Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Sin duda el dolor por la pérdida de un hijo puede llevar a la adopción de conductas públicas y privadas desconocidas por parte de los padres. Y más aún si, como todo indica, José Eduardo Moreira fue asesinado el 3 de octubre por venganza y/o ajuste de cuentas entre la familia Moreira Valdés y el cártel de Los Zetas.
Los juicios expresados por el otrora gobernador de Coahuila y hasta hace 11 meses presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario, al periódico Vanguardia el 9 de octubre pero publicados hasta el día 26, haciéndolos coincidir con una serie de entrevistas radiofónicas en los principales noticieros y diarios capitalinos durante dos días, hablan de un plan de acción mediática y en consecuencia político muy bien articulado y que trasciende al muy respetable dolor paternal.
Humberto Moreira hace señalamientos sobre la corresponsabilidad en el asesinato de su primogénito de parte de empresarios de la minería coludidos con el narco, a los que llama “narcoempresarios” y ya sin el poder que da presidir el Institucional o gobernar Coahuila exige lo que muchos coahuilenses le demandaron: justicia.
El antes líder del Institucional merced a los acuerdos y arreglos políticos con Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, demandó que “estos narcoempresarios” que abundan “sean identificados, perseguidos, exhibidos y castigados por todo México”.
Impecable la exigencia del profesor que suscitará apoyos si la mantiene como postura permanente y no como declaración coyuntural bajo los efectos del dolor por la pérdida de José Eduardo y/o la búsqueda de alguna negociación política con el gobierno que formalmente arranca dentro de 33 días.
Moreira sabe mejor que muchos que el mediocre crecimiento económico de los últimos 30 años, a partir de Miguel de la Madrid y hasta Felipe Calderón, es inferior a la tasa anual de incremento de la población. También que el impresionante desarrollo de consorcios mexicanos, en prácticamente todos los ámbitos, resulta inexplicable sin el estímulo de recursos de procedencia ilícita.
Por lo anterior no se precisa de mucha perspicacia para comprender que aparte de la legítima exigencia del profesor de primaria que sólo ejerció en secundarias y licenciado en educación –aliado como su hermano Rubén de Elba Esther Gordillo–, existen motivaciones que rebasan y con mucho el terreno del padre por el hijo perdido. Práctica en la que incursionó con notable éxito político y empresarial Alejandro Martí e Isabel Miranda Torres, entre otros.
Llama la atención la sentencia que sin matices hace el hombre que más endeudó a Coahuila: “Se la dan de santones aquí en el pueblo, en el estado… se codean con la sociedad, se han hecho millonarios a partir de su trato con los narcotraficantes. A ésos los quiero ver en prisión”.
Pero estos “santones” no aparecieron en tierras coahuilenses hace 22 meses, cuando Humberto Moreira dejó el Palacio de Gobierno en manos de un hombre de todas sus confianzas para que le abriera el camino a la gubernatura a Rubén Moreira. Como tampoco la gran expansión de las bandas del crimen organizado, destacadamente de Los Zetas.
De tal manera que quien aparece como un valiente denunciador, tanto que no pocos le tomaron la palabra, como Javier Sicilia, se disparó un balazo al pie al exhibir una dolorosa realidad para los gobernados y que en lo más mínimo es ajena al clan de los Moreira, por más que Humberto pretenda lavarse las manos argumentando que “entregué el sistema de seguridad del estado al Ejército Mexicano”. Y con éste floreció el crimen organizado en Coahuila, se puede inferir del juicio del político.
Acuse de recibo
María de la Soledad apunta sobre Encuentro en Santa Fe (26-X-12): “A los tres (perredistas) que ya ejercen como gobernadores lo que les urge es subirse a lo que yo llamo la cargada privatizadora neoliberal. De hecho Graco (Ramírez) ya se reveló como represor neoliberal contra la resistencia a dos megaproyectos criminales que tanto el Cereal como otras ONG advirtieron y previeron desde hace meses, que motivó la formación del Frente de Pueblos de Morelos, Puebla y Tlaxcala, que es el ahora reprimido por los policías enviados por Graco (…) la Comisión Federal de Electricidad y la empresa española Abengoa son los que acordaron y ya inician: 1) una termoeléctrica construida literalmente encima de Huexca, Morelos y, 2) un enorme gasoducto que pasará por debajo de los tres estados exponiendo la vida de los habitantes de no menos de 60 pueblos. Una explosión en cualquier parte de ese gasoducto equivaldría a la ocurrida en el centro de Guadalajara hace como 20 años y que causó enorme destrucción y muerte. En concreto, la reunión EPN-gobernadores en funciones y electos fue una de negocios simple y llana, en perjuicio de sus gobernados”… El seminario “Un balance de las elecciones 2012” se realizará el martes 30 de las 10 a las 14:30 horas, en la Casa Chata, Hidalgo y Matamoros s/n, Tlalpan, Distrito Federal. Convoca la Cátedra Jorge Alonso y la revista Desacatos.
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