La tragedia industrial más inhumana en la historia de la ciudad de Nueva York
El viernes 25 de Marzo la ciudad de Nueva York ha conmemorado los cien años de la muerte de más de un centenar de trabajadoras inmigrantes en un incendio. Pese a la brutalidad del suceso, el fuego también fue un grito de guerra para el movimiento obrero internacional. Muchas de las leyes de seguridad contra incendios fueron creadas en respuesta a esta tragedia.
Por: Renée Laya-Boving
En la tarde del 25 de Marzo de 1911, Frances Perkins (1880 –1965) se encontraba tomando té con unas amigas a unas pocas cuadras de la Plaza Norte Washington, en la ciudad de Nueva York. De repente oyeron gritos, pitos y otros ruidos que hicieron que se levantaran de la mesa y fueran a la puerta para ver que estaba pasando. Así se enteraron de que había un gran incendio del otro lado de la Plaza, en el edificio de doce pisos, en donde estaba la fabrica de camisas Triángulo.
Los espectadores vieron horrorizados las llamaradas que salían por las ventanas y la gente que se lanzaba por las mismas. Este edificio tenía veinte y cinco metros de altura. Allí trabajaban cientos de personas, seis días a la semana, en su mayoría, mujeres y niñas, incluyendo adolescentes. Se trataba de inmigrantes pobres, algunos provenientes de Italia y del este de Europa.
Cuando el incendio comenzó, unos pocos bajaron por las escaleras, otros, rompieron en masa, las puertas. Muchos quedaron atrapados y murieron debido al humo y/o el fuego. En unos dieciocho minutos perecieron ciento cuarenta y seis personas.
El esposo de una de las víctimas dijo “He ido tres veces a la morgue para tratar de identificar a mi esposa pero me ha sido imposible hacerlo.” Los propietarios de la empresa fueron exonerados por los investigadores de la ciudad, el estado y las compañías de seguros. Tres años después del incendio, veinte y tres beneficiarios recibieron $75 (setenta y cinco d’olares) cada uno, por la pérdida de un familiar, o por lesiones personales.
Tragedia que pudo evitarse
En 1909 los trabajadores de esa y otras fábricas de ropa habían declarado una huelga y salido a la calle en manifestación pidiendo mejores condiciones de trabajo, entre ellas, mas salidas de escape para incendios. La policía atacó los manifestantes y hubo algunos detenidos. Aunque varias de las compañías reaccionaron positivamente e hicieron algunas concesiones a los trabajadores, no lo hicieron así los propietarios del Triángulo.
Es más, habían ocurrido cuatro incendios recientes en ese edificio; el Departamento de Incendios, lo consideró peligroso, debido al número insuficiente de salidas y así lo informó al Departamento de Edificios. Había solamente dos ascensores, cada uno para doce individuos y dos escaleras estrechas. Una de las puertas hacia una de las escaleras y las salidas que conducían al techo se mantenían trancadas con llave con la excusa de protección contra robo. Cada trabajador era revisado (paquetes, carteras) antes de salir para evitar que llevaran consigo algo que no les pertenecía.
Frances Perkins, Trabajadora Social
Cuando la tragedia de Triángulo, Frances trabajaba para la Sociedad Nacional de Consumidores en la Ciudad de Nueva York. El foco de su trabajo estaba en las condiciones en que trabajaban los empleados de panaderías: horarios largos, bajos salarios, peligros de incendio y trabajo de menores. Era natural que presenciar el incendio de la Fábrica de Camisas el Triángulo y sus consecuencias la hubiera impactado. Pensó que había que hacer algo. Escribió cartas a los editores de periódicos de las localidades vecinas; asistió a varias reuniones con personas, que como ella, se preocupaban por el asunto.
Surgió el Comité de Seguridad, el cual nombró a Frances, Secretaria Ejecutiva. El Comité, instigó la legislatura para que creara la Comisión de Investigación de Fábricas del Estado de Nueva York, cuya misión era vigilar las condiciones cuestionables del trabajo en las fábricas del estado y recomendar soluciones.
