Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
No deja de haber sorpresas en la política mexicana. Hubo un intento muy serio para derribar el liderazgo de Jesús (Chucho) Ortega, de quién se dice que en su paso por el Partido Socialista de los Trabajadores aprendió las mañas del líder del mismo Rafael Aguilar Talamantes de quién una vez El Fisgón publicó: Historia de lo insólito: Esta semana Aguilar Talamantes no se corrompió.
La maniobra política avanzó mucho, el político que lo reemplazaría hizo campaña nacional y cuando el momento del cambio se acercaba se reunión con Chucho y este le anunció que si lo tiraban destruiría al partido, una actitud muy política sin duda, pero cuya motivación posiblemente era económica, porque se rumoraba que él llevaba una ganancia pecuniaria en el arreglo, de ser cierta esta versión resultaría que detrás de su apoyo decidido a las alianzas perversas con el PAN no estaba el deseo de romper con el dominio del PRI en muchos estados, sino el esfuerzo para asegurar su futuro personal.
Uno pensaría que el grupo que estuvo a punto de dar un golpe de mano en la dirección del partido tendría la capacidad de apoderarse del mismo en las elecciones internas, pero resulta que en una negociación secreta, como son las negociaciones de la política, los Chuchos se quedaron con la presidencia aunque le entregaron la secretaría nacional a un grupo ligado con López Obrador y en cuyo pasado está haber medrado con el movimiento inquilinario, o sea que las corrupciones se encontraron.
Uno pensaría entonces que se ratificaban políticas pero ahora nos encontramos con sorpresas, la primera es cancelar la alianza en el Estado de México que ya había comprometido Ortega. La propuesta para realizar una alianza en el Estado de México con el PAN fue derrotada, y este es un tema muy cercano al corazón de Felipe Calderón quién cree que al vencer al PRI en esa elección estatal estaría poniendo las bases para reelegir a su maltrecho partido en la elección presidencial del 2012. Jesús (Chucho) Zambrano, en nuevo presidente del PRD presentó una nueva propuesta que contempla una alianza electoral de la izquierda, el PRD con PT y Convergencia, la cual alcanzó la mayoría calificada de dos terceras partes de los consejeros presentes con 129 votos a favor, uno en contra y 44 abstenciones.
Siempre me han extrañado las abstenciones, parecen ser una salida cómoda para aquellos que no se quieren comprometer y en este caso todavía más, al tratarse de una decisión crucial porque determina un cambio en la línea política y no se comprometen. Antes de la nueva propuesta se votó la decisión tomada por los perredistas del Estado de México de aliarse con el PAN que se descartó al no alcanzar una mayoría calificada de dos terceras partes. Para esa votación 91 consejeros votaron a favor, 77 en contra y 18 se abstuvieron. ¿Habrá una razón por la cual el grupo político que (des)gobierna a ese partido se haya retractado? Exploremos varias:
1) Zambrano resultó menos corrupto que Ortega y no va por dinero sino por congruencia política –por lo menos por ahora-.
2) Hubo un arreglo político para dejar que Peña Nieto gané el estado a cambio de otras posiciones para el 2012, una elección entre 3 partidos podría favorecer al PRI.
3) Le dejaron la presidencia del partido a los Chuchos a cambio de modificar las posturas del partido en torno a las alianzas.
4) Frente a la posibilidad de una fractura que los haga perder el registro electoral –y una fortuna- decidieron no jugar la alianza con el PAN.
5) El PRD piensa que puede ganar la elección solos poniendo en práctica al movimiento organizado por López Obrador tal y como hicieron en una elección en la Cd. De México (Ixtapalapa). El Estado de México es muy importante por su peso económico y electoral, por eso muchos piensan que los resultados políticos ahí se proyectan a nivel nacional.
En esta circunstancia servirá para medir la fuerza de los actores involucrados y podrá tener consecuencias interesantes para la política nacional. Si el PRI gana es posible que no haya ajustes en la candidatura de Peña Nieto y se refuerza Salinas. Si el PAN gana se fortalece la postura de Calderón y la posibilidad que deje sucesor en la candidatura.
Si el PRD gana se fortalece la posición de López Obrador y lo convierte en factor de peso para la candidatura presidencial. La derrota cambia el mapa en los partidos y del país. Si pierde el PAN se podrá fortalecer la postura de la extrema derecha; si pierde el PRI se reposicionan personajes como Manlio Fabio cuya reputación es muy dudosa y si pierde el PRD puede elevarse Marcelo Ebrard y se refuerza Salinas. Así que el ganador esté muy claro.
schmidt@mexico.com
No deja de haber sorpresas en la política mexicana. Hubo un intento muy serio para derribar el liderazgo de Jesús (Chucho) Ortega, de quién se dice que en su paso por el Partido Socialista de los Trabajadores aprendió las mañas del líder del mismo Rafael Aguilar Talamantes de quién una vez El Fisgón publicó: Historia de lo insólito: Esta semana Aguilar Talamantes no se corrompió.
