militar saudita-yemení ha matado a centenas en el norte del pobre, pero muy rico en petróleo (¡supersic!), país árabe al borde del desastre humanitario, mientras en el sur, las fuerzas gubernamentales de Yemen y el ejército de Estados Unidos han bombardeado a quienes llaman (¡supersic!) militantes de Al Qaeda. Agrega que los alegatos sobre el inepto terrorista nigeriano han levantado sospechas y concluye que a Yemen es probable que le espere el mismo destino trágico de Irak y Afganistán.
Pero, ¿cuál es el problema, si de lo que se trata es de poner en jaque el tránsito de mercancías y petróleo desde el canal de Suez hasta el golfo de Aden en el mar Arábigo (parte del océano Índico), que perjudicaría ostensiblemente tanto el exitoso libre comercio como el abastecimiento energético de China?

José Agustín Ortiz Pinchetti: El Despertar
contracorriente de la mayoría de los análisis, ensayemos el optimismo: todo indica que estamos en la fase final de un ciclo histórico de treinta años. Según los historiadores estos ciclos se agotan y terminan en la decadencia. En seguida se comienza uno nuevo que rompe con los paradigmas desgastados y se inicia una revitalización. En general, hoy el tono de los comentarios expresa que no hay salida. ¿Pero tenemos derecho a desesperación?
No conozco estudios serios sobre la forma en que el fracaso de la política económica y de que la transición política han afectado en lo profundo la vida de los mexicanos.
Estamos acostumbrados a los sondeos prelectorales o a los que descubren el grado de aceptación de los distintos personajes. Pero, ¿sabemos cómo estamos viviendo nuestra frustración y, sobre todo, cómo podemos responder a ella?
¿Cómo se expresa el sufrimiento de la falta de empleo, la imposibilidad de progreso, el atrapamiento, la violencia? ¿Cómo estamos reaccionando en lo profundo al darnos cuenta de que hemos sido traicionados en forma sistemática por nuestros gobernantes?
¿Hasta qué punto hemos perdido la confianza en nuestro destino como pueblo?
Pero la oscilación negativa empieza a modificarse: la gente está mejor informada que nunca y más inconforme. Repudia a los partidos, a los líderes formales, a las instituciones. Ésta es la primera señal de que empezamos a despertar. Quienes han estudiado los procesos de decadencia y revitalización saben que la consciencia de la descomposición, el repudio a las instituciones, se convierte en una incitación que obliga a las sociedades a nuevas respuestas vigorosas, inéditas, a un renacimiento.
Ésta debe ser nuestra esperanza: que la confianza del pueblo en sí mismo comience a fortalecerse y empiece a organizarse, porque sin organización cualquier impulso es efímero. No podemos volver a un pasado de corrupción y de cinismo ni continuar la desastrosa vía que se nos ha impuesto. Los optimistas apostamos a que signos indudables de este despertar se harán evidentes en 2010.
jaorpin@yahoo.com.mx

León García Soler: A la Mitad del Foro
Al llegar el frío de diciembre, algo removió el inconciente cinematográfico de Felipe Calderón: El año que vivimos en peligro, dijo. Y las sombrías imágenes de Kampuchea, las calaveras acumuladas por los sobrevivientes a las matanzas de Pol Pot, se sobrepusieron a las que rodaron por todo el territorio nacional. Pero el fantasma del hambre pareciera provocar la parábola memoriosa; el desplome del PIB, el explosivo desempleo, la multiplicación de la pobreza. Y la inconcebible presunción de que habíamos librado con bien la mayor crisis de la historia contemporánea.
Por lo que hace al recuento de calaveras, 2010 empezó como terminó 2009. Y los de la suspicacia fundada difundieron la macabra versión de que la muerte del capo en Cuernavaca fue una ejecución y el gobierno exhibió el cadáver cubierto de billetes, de sangre y de joyas, no por error o abuso de autoridades menores, sino por decisión oficial de recurrir al terror del poder constituido como réplica y respuesta al de la violencia criminal. Especulaciones sin fin en la guerra sin fin. Jugar con lumbre en el llano seco de la población inerme, víctima de la violencia, del hambre que precede a la hambruna: de la desesperanza.
