3/28/2011

Entrevista a Londa Schiebinger: catedrática de la Universidad de Stanford, Asesora de la ONU y de la Comisión Europea para asuntos de ciencia y mujer

Público/España

¿Qué presencia tiene la mujer en la ciencia, por qué hay tan pocas?

Es complicado saberlo. Por un lado, debemos ver cuántas mujeres hay en la ciencia y quiénes son. También debemos analizar a qué tipo de problemas hacen frente las féminas en las instituciones donde se hace investigación. Y hay un tercer tipo de análisis, para comprender cómo el género influye en el conocimiento científico. No sólo hablamos de mujeres, también de qué deben hacer las instituciones.

¿Y qué deben hacer?

En Estados Unidos, el Gobierno trabaja duro para transformar las instituciones. Por ejemplo, un estudio puso de manifiesto que entre dos currículum idénticos, uno con un nombre masculino y el otro con uno femenino, el elegido para cubrir un puesto era el del hombre. Estudios como este son muy importantes para detectar la discriminación en las instituciones. Para que haya más mujeres en la ciencia se necesita cambiar las instituciones y enseñar a hombres y mujeres cómo investigar sobre género. En este sentido, la recién aprobada Ley de la Ciencia española es un modelo a seguir. Si se cumple, España irá por delante del resto de países del mundo.

¿Se ha adaptado el discurso feminista a los avances de los últimos años?

Por supuesto. Ya no se reclama el derecho de una mujer a abrir una cuenta bancaria, por ejemplo. En mi campo, ya no se trata sólo de ser iguales, sino de mejorar la ciencia. Por ejemplo, sabemos que muchos medicamentos a menudo no hacen efecto a las mujeres. Y esto se da porque los fármacos se crean en ratones masculinos y se testan sobre todo en hombres. Si la investigación médica se hiciera correctamente, habría fármacos mejores para todo el mundo.

¿Realmente son tan diferentes el cerebro femenino y el masculino?

Los neurólogos hablan ahora de la neoplasticidad del cerebro, de cómo el entorno le da forma. Hombres y mujeres tienen diferentes experiencias en la sociedad y, por tanto, tienen cerebros diferentes. Observado con máquinas de resonancia magnética, la imagen del cerebro no es relevante, por tanto los estudios que se hagan en este sentido no son relevantes.

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