6/15/2016

“Sistema Nacional Anticorrupción deja en la impunidad al principal poder corruptor de este país: EPN”: Bartlett


   
BARTLETT, EPN CORRUPTO
(15 de junio, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- El senador Manuel Bartlett, coordinador del grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT) en el Senado de la República denunció –en el marco de la discusión de varias leyes que forman parte del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA)- que a pesar de la inminente entrada en vigor de dichas disposiciones, permanece impune la figura presidencial, misma que consideró “el principal poder corruptor de este país” y adelantó que de no atacarse la corrupción presidencial, los nuevos ordenamientos serán mera simulación.
El político poblano advirtió, al presentar su voto particular en contra del dictamen de las Comisiones Unidas de Anticorrupción y Participación Ciudadana, de Justicia y de Estudios Legislativos Segunda que incluyó el Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción, la Ley General de Responsabilidades Administrativas y la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, que el que no haya una auténtica separación e independencia entre “los vigilantes y vigilados” generará instancias “partidocratizadas, subordinadas y poco confiables”.
“El dictamen hace caso omiso a la explotación de la más profunda corrupción pública y privada durante los periodos correspondientes a la imposición del régimen neoliberal con su desenfreno privatizador, la intromisión de lo privado por encima de lo público y las limitaciones del Estado. La omisión del análisis de este periodo deja esa inmensa corrupción convertida en poderes de exfuncionarios que se convierten en modelo a seguir en la clase política y sus asociados privados”, dijo el senador ante el Pleno del Senado.
Bartlett también criticó que las nuevas disposiciones no consideren la obligatoriedad de las empresas de publicitar el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, laborales, medioambientales o en materia de salud, que sus directivos o accionistas tampoco tengan la obligación de transparentar sus declaraciones fiscales y que no se establezca como sanción penal a servidores públicos y empresas la extinción del dominio por delitos y faltas graves de corrupción.
“El llamado Sistema Nacional Anticorrupción es una reforma simuladora con la publicidad de las declaraciones de servidores públicos, centralista, antifederalista y antimunicipalista. Es una reforma “lampedusiana” que hace como que se cambia para que todo permanezca igual”, afirmó el coordinador parlamentario.
El senador Fernando Mayans, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), coincidió con Bartlett al señalar que el Ejecutivo federal debería haber sido puesto en el centro de esta reforma, pues “las escaleras se limpian de arriba para abajo”, dijo.
Además de Bartlett, los senadores del sol azteca Dolores Padierna Luna y Armando Ríos Piter, también hicieron uso de la tribuna para presentar su voto particular en contra del dictamen.