Año nuevo. Ya pasó el peligro en que vivimos. El miedo no. Ni en las versiones oficiosas de la recuperación que apunta en cifras cabalísticas sobre empleos creados que superan a los perdidos en las cuentas de los propagadores de la verdad oficial. Ni en el tránsito del déficit cero al cero liso y llano. Guillermo Ortiz dejó el Banco de México y antes de sonar las doce campanadas, se hizo presente la inflación que el afamado compañero de viaje de Ernesto Zedillo se empeñó en contener. Con Agustín Carstens resurgió el mal endémico del reformismo tecnocrático: si no hay para tortillas, que coman pasteles. O pan y fantasía, como el personaje de Vittorio de Sica: las reservas de divisas crecen y suman ya noventa mil novecientos treinta y tantos millones de dólares. Y a buen resguardo en bonos del Tesoro de los USA.
¿Cómo pensar en invertir si nuestros señores de las finanzas tiemblan de miedo al menor signo de desagrado de las calificadoras de la deuda pública? El mundo entero recurrió al dinero público, a la inversión estatal para contener la recesión y el miedo paralizador. Para reactivar la economía, salvo en México, donde decidieron recortar en lugar de invertir; donde no parecen capaces de distinguir entre inversión y gasto. A ver quién hace el favor de explicar a los ciudadanos que este año de 2010 van a elegir 12 (o 13) gobernadores, 508 diputados locales de mayoría relativa y de representación proporcional, así como autoridades de mil 437 ayuntamientos, en qué se gastaron y por qué no se invirtieron en obras públicas los 700 mil millones de dólares que produjo la venta de petróleo al exterior en el sexenio de Fox.
Tenemos las más altas reservas de la historia. China ha acumulado mucho más, algo así como 600 mil millones de dólares. Cuando la quiebra de Lehman Brothers demostró que el mercado no cura sus propios males, las exportaciones de China se redujeron brutalmente al colapsarse las economías de la Unión Europea y Estados Unidos; pero en Pekín elaboraron un imponente paquete de estímulos y multiplicaron el crédito; decidieron invertir, multiplicar el gasto público. Y al concluir 2009 la economía China habrá crecido a un ritmo anual de 8.7 por ciento del PIB; el consumo individual, 8.8 por ciento; y la inversión en 11.1 por ciento. Estatismo, repiten los de la ortodoxia neoconservadora. Y sin embargo, se mueve. Hace unos días Barack Obama elogió el formidable tren de alta velocidad recién inaugurado en China.
Una línea ferroviaria de mil 100 kilómetros que conecta las ciudades de Wuhan y Cantón; tres horas de viaje a 350 kilómetros por hora; obra con un costo de 11 mil 900 millones de euros: inversión pública en comunicaciones indispensables para el desarrollo: la quinta o sexta parte de lo que tenemos en improductivas reservas. El tren rápido México-Queretaro se pospuso para las calendas griegas. Y mientras diluíamos 700 mil millones de dólares en gasto corriente, reducíamos la inversión de Pemex en exploración. El zedillismo se deshizo de la red nacional ferroviaria y el proyecto de una carretera que enlace Veracruz y Oaxaca produce urticaria a los seminaristas de Los Pinos. Se unen los extremos: hay que recortar el gasto público, reducir los salarios de la burocracia. De la oligarquía, dice la izquierda mimética que propone aliarse con el PAN para hacer candidato a gobernador de Oaxaca al otrora priísta Gabino Cué.
En julio de 2009, en elecciones federales de medio sexenio, el PAN apostó a la guerra contra el crimen y a la figura del presidente valiente: perdieron hasta el modo de andar y Germán Martínez volvió a la oscuridad de alguna cartuja. El PRD se quedó a la vera del camino; el número de diputados que obtuvo, incluidos los de representación proporcional, se redujo a 71, al 14.2 por ciento del total de 500. Los seis discípulos de Dante y los inesperados 13 del PT, semillas para la siembra de la parcela de López Obrador, son contrapeso del PRD de Jesús Ortega, cuya insoportable levedad sirve para que López Obrador prolongue el combate imaginario con Marcelo Ebrard y le vea levitar bajo el conjuro camachista del centro absoluto.
