Félix Hernández Gamundi
Tras subrayar que no se puede borrar la historia, explicó que es
reconocido socialmente que los agresores en ese periodo fueron las
fuerzas armadas. La verdad es conocida, lo que falta es la justicia
, apuntó en entrevista con La Jornada.
El líder estudiantil durante 1968 refrendó que el Comité 68 mantiene la misma postura que ha presentado, y consideró que lo
verdaderamente importante en el caso de los expedientes, los archivos
que reclamamos (en posesión) de la Secretaría de la Defensa Nacional
(Sedena), es que deberían ser requeridos por las instancias de
procuración de justicia, en concreto por la Fiscalía o el Poder Judicial
.
De no existir un mandato judicial en el que se solicite toda la información de manera específica, no hay certidumbre de que se entregue toda la documentación en poder de la Sedena, advirtió.
Luego del acto oficial del comienzo de las acciones de la Comisión
para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a
la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas
de 1965 a 1990, desarrollado el miércoles pasado, lamentó que se
convirtió en un evento de re-victimización de las víctimas y de
justificación de la actitud militar, lo cual es absolutamente contrario
al discurso de que se trata de conocer la verdad y encontrar justicia
.
teoría de los dos demonios, enfatizó Félix Hernández Gamundi.Foto Cristina Rodríguez
Calificó de error pedir a las víctimas compartir el mismo espacio con los militares, aunado a que los
llevan para escuchar un discurso en el cual se les anuncia que se ha
tomado la decisión de inscribir los nombres de los agresores como héroes
de la patria. ¿De qué se trata? ¿Qué es eso? Es un contrasentido
absoluto
.
Hernández Gamundi definió que el acto pareció una alusión a la teoría de los dos demonios
,
en la cual se establece que hay dos partes que se han agredido
mutuamente, y para lograr reconciliación el tema fundamental no es la
justicia, sino que cada una de las dos parts reconozca que se
agredieron mutuamente, así como perdonarse uno al otro.
Yo digo: el movimiento del 68 fue pacífico, la agresión vino de un
solo lado, entonces ¿dónde está el otro demonio?, aquí no aplica.
En todo caso, añadió, una reconciliación nacional solamente es posible por la vía de la justicia, no hay otra manera de lograr esto
. Mientras se ha reconocido que las fuerzas armadas fueron los agresores en este periodo, lo que ha faltado es que la verdad jurídica se empate con eso
.
Aseveró que no se puede justificar que los actos fueron por órdenes superiores, al existir un principio en el derecho internacional que define que no aplica la norma de la obediencia en las fuerzas castrenses cuando ésta va en contra de los derechos.
Cualquier intento de reconocimiento al Ejército, concluyó, tendría que darse en otros espacios y otras circunstancias.
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