La maniobra política avanzó mucho, el político que lo reemplazaría hizo campaña nacional y cuando el momento del cambio se acercaba se reunión con Chucho y este le anunció que si lo tiraban destruiría al partido, una actitud muy política sin duda, pero cuya motivación posiblemente era económica, porque se rumoraba que él llevaba una ganancia pecuniaria en el arreglo, de ser cierta esta versión resultaría que detrás de su apoyo decidido a las alianzas perversas con el PAN no estaba el deseo de romper con el dominio del PRI en muchos estados, sino el esfuerzo para asegurar su futuro personal.
Uno pensaría que el grupo que estuvo a punto de dar un golpe de mano en la dirección del partido tendría la capacidad de apoderarse del mismo en las elecciones internas, pero resulta que en una negociación secreta, como son las negociaciones de la política, los Chuchos se quedaron con la presidencia aunque le entregaron la secretaría nacional a un grupo ligado con López Obrador y en cuyo pasado está haber medrado con el movimiento inquilinario, o sea que las corrupciones se encontraron.
Uno pensaría entonces que se ratificaban políticas pero ahora nos encontramos con sorpresas, la primera es cancelar la alianza en el Estado de México que ya había comprometido Ortega. La propuesta para realizar una alianza en el Estado de México con el PAN fue derrotada, y este es un tema muy cercano al corazón de Felipe Calderón quién cree que al vencer al PRI en esa elección estatal estaría poniendo las bases para reelegir a su maltrecho partido en la elección presidencial del 2012. Jesús (Chucho) Zambrano, en nuevo presidente del PRD presentó una nueva propuesta que contempla una alianza electoral de la izquierda, el PRD con PT y Convergencia, la cual alcanzó la mayoría calificada de dos terceras partes de los consejeros presentes con 129 votos a favor, uno en contra y 44 abstenciones.
Siempre me han extrañado las abstenciones, parecen ser una salida cómoda para aquellos que no se quieren comprometer y en este caso todavía más, al tratarse de una decisión crucial porque determina un cambio en la línea política y no se comprometen. Antes de la nueva propuesta se votó la decisión tomada por los perredistas del Estado de México de aliarse con el PAN que se descartó al no alcanzar una mayoría calificada de dos terceras partes. Para esa votación 91 consejeros votaron a favor, 77 en contra y 18 se abstuvieron. ¿Habrá una razón por la cual el grupo político que (des)gobierna a ese partido se haya retractado? Exploremos varias:
1) Zambrano resultó menos corrupto que Ortega y no va por dinero sino por congruencia política –por lo menos por ahora-.
2) Hubo un arreglo político para dejar que Peña Nieto gané el estado a cambio de otras posiciones para el 2012, una elección entre 3 partidos podría favorecer al PRI.
3) Le dejaron la presidencia del partido a los Chuchos a cambio de modificar las posturas del partido en torno a las alianzas.
4) Frente a la posibilidad de una fractura que los haga perder el registro electoral –y una fortuna- decidieron no jugar la alianza con el PAN.
5) El PRD piensa que puede ganar la elección solos poniendo en práctica al movimiento organizado por López Obrador tal y como hicieron en una elección en la Cd. De México (Ixtapalapa). El Estado de México es muy importante por su peso económico y electoral, por eso muchos piensan que los resultados políticos ahí se proyectan a nivel nacional.
En esta circunstancia servirá para medir la fuerza de los actores involucrados y podrá tener consecuencias interesantes para la política nacional. Si el PRI gana es posible que no haya ajustes en la candidatura de Peña Nieto y se refuerza Salinas. Si el PAN gana se fortalece la postura de Calderón y la posibilidad que deje sucesor en la candidatura.
Si el PRD gana se fortalece la posición de López Obrador y lo convierte en factor de peso para la candidatura presidencial. La derrota cambia el mapa en los partidos y del país. Si pierde el PAN se podrá fortalecer la postura de la extrema derecha; si pierde el PRI se reposicionan personajes como Manlio Fabio cuya reputación es muy dudosa y si pierde el PRD puede elevarse Marcelo Ebrard y se refuerza Salinas. Así que el ganador esté muy claro.
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