EL PRI, caído al tercer lugar en las elecciones de 2006, se alzó con el santo y la limosna. Sus victorias en las elecciones de mayoría le hubieran garantizado el control de la Cámara sin la representación proporcional que propone reducir los cabales de la transición en presente continuo. Por lo pronto, tiene 237 diputados el PRI, 47.4 por ciento de la legislatura. Son mayoría y sin ellos no pasa ley alguna. Aunque vean fantasmas en las curules vecinas a las de Francisco Rojas y Beatriz Paredes; fisuras imaginarias, disputas intestinas por un poder inasible, que obliga al acuerdo donde el presidencialismo imponía unanimidad. En el Senado, Manlio Fabio Beltrones multiplica sus opciones y busca que coincidan con las del PRI.
En fin. Mientras Felipe Calderón pierde votos, los ilusionados con la erección del templo teocrático sobre las ruinas del Estado laico, se refugian en la esperanza de que las elecciones presidenciales sean como las cuentas del rosario: perdimos en 1997, en 2003 y en 2009, pero ganamos en 2000 y en 2006: en las presidenciales de 2012 vamos a volver a ganar.
Pero antes hay que salvar el obstáculo del 2010. Doce gobernadores. Trece al incluirse Guerrero. En Aguascalientes y Tlaxcala gobierna el PAN, y ni ahí parece segura la ratificación del mandato. Quizás por eso cabildean y hacen gestiones sin fin las falanges de Cesar Nava en Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz; y en Oaxaca, aunque sean aliados al PRD con la tácita aprobación de López Obrador. El poder por el poder mismo. Mía o de la tumba fría.
Es la recesión, estúpido. La economía mexicana no crece; se redujo casi 8 por ciento del PIB en 2009. Decrece, como el salario, como la inversión pública, como el empleo, como la educación, como la posibilidad de hacer la guerra al hambre y combatir a la pobreza. Todo cambia. Año nuevo, nueva década del nuevo milenio, pero no se vota por miedo: duele más el cuero que la camisa.
El inquieto Cono Sur: El diario conservador chileno El Mercurio informa que el lunes comenzará la huelga en la mina Chuquicamata, de la empresa Codelco Norte, que paralizará a casi 6 mil obreros y técnicos y la mitad de la producción de dicha compañía, y tiene como motivo que ésta ofrece un tercio del aumento salarial que reclaman los mineros. Por su parte, el ultraconservador diario argentino La Nación dice que la decisión del gobierno de Cristina Fernández de triplicar planes sociales (300 mil nuevas familias los recibirán) es expresión de demagogia y sólo tiene intenciones clientelistas a pesar de que la medida intenta preservar el consumo popular, las ventas de los industriales y de la agroindustria. Clarín y Página12, también argentinos, informan por su parte sobre el asalto a la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires en que los ladrones se llevaron denuncias contra policías y expedientes de represores que actuaron en la última dictadura y están siendo procesados. La organización del delito y sus objetivos dejan en evidencia el origen policial y/o militar golpista del mismo. En Paraguay, dice ABC, la Suprema Corte repuso a dos jueces de ese tribunal destituidos por el Parlamento. Éste sostiene que se trata de un golpe de Estado constitucional y ve en él la mano del presidente Fernando Lugo que, por su parte, convocó una reunión entre los diversos poderes para analizar jurídicamente el problema.
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Opinión
El Correo Ilustrado
Mejor… Imposible
Y la espera llegó a su fin, los mexicanos hemos cruzado el umbral de un año que es Bicentenario, bajó una luna llena que antecedió los primeros minutos del día primero de 2010.