Crítica en comisiones
Tan sólo unas horas antes, la Ley General de Responsabilidades de los Servidores Públicos –popularmente conocida como “Ley 3de3”- había sido aprobada por la mayoría de los senadores integrantes de las comisiones de Anticorrupción y Participación Ciudadana, de Justicia y de Estudios Legislativos Segunda a pesar de que el legislador Zoé Robledo Aburto, del PRD, advirtió que contenía incentivos para la impunidad y altos márgenes de discrecionalidad con los que los órganos internos de control podrán indultar a quienes incurran en actos de corrupción.
El senador calificó de incompleto el esquema que enumera las faltas administrativas graves, pues aunque la iniciativa ciudadana –respaldada por más de 600 mil firmas- proponía contemplar como tráfico de influencias la obtención de beneficios patrimoniales de un servidor público ofrecidos por titulares de contratos, servicios u obras públicas en cuya contratación haya influenciado un servidor y consideraba como un acto de corrupción la obtención de comisiones por la gestión de recursos por parte de diputados locales y federales, también conocidos como “moches”, el dictamen no retomó dichas propuestas.
Respecto a la publicidad de las declaraciones fiscal, patrimonial y de intereses, los legisladores pugnaron porque sea voluntaria; es decir, que cada funcionario decida si la hace pública en su totalidad o no, lo que impedirá corroborar si su patrimonio, al tomar el cargo y finalizarlo, coincide con la información presentada; además, buscan minimizar la cantidad de información requerida en los tres rubros.
El perredista también advirtió que se pretende limitar la capacidad investigadora de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), pues aunque la Ley 3de3 propone darle facultades para indagar los casos de corrupción detectados a partir de denuncias, la propuesta avalada en comisiones señala que sólo en los casos en los que se detecten daños o perjuicios a la hacienda pública o al patrimonio de los entes públicos, procederá la actuación de la dependencia.
Por su fuera poco, también se obvió incluir un esquema de protección a testigos y denunciantes de este tipo de hechos.
Marcela Torres Peimbert, diputada de Acción Nacional (PAN) y secretaria de la Comisión de Anticorrupción y Participación Ciudadana, acusó a los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de poner “todas las resistencias posibles” para impedir el avance del tema en los términos propuestos por las organizaciones sociales.
Sin embargo, según la legisladora, el dictamen de la comisión “por primera vez pone a la corrupción en su justa dimensión”, pues contempla sanciones para los particulares que sobornen, presionen o den favores para obtener una concesión, compra, adjudicación o para ganar una licitación.
La legisladora adelantó que su grupo parlamentario no respaldará el adendum que legisladores del PRI dijeron que presentarán –a través del que se pretende impulsar que sea un Comité de Participación Ciudadana quien proponga a un Comité Coordinador, qué información debe de ser presentada en las declaraciones, en lugar de respaldar la propuesta de las organizaciones- sino que votarán por el principio de máxima publicidad y de la Ley 3de3 en los términos que proponen los ciudadanos.

Transparencia ideal
Las organizaciones de la sociedad civil impulsaron formatos para que los funcionarios públicos informaran, en la declaración de intereses, cuáles son sus beneficios económicos y financieros; si participan o no en la dirección de un Consejo de Administración o de alguna empresa, el sector económico de ésta, su tipo de participación, cargo o función, así como el monto anual de la remuneración, si lo hay.
Para la declaración de intereses se propone la revelación de préstamos, créditos, obligaciones financieras, fecha en que se contrajo y monto original, actividades profesionales y empresariales, cargo, función y el nombre de la entidad en que lo desempeña, así como la obligatoriedad de declarar patrocinios, donativos, regalos y todos los viajes que pudieron haber sido financiados por terceros.
Para la declaración patrimonial se pide al funcionario que numere todos sus bienes inmuebles -los de su cónyuge e hijos- el tipo, el lugar donde se encuentra, el año en que se adquirió, superficie y la forma en que fue adquirido.
Entre las organizaciones que impulsaron la Ley 3de3 destacan: Transparencia Mexicana, la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, el Centro de Investigación y Docencia Económicos (CIDE), Mexicanos contra la Corrupción, México Evalúa, la Barra Mexicana del Colegio de Abogados de México, Causa en Común, la Red por la Rendición de Cuentas, la Academia Mexicana de Protección de Datos Personales, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Hasta la fecha, 22 senadores, 222 funcionarios públicos, 110 diputados federales, 28 alcaldes, 60 diputados locales y un secretario de Estado han presentado sus declaraciones en los formatos solicitados por las organizaciones de la sociedad civil.
Al cierre de esta edición, el Senado de la República había aprobado -en lo general- con 116 votos a favor, cuatro en contra y cero abstenciones, el dictamen para expedir las tres leyes ya citadas en materia anticorrupción y legisladores de diversos grupos parlamentarios presentaban las propuestas de modificación a los textos; sin embargo, ninguna había sido admitida siquiera a discusión.
La primer normatividad que fue aprobada en lo general y en lo particular, fue la que expide la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción y aunque el senador Ernesto Ruffo Appel solicitó suspender la sesión para que la discusión de los detalles de la Ley 3de3 no se realizara en la madrugada, el pleno del Senado desechó la propuesta.

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