Entre las primeras políticas recomendadas está “salvaguardar los
puestos de trabajo de las mujeres y generar para ellas otros empleos
nuevos, dignos y ecológicamente sostenibles, especialmente en la
infraestructura pública y social”.
Igualmente “salvaguardar las microempresas y las empresas pequeñas y
medianas, y asegurar su sostenibilidad mediante el acceso a tecnología,
opciones de capacitación, mercados y financiación institucional
innovadora”, apuntó la declaración.
Hacia los países del Sur global se requieren “medidas de alivio o
cancelación de la deuda, aumento de su liquidez y políticas monetarias
expansivas que impulsen la disponibilidad de crédito en, entre otros,
los sectores específicos de las mujeres a través de garantías de crédito
y otros instrumentos de préstamo”.
El texto recordó que, según organizaciones internacionales, la
economía se contraerá -4,9 por ciento en 2020 y se perderán 14 por
ciento de las horas de labor, equivalentes a 400 millones de puestos de
trabajo a tiempo completo, y destacó que unos 527 millones de mujeres
trabajan en los cuatro sectores más afectados.
Ellos son los servicios de alojamiento y alimentación, las
actividades inmobiliarias, empresariales y administrativas, la
manufactura, y el comercio mayorista y minorista, los cuales no son
adecuados para el trabajo a distancia.
Los cuatro ámbitos representan 41 por ciento del empleo femenino
total frente a 35 por ciento del masculino. Y de los 740 millones de
mujeres que trabajan en la economía informal, 42 por ciento pertenece a
estos sectores, frente a 32 por ciento de los hombres.
Las mujeres representan 70 por ciento del personal sanitario mundial,
están en la primera línea de respuesta a la pandemia y afrontan riesgos
para su salud mientras aumenta el riesgo de violencia en el marco de la
covid y los confinamientos.
“El aprovechamiento de todo el potencial de las mujeres es crucial
para la recuperación económica”, subrayó el mensaje de la entidad de la
ONU para la igualdad de género y empoderamiento de la mujer, y de Women
20, la red de emprendedoras y activistas que actúa en ese grupo de
naciones.
Recordaron que la contribución de las mujeres al producto bruto
mundial es de 37 por ciento, y que todos los tipos de trabajo de
cuidados que realizan, incluido el no remunerado, generan 11 billones de
dólares en todo el mundo o nueve por ciento del PIB mundial.
Por ello afirmaron que “invertir en las prioridades específicas de
las mujeres debe ocupar un lugar central en el diseño de los paquetes de
recuperación. Favorecer su potencial de manera plena e igualitaria con
los hombres amortigua los efectos de la crisis y promueve el crecimiento
sostenible, equilibrado e inclusivo”.
Entre las decisiones de gobernanza inclusiva que plantean está
“asegurar el liderazgo y la participación activa de las mujeres durante
la respuesta a la covid y después de ella”, así como “desarrollar redes
de protección social ampliadas y accesibles”.
En el corto plazo se debe “asegurar y mantener una asistencia social
sólida (apoyo en efectivo o alimentos) y programas de seguro social
(pensiones, salud y desempleo) dirigidos a los grupos vulnerables,
incluidas todas las mujeres que trabajan en la economía informal y las
que se encuentran fuera del mercado laboral”.
Los gobiernos deben “invertir en infraestructura pública o social que
tenga en cuenta el género, como los servicios de agua, saneamiento,
energía y transporte”, así como en “sistemas de atención de la salud y
servicios de violencia de género inclusivos, sostenibles y de calidad”.
A-E/HM
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