La primera reunión de investigación se realizó el 14 de Octubre de 1911. Se interrogaron doscientos veinte y dos testigos (trabajadores, patrones, oficiales del gobierno y líderes sindicales). Los inspectores de la Comisión visitaron 1.836 negocios y presentaron sus resultados.
Se detectaron las siguientes causas para el incendio del Triángulo: hacinamiento, que debe haber dificultado la salida; acumulación de basura (retazos de tela e hilo, humo de pipas y cigarros que favorecieron el incendio); aceite proveniente de las máquinas de coser que probablemente incrementó el fuego; algunas puertas estaban cerradas y bloqueaban la salida; las escaleras eran estrechas y los ascensores eran insuficientes para la cantidad de personas en el establecimiento.
De inmediato, se estableció la ley de no fumar; se comenzaron a practicar ensayos regulares, de salidas de emergencia; se instalaron regaderas automáticas en todos los edificios con más de seis pisos; se ordenó que las fábricas se registraran y se sometieran a inspecciones periódicas. Estas regulaciones se aprobaron en el primer año.
En los años siguientes se ordenaron nuevas salidas y se limitó la cantidad de personas en los ambientes. Para poder trabajar, todo “niño” necesitaba mostrar un certificado de un Doctor en Medicina que probara que el niño era mayor de 14 años de edad. Se aprobaron más de veinte y seis leyes en el segundo año.
En total la Comisión produjo trece volúmenes de recomendaciones, reportes, testimonios y leyes, en miles de páginas. El nombre de Frances no aparece en ninguno de ellas, pero es evidente que sus huellas están allí. Los focos de trabajo en esos documentos son los mismos que ella utilizó en la Sociedad Nacional de Consumidores de la ciudad de Nueva York. Aunque en general el éxito de esta gestión fue favorable, Frances Perkins tuvo sus oponentes en la legislatura, Algunos la llamaban la “agitadora profesional.” Ella continuó trabajando para mejorar las condiciones de trabajo de los empleados. En 1929, fue nombrada Comisionada Industrial del estado de Nueva York.
Ministra del Trabajo
En 1933, el Presidente Franklin Delano Roosevelt, designó a Frances Perkins Ministra del Trabajo, la primera mujer en los Estados Unidos de Norte América en ocupar ese cargo, en el cual sirvió durante doce años.
Durante ese tiempo, con el apoyo del Presidente Rooselvelt y del Congreso Nacional, ella implementó leyes sociales para beneficio de la ciudadanía. Muchas de estas leyes están aún vigentes, tales como: seguridad social, subsidio para desempleados, jornada de cuarenta horas semanales y la prohibición de trabajo de menores.
Sus ideas y argumentos progresistas como Ministra
“Se habla mucho de lo que este Renacimiento aporta al asalariado, de cómo su capacidad adquisitiva mejora. Pero el Ministerio de Trabajo, ha trabajado siempre con hombres de carne y hueso. El Ministerio de Trabajo es el gran Departamento del Gobierno en el que todas las actividades concurren al bienestar humano. Bajo la presión de la opinión y de los sentimientos del pueblo americano, hemos llegado a un punto de vista tal, que nos induce a exigir que la vida industrial tenga en cuenta tanto las relaciones humanas como el hecho de las fórmulas económicas complicadas…
El carbón para el invierno, la fontanería, el interés sobre las hipotecas, la leche del bebé, el matrimonio, las aspiraciones culturales, incluso la soda y los paseos sobre el poni en el parque, deben ir por delante de las teorías abstractas generales…
Estamos particularmente preocupados por las condiciones de vida de los hombres y de las mujeres. En hacer de los miembros una parte completa del mundo civilizado, humanizar las leyes que les conciernen, éste el objetivo esencial que debe perseguir el Ministerio de Trabajo…
El Ministerio de Trabajo, que esta nación ha establecido para promover el bienestar humano, tiene la misión consciente y deliberada de consagrarse a las necesidades humanas, de comprender si puede escuchar con el oído atento lo que el pueblo necesita y lo que espera. El trabajo del ser humano no es un artículo de consumo, ni un artículo de comercio, y el mundo no es solamente capacidad adquisitiva, eficacia e investigación (…)” Frances Perkins(1934) People at Work. Secretaria de Trabajo del Presidente F.D. Roosevelt.
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