La Otra Ruta Migratoria
Asumen nuevos roles, pero mantienen sus tareas reproductivas
Por: Isabel Ortega Morales, corresponsal
Cimacnoticias | Chilpancingo.-Debido a la migración masculina, las mujeres indígenas han asumido roles de mando en sus comunidades, aunque al mismo tiempo se les han sobrecargado sus labores como madres de familia y gestoras de actividades que antes eran exclusivas de los hombres, advirtió Beatriz Canabal Cristiani, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco.
Entre otros efectos del fenómeno migratorio, la experta en el tema dijo a Cimacnoticias que las indígenas que han migrado a Estados Unidos han cambiado su forma de pensar y sus patrones culturales, por lo que ya no quieren regresar a sus comunidades y vivir las mismas condiciones de las que decidieron alejarse.
“En las ciudades encontraron ingreso diario que les permite una mejor forma de vida, incluso el de cambiar y opinar, ser escuchadas, atendidas y determinar cuándo casarse, con quién y el número de hijos que quieran tener, incluso no ser vendidas a quienes serán sus maridos, algo que buscan que sus hijas ya no reproduzcan como patrones de conducta”, detalló Canabal Cristiani.
La investigadora estuvo en la capital de Guerrero para participar en un encuentro sobre migración. En entrevista, explicó que entre 1994 y 1997 comenzaron a cambiar las relaciones entre mujeres y hombres en las comunidades indígenas del estado.
Precisó que ante la migración de los varones, las mujeres atienden las parcelas, se vuelven autoridades comunales, y toman las decisiones en las familias.
Beatriz Canabal explicó que estos cambios de roles han sido “difíciles” para las indígenas, toda vez que en las comunidades las actividades de mando son consideradas como exclusivas de los hombres.
Además la migración masculina también ha dejado una “carga multiplicadora” de las labores femeninas. “Ellas han quedado expuestas a una jornada de trabajo que no perdona si están embarazadas, y se hacen responsables completamente del trabajo cotidiano que ejercía normalmente el varón”, acotó.
La especialista de la UAM-Xochimilco consideró que la migración femenina también ha llegado casi a la par que la masculina. Observó que a pesar de que hay un subregistro en el número de mujeres migrantes en condición irregular, se ha documentado que ellas salen de sus comunidades ya no sólo en compañía de grupos de hombres, sino también de mujeres o solas.
Canabal Cristiani añadió que las migrantes guerrerenses han formado familias en las ciudades de EU, donde conservan lazos afectivos con sus comunidades de origen.
Destacó que el envío de remesas ha permitido a sus familiares acceder a mejores posibilidades alimenticias, de educación y capacitación, en contraste con las mujeres que se van como jornaleras a los campos de cultivo en Sinaloa y obtienen ingresos mínimos.
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