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La política contra la política
La crisis global, al desvelar las mistificaciones del capitalismo financiero americano, abrió la posibilidad de poner en cuestión los saberes especializados y otros de pretendida validez universal, que organizaron la política económica y social del mundo a partir de la revolución de Reagan-Tatcher. De repente, proponer la recuperación de la capacidad estatal de hacer política macroeconómica anticíclica, se tornó la lengua franca de los estados, aunque sus implicaciones para los paradigmas reinantes en las ciencias sociales y el quehacer político no se hayan asumido plenamente. De hecho, hoy tiene lugar una ofensiva retórica global destinada a convencer al mundo y sus dirigentes de que, en realidad, nada grave ocurrió y que se puede volver al business as usual, de Wall Street.
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Ángeles González Gamio: “De Sonora a Yucatán...
De usan sombreros Tardan”. Los guajolotones seguro recordarán ese anuncio que promovía la sombrerería que había fundado en la segunda mitad del siglo DIX Carlos Tardan, industrioso joven francés, que a su llegada a México entró a trabajar a la Gran Sombrerería del Castor, que estableció en 1847 un señor Dallet, a quien conoció en el afamado Café del Cazador, que estaba situado en la esquina de Madero y el Zócalo. Al paso de los años se asociaron y finalmente adquirió la empresa junto con sus hermanos, que había traído de Francia para que aprendieran el oficio. Así surgió un prospero negocio, que les llevó a crear su propia fábrica, para hacer los mejores sombreros que se vendían en el país.
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Carlos Monsiváis
Los aparadoristas de las fotos de Beltrán Leyva

“Enigmas” de los días recientes: ¿qué sucedió el 16 de diciembre en Cuernavaca en el ataque al departamento del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de Jefes? ¿Quién ordenó la escenografía de los cadáveres, con todo y billetes de 500 y mil pesos cuidadosamente arreglados sobre el cadáver de Beltrán Leyva, y la proclamación de la derrota del capo evidenciada por su cuerpo semidesnudo y convertido en la orgía unipersonal de sangre? ¿Por qué, de modo inmediato, nadie aceptó la paternidad de los arreglos mortuorios, la Secretaría de Gobernación declaró que no era asunto suyo y que investigaría, la Procuraduría General de la República declinó la responsabilidad y rebautizó su inocencia señalando a la policía de Morelos, la Armada se dijo tan sorprendida como los lectores de periódicos o los oyentes de noticias, el Servicio Médico Forense de Cuernavaca se hizo a un lado? Además, ¿por qué la incursión en edificios con cerca de cien departamentos no se acompañó de órdenes judiciales?, ¿por qué no hubo el mínimo respeto a los habitantes no involucrados en el enfrentamiento, la gran mayoría?
Algunos saben pero nadie supo. Los seis peritos del Semefo de Morelos participantes en el levantamiento del cuerpo de Beltrán Leyva son categóricos (22 de diciembre): “Sólo cumplimos órdenes dadas por agentes federales para alterar la escena del crimen, pero no tomamos las fotos donde El Barbas se encuentra semidesnudo o cubierto de billetes ensangrentados”. Según los peritos, naturalmente requeridos de anonimato, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) los separó del cargo el 21 de diciembre en la noche, pero ellos no atendieron la noticia de su despido, mismo que desmintió la PGJE: “No están cesados ni se los ha dado de baja aún, están trabajando de manera normal. Probablemente no se les suspenderá en estos días”.
Luego (28 de diciembre), la Procuraduría del Estado separó de sus cargos a tres preceptores (encargados de levantar cadáveres) y a un médico legista acusándolos de haber manipulado el cuerpo de Beltrán Leyva: “Están suspendidos provisionalmente bajo una medida precautoria, que la procuración de justicia está ejerciendo a través de la visitaduría, de sus actividades para que no continúen actuando de manera ilegal. Se está aplicando el derecho administrativo disciplinario para valorar su conducta y tener la sanción correspondiente”. La burocracia en acción que multiplica sus comisiones, amplía el organigrama y selecciona sus culpables. Se sienten en falta porque la opinión pública o la mera reacción racional se indignaron ante el montaje pésimo de un fin de acto. Doce días después de las fotos la PGJE se da cuenta: “Específicamente, los preceptores manipularon el cuerpo, los objetos y el dinero que pusieron sobre el cadáver. Hubo manipulación de los billetes con sangre. Esto es un incumplimiento a las obligaciones, que ellos manifiestan fueron instrucciones federales”.
