7/23/2008

Despilfarra México 222 mdd en cuotas internacionales


El gobierno de Felipe Calderón entrega anualmente casi 2 mil 442 millones de pesos (222 millones de dólares) por concepto de “pago de membresía” para pertenecer a 243 organismos internacionales.

Mientras en la Cámara de Diputados se encuentra detenido el análisis para desincorporar a México de algunos de estos órganos, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha descubierto irregularidades en las transferencias hechas por, al menos, las secretarías de Relaciones Exteriores, Salud y Economía, indica el Informe de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2006.

De acuerdo con la Evaluación de las membresías de México en organismos internacionales –elaborada por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y entregada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)–, México desembolsa 221 millones 991 mil 275 dólares a través de 17 dependencias de Estado y organismos descