Los perredistas del estado de México podrían acabar votando por El Yunque si las alianzas con el PAN excluyen a Alejandro Encinas y favorecen al ex secretario particular de Felipe Calderón en Los Pinos, el sombrío ultraderechista Luis Felipe Bravo Mena. La geometría política llevada a extremos aberrantes colocaría a la izquierda electoral mexiquense en una insólita postura de claudicación histórica si es que triunfara el diseño original de la historieta electoral de aquella entidad, que fue concebida y ha sido ejecutada desde Los Pinos en contubernio con Chuchos y Camachos (yunque-chuchismo), aunque ahora el pupilo Ebrard se desmarque por razones de oportunidad de la mencionada alianza inviable (o, como escribió @miguel_r_v en Twitter: El yunque y el martillo juntos, ¡solo falta la hoz para el reencuentro! Ironías de la vida). Pero, más que un reto fuerte parecería que hay un desplome bien medido: un perfil tan pesadamente definido como el del jefe yunquista Bravo Mena solamente podría ser presentado como carta panista para la negociación de alianzas con el PRD si se considerara que éstas han entrado en un punto muerto, ante lo cual fuera urgente apuntalar a un candidato propio, a pesar de su carácter expresamente contrario al espíritu de conciliación, o, por otro lado, si el cambalache acordado con los Chuchos perredistas fuera tan crudamente práctico que el beneficiado con la toma de decisiones en este caso, el PAN, pudiera hacerlo con absoluta falta de respeto a la contraparte que, a la vez, podría actuar con similar insolencia en la siguiente jugada, por ejemplo Nayarit, donde Guadalupe Acosta Naranjo parecería impresentable para el panismo local pero debiera aceptarlo en reciprocidad de impudicias políticas. El tufo a golpe pinolero largamente acordado es evidente: Bravo Mena dejó el 7 de enero de este año la estratégica secretaría particular de Los Pinos porque estaba siendo enviado a pelear el estado de México, según de inmediato sembraron en notas y columnas los operadores de prensa del felipismo. Y ayer las formas de su consolidación como precandidato único evidenciaron el mismo sello de poder que las ejercidas por Peña Nieto con Eruviel Ávila: los otros dos aspirantes a la postulación, el senador Ulises Ramírez y el ex presidente municipal de Naucalpan, José Luis Durán Reveles, se convencieron por sí mismos de que lo mejor era ceder el paso a Bravo Mena y así lo hicieron, conducidos por la mano de Gustavo Madero que, en este caso, significa la de Felipe Calderón. Fuera del foco mexiquense ha quedado ya quien en esta coyuntura prefirió a toda costa el escenario nacional: la diputada federal Josefina Vázquez Mota, que cuenta con una peculiar historia de crecimiento y supervivencia en el foxismo y en el calderonismo, a pesar de no haber pertenecido a los círculos íntimos de esos ocupantes de Los Pinos e, incluso, de haber sido larga y aplicadamente combatida con intrigas palaciegas por los miembros de esas camarillas. Vázquez Mota resistió la presión pinolera para que aceptara la precandidatura al estado de México que, aun cuando nunca lo declaró así, en su entorno consideraban una oferta envenenada, buscando que la autora de Dios mío, hazme viuda se enredara en los vericuetos de la política mexiquense y desistiera de su pretensión de buscar la candidatura panista a la Presidencia de la República que el jefe Calderón pretende mantener vacante el mayor tiempo que le sea posible, como si en sus planes reales estuviera una opción ciudadana (que podrían encarnar Ebrard o De la Fuente) o un empeoramiento tal de la vida pública que el horizonte electoral fuera inviable en lo inmediato. Astillas El asesinato de siete personas en Cuernavaca, entre ellos el hijo del escritor Javier Sicilia, columnista de Proceso, ha multiplicado la indignación de quienes ven día tras día el avance del terror social. Según diversas versiones publicadas en medios de Morelos, los homicidas habrían dejado cartulinas advirtiendo que los crímenes se cometían para castigar que se hubieran hecho denuncias anónimas ante el Ejército contra presuntos narcotraficantes. Una lectora de esta columna, cuyo nombre se omite, escribió un texto en el que habla de gran tristeza e indignación, porque otra vez en esta guerra absurda matan a nuestros jóvenes. Como madre que soy, sé que no hay dolor más grande que perder a un hijo, y no hay palabras que alcancen para mitigarlo. Algunos de los muertos eran conocidos de mis hijos de la escuela, de las patinetas, de la Universidad, es decir, se conocían de muchos años. Yo lloro por mis hijos, por todos nuestros jóvenes y por este país que no les ofrece nada. Pero no basta con llorar y seguir callando, por el miedo y la zozobra de que puede tocarnos. De esta guerra y sus terribles consecuencias sólo hay un culpable que tiene nombre y es Felipe Calderón, tendríamos que exigirle que renuncie, que si todavía tiene dignidad se vaya y reconozca que robarse la presidencia ha tenido un precio que los mexicanos, aun los que creyeron en él, no tenemos por qué pagar. Un gobierno que miente, que simula, que reprime, que nos tiene sumidos en una gran crisis ecónomica, de inseguridad y hasta existencial. Ojalá que la gente tomara conciencia; porque el cambio sólo puede surgir de la sociedad organizada, con principios, una sociedad que privilegie el humanismo ante la materialidad, la vida ante la muerte, la felicidad ante la resignación y la apatía. Es necesario no perder la memoria ni la capacidad de asombro, no debemos acostumbrarnos a lo que está pasando, tenemos que pararlo por nuestros niños, por nuestros jóvenes y por tantos buenos hombres y mujeres que se la juegan por nosotros... Y, mientras el procurador Chávez Chávez, una especie de desaparecido político en espera de que le acepten la renuncia largamente presentada, sigue desatendiendo los llamados del Congreso para hablar sobre Rápido y furioso, ¡hasta mañana, con el gobierno federal incumpliendo, como si nada, las órdenes de una juez para proteger a uno de los personajes de Presunto culpable! Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Días antes del puente del 21 de marzo caminaba hacia mi automóvil después de hacer unas compras en el centro comercial que se ubica a la entrada de Cuautla. Agrupa a Wal-Mart y Sams, como negocios ancla. Iba acompañado por otra persona. Se nos acercaron dos individuos vestidos con uniforme militar color gris y manchas oscuras. Me invitaron a que denunciara cualquier delito del que tuviera conocimiento y me entregaron un pequeño volante de papel bond del tamaño de dos tarjetas de presentación, con teléfonos y buzones electrónicos. Les pregunté si eran de la Marina; me dijeron que pertenecían al Ejército. No les pedí identificación, sólo registré la referencia de su uniforme y las armas de grueso calibre que portaban. Era mediodía y estaba muy concurrido el centro comercial; advertí que eran varias parejas de soldados y repartieron una gran cantidad de volantes. Este es el texto: No creer A base de mentiras y fraudes, a muchos ciudadanos de mi generación el gobierno nos ha hecho aprender que debemos dudar de todo. Obviamente no se me ocurrió ni remotamente atender la invitación del volante. Además, había leído meses atrás que en Monterrey la información proporcionada por las denuncias anónimas a alguna de las numerosas dependencias a cargo de la seguridad, había ido a dar a manos de delincuentes. Según lo publicado hasta hoy, junto a los cadáveres de los jóvenes asesinados en Temixco apareció una nota en que un supuesto grupo de hampones expresa que los mataron por entregar información a fuerzas federales. Este largo preámbulo tiene tres fines: 1) Expresar mi dolor por la nueva matanza de jóvenes, entre ellos se cuenta a Juan Francisco, de 24 años, hijo de Javier Sicilia, colaborador de la revista Proceso. 2) Manifestar mi pena por el anuncio de la PGR, en el sentido de que atraerá el caso a su jurisdicción; eso quiere decir que terminará archivado, de atenernos a los antecedentes, y 3) Exigir, una vez más, a las ministras y ministros de la Suprema Corte que detengan el fichaje de niños, tarea que está llevando a cabo la Secretaría de Gobernación, con fines muy cuestionables, cuando discutan la impugnación presentada por la Cámara de Diputados. ¿Cómo confiar al gobierno los datos de nuestros pequeños? Fantasmas Al comentar la información proporcionada por el Inegi, en el sentido de que 5 millones de viviendas ubicadas en distintas partes del territorio nacional se hallan deshabitadas, el director del Infonavit, Víctor Manuel Borrás Setién, dijo que el motivo principal no es la inseguridad, sino la falta de fuentes de trabajo. En nuestra sección de ayer mencioné la inseguridad. Como las casas están vacías, algunas tienen fantasma propio; los encuestadores del Inegi no pudieron preguntarles a sus dueños por qué las abandonaron. Y los fantas hablan otro idioma. El caso es que ahí están, vacías. El dato sirve, en primer lugar, para desmentir el del de-sempleo. Según el gobierno federal, comprende a 2.5 millones de personas. Si Borrás Setién afirma que el fenómeno de las casas abandonadas lo genera el desempleo, hay 5 millones de personas sin trabajo, es decir, el desempleo es el doble (en realidad son más). ¿O no vivía cuando menos una persona en edad de trabajar en cada una de ellas?
Pónganse a temblar países totalitarios neoliberales! Medio millón de manifestantes británicos –cifra que rebasó las óptimas expectativas– salió imponentemente a las calles del centro de Londres a reprobar los recortes presupuestales a los servicios públicos y a expensas del bien común de parte de la alianza contranatura del Partido Conservador y del Partido Liberal Demócrata (sic). Los recortes de George Osborne, manejador de las finanzas de la coalición, perjudican a la mayoría de la población y benefician a la parasitaria plutocracia bancaria, pese a su ostensible insolvencia.
Carlos Fernández-Vega: México SA Como si fuera la panacea y su puesta en marcha la solución a los grandes males nacionales, no es frecuente que desde la academia se analice públicamente el efecto negativo que para México ha tenido el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que entró en vigor el primer día de 1994. Si se atienen al discurso oficial, los mexicanos deberían sentirse en la gloria primermundista como efecto directo del TLCAN, pero si se remiten a la realidad, que la padecen cotidianamente, el paraíso prometido brilla por su ausencia. En este contexto, en la conferencia Integración Económica, del ciclo organizado por el Seminario de Estudios Jurídicos-Económicos de la Facultad de Derecho de la UNAM, quedó claro el efecto negativo para el grueso de la población, toda vez que en el mejor de los casos los beneficios prometidos por el TLCAN alcanzan sólo a 20 millones de mexicanos; el resto está marginado y sin perspectivas, de tal suerte que el modelo de comercio norte-sur es un ejemplo que no deben seguir otras naciones. México fue el país que experimentó más efectos negativos por la crisis financiera global registrada entre 2008 y 2009, por tener un tratado de libre comercio asimétrico, sin considerar el mercado interno. Se cometió el error histórico de privilegiar la geografía y negar la historia. Los únicos tratados regionales que han funcionado son los establecidos a partir del esquema de comercio sur-sur, como el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad del Caribe (Caricom) (Jorge Witker Velásquez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios). Como se ha comentado en este espacio, muchos son los agujeros negros en la historia del TLCAN en sus 17 años de existencia, y más allá del discurso oficial no son muchas las voces que se animan a predicar sus hipotéticos beneficios económicos y sociales para la mayoría de los mexicanos (especialmente en generación de empleo, distribución del ingreso y bienestar social). Lo que sí destaca es su aportación para concentrar aún más la de por sí concentrada actividad económica y sus regalías. Por ejemplo, cifras de la Secretaría de Economía (2005) revelan la participación de 37 mil 344 empresas mexicanas (con base en México, que es distinto) en el mercado exportador asociado al TLCAN. Al mismo tiempo, el Inegi documentó que ese mismo año más de 3 millones de unidades económicas registradas oficialmente participaban en todos los sectores productivos del país, pero de este universo sólo 1.24 por ciento, aproximadamente, sacaba provecho a la lucrativa actividad exportadora no petrolera. Ello demuestra lo concentrado que está el comercio exterior asociado al referido tratado. Sin embargo, la situación resultó peor a la hora de desmenuzar el tema. El detalle permite dejar en claro que, como en tantos otros sectores de la actividad económica en México, la concentración de la actividad exportadora no petrolera es brutal, porque de esas 37 mil 344 empresas, sólo 601 se quedan con 76.3 por ciento del pastel, porcentaje que en 2005 se tradujo en casi 142 mil millones de dólares. Esas 601 empresas (no necesariamente mexicanas y con ventas de 50 millones de dólares anuales en adelante) representaron sólo el 1.6 por ciento del por sí angosto mundillo exportador que oficialmente opera en el país, y apenas 0.02 por ciento de las unidades económicas registradas y reconocidas oficialmente. Los beneficios del TLCAN, pregonados desde el micrófono oficial, no se registran en empleo, en aportaciones fiscales, en crecimiento económico, en distribución del ingreso, en desarrollo, aunque sí, y de manera ostentosa, en utilidades para el grupúsculo de empresas participantes, es decir, ese 0.02 por ciento que concentra más de 76 por ciento del pastel exportador dentro del tratado de referencia. Ahora, no pocas de esas 601 empresas forman parte de grandes consorcios (nacionales y extranjeros), lo que limita aún más el número de participantes reales asociados al TLCAN que llevaría a los mexicanos, veloz y directamente, al paraíso primermundista. De acuerdo con lo prometido, entre los primeros efectos positivos del TLCAN estaría una mayor participación de las empresas mexicanas, mayor competencia y, desde luego, mayores beneficios sociales. En los hechos, el tratado concentró lo que de por sí estaba ya peligrosamente concentrado, fumigó a muchos productores nacionales (los reconvirtió en importadores de productos y servicios estadunidenses, como gustan decir los promotores de este artefacto) y abarató, mucho más la mano de obra. Con el tratado, en 2005 fueron 601 las empresas concentradoras (integrantes de una centena, cuando mucho, de consorcios) que se quedaron con poco más de 76 centavos de cada dólar exportado. Ese mismo año, pero en sentido contrario, alrededor de 32 mil empresas dedicadas a esos menesteres (1.1 por ciento de las unidades económicas registradas) conservaron el 1.7 por ciento del total exportado. En 1993, previo a la entrada en vigor del TLCAN, su rebanada fue de 4.5 por ciento. Con la indiscriminada apertura comercial y la firma del TLCAN miles de empresas mexicanas reventaron, para reconvertirse de productores activos y generadores de empleo a importadores, en simples intermediarios, en agentes de ventas de productos estadunidenses. Estos reconvertidos pasaron de 62 mil empresas importadoras en 1993 a más de 423 mil en 2005, un incremento cercano a 600 por ciento en el periodo. En este último año 14 de cada cien unidades económicas registradas (aparte la informalidad) se dedicaban a importar lo que algún día produjeron. Las rebanadas del pastel En su ánimo de esconder el gravísimo problema, el de los ninis, la clase política se comporta como pato salvaje (cada paso que da es una deposición): Felipe Calderón los acusó de herejes (no creen en Dios, les dijo el 26 de junio de 2009); las secretarías de Gobernación y de Educación Pública (con Fernando Gómez Mont y Alonso Lujambio a la cabeza) negaron rotundamente la existencia de 7 millones de ellos (no exageren: sólo son 285 mil, según versión pública de agosto de 2010); Heriberto Félix Guerra, titular de la Sedesol, los consideró “esquezofrénicos” por echarle la culpa a los demás (en el mismo mes