Así que por su cuenta los preceptores y el médico legista se lanzaron a una instalación seudoartística o, si se quiere, a la fotografía de grand guignol. Pesadilla en Elm Street a la carga. Y sin dar explicaciones convincentes, no están de moda, la Procuraduría perfecciona su cortina de humo burocrática: “Los preceptores faltaron a lo establecido en el artículo segundo del acuerdo 33/2009, publicado en el periódico oficial Tierra y libertad el pasado 9 de diciembre, el cual establece que el preceptor es un auxiliar del perito médico forense y dentro de sus funciones está el levantamiento y traslado del destino final de un cadáver, así como la aplicación y medidas de higiene y seguridad en el anfiteatro”.
Nos imaginamos la escena en el departamento, ya escenario gore: los marinos y los oficiales del Ejército y los agentes judiciales contemplan fascinados a los preceptores, dedicados a su obra maestra: convertir un cuerpo en un telón de fondo de la metamorfosis del narcotráfico. Los militares y marinos y agentes de la PGR no dicen una palabra, absortos en la creatividad del equipo forense, tal vez alguna felicitación o varias miradas de asombro. Pero no más. Con pleno olvido del acuerdo 33/2009 publicado en el periódico Tierra y libertad, preceptores y legista se afanan en hacerle pasar un mal rato al gobierno federal que, por intermedio de la Procuraduría de Morelos, se sorprende muy tarde pero, es de suponerse, con la efectividad que por lo pronto nadie advierte.
* * *
La escenografía de la Patria es complicada. Ante la muerte del marino Melquisedet Angulo Córdova, se requerían exequias de primer orden que destacaran la calidad épica de su muerte, algo seguramente cierto. El problema es la delación, si se quiere en alguna medida voluntaria, del participante en la ejecución de Beltrán Leyva, uno de los narcos más crueles de este periodo. Se aprestaron para el entierro los medios de comunicación, los Poderes de la Unión en cualquiera de sus representaciones, los funcionarios del pueblo Paraíso, en Tabasco, se fotografiaron de modo constante a la madre y la tía de Melquisedet, y los funcionarios se fueron felices a sus casas y a sus equipos de seguridad, seguros de que esa noche nadie los amedrentaría. Alertados sobre la identidad del marino y la ubicación de su familia, los sicarios del cártel correspondiente se presentaron a la medianoche, horas después del funeral y mataron a la madre, la tía y dos hermanos de Angulo, lo que era previsible pero lo que no impidió que las autoridades supremas proclamaran su decisión de no dejarse amedrentar.
Además de la maldad inherente al narcotráfico, los cuatro asesinatos tienen un origen inequívoco, señalado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos: las fuerzas de seguridad no cuidaron a los parientes cercanos ni en momento alguno buscaron protegerlos. Por lo visto, no han estudiado con el rigor indispensable los procedimientos de revancha y el desprecio absoluto a la vida humana de los narcos, lo que lleva a las escenas videograbadas y fotografiadas del velorio de los miembros de la familia Angulo, donde los marinos llevan un pasamontañas que protege su identidad. Los errores encadenados a esto conducen: a las fuerzas de seguridad que ocultan su identidad facial para resguardarse del Estado dentro y fuera del Estado.
* * *
El desbarajuste, el desgobierno, la desfachatez de las declaraciones del “Llegaremos a las últimas consecuencias”. No escasean las acusaciones contra militares por su involucramiento con el crimen organizado, persiste la criminalidad con sus cadáveres como mensajes, el gran golpe de la muerte de Beltrán Leyva se diluye entre inculpaciones de toda índole y confusiones que ocultan las contradicciones o viceversa. Son demasiados los que insisten en la necesidad de regresar el Ejército a los cuarteles. Felipe Calderón se niega rotundamente. El miedo crece, agravado por la inmensa crisis económica, y pronto será excepcional que a un cadáver lo despidan envolviéndolo en billetes de 500 y mil pesos.
Escritor

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