y año), y entre los más recientes, César Duarte, gobernador de Chihuahua y ex presidente de la Cámara de Diputados, asegura que la militarización por tres años es el camino, la neta del planeta, para todos aquellos jóvenes que ni estudian ni trabajan, y no precisamente por fodongos. Y mientras inventan otro calificativo, el número de ninis aumenta a paso veloz. Primitivos, de plano no dan una. cfvmexico_sa@hotmail.com • http://twitter.com/cafevega Libia y la hipocresía de Occidente Ayer, al cumplirse 11 días de bombardeos aliados sobre la convulsionada Libia, los líderes de la coalición internacional –encabezada por Washington y Bruselas– acordaron en Londres continuar sus acciones militares hasta que Muamar Kadafi abandone el poder; señalaron que el régimen de Trípoli ha perdido totalmente su legitimidad y deberá rendir cuentas por sus acciones, y acordaron crear un grupo de contacto encargado de coordinar la transición política en ese país. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, fue más lejos que sus homólogos de las naciones aliadas y dejó abierta la posibilidad de suministrar armas y explosivos a los rebeldes libios, lo que, de concretarse, implicaría un incumplimiento del veto contemplado en las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, como advirtió la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez.Continuar
El Correo Ilustrado Precisión del gobierno de Michoacán Aprovecho este conducto para hacer algunas precisiones sobre la nota aparecida este martes en la página 3, “Armamento importado por Sedena ‘se desvía’ hacia grupos criminales”. Continuar
Este fin de semana se inició el proceso electoral de 2012. Sí, leyó bien, el destape de Eruviel Ávila y la consulta ciudadana sobre la alianza PRD-PAN, hechos mexiquenses propios de las elecciones locales, están imbricados, indiscutiblemente, con los comicios presidenciales del próximo año. Si bien el IEEM dio inicio formal al proceso electoral mexiquense desde el 2 de enero, es apenas este domingo cuando la contienda real se inicia. Por un lado, el PRI postuló de manera sorpresiva a Eruviel Ávila como su abanderado a la gubernatura del estado y, por otro, el resultado de la consulta coloca a la izquierda en una difícil disyuntiva.Continuar
Premisas (excluyentes unas de otras):Continuar
Al fin hubo fiesta para la opinocracia mediática interesada en participar del poder. Las fuerzas vivas, que se concentran en una sola persona, destaparon al candidato al gobierno del Edomex: un hombre que viene desde abajo, el señor Eruviel Ávila Villegas. La euforia, preñada de alabanzas, apunta, sin análisis o pudores, hacia el conocido y hasta familiar dedo elector El alboroto durará varios días hasta que queden asentadas, como verdades inmutables, algunas versiones públicas del oficialismo mexiquense. Mientras la búsqueda de arcanos, méritos adicionales y significados por tan profundo hecho político se establece en el imaginario colectivo, bien se puede atender a la bifurcación que tomará el fenómeno. Una atenderá, con el cuidado de siempre, al señor Peña Nieto, la reveladora figura que yace en la mera base del triunfalismo que todo lo invade. Después las baterías se enfocarán en el nuevo y arrollador liderazgo que llevará a las huestes de simpatizantes del priísmo a la asegurada victoria. Todo, según apuntarán los guionistas y sus cajas de resonancia alquiladas, estaba previsto desde el inicio. Un incandescente y transparente proceso selectivo para la continuidad gritarán a coro tendido.Continuar
Para esconder su desvergüenza, los voceros de la industria nuclear ahora afirman que todas las fuentes de energía tienen sus propios riesgos. Señalar los defectos ajenos para esconder las fallas propias es un viejo recurso retórico. Se emplea cuando uno está arrinconado y es especialmente útil cuando se han agotado los argumentos. Pero es particularmente estúpido cuando las faltas propias son señaladamente ofensivas y están a la vista de todos.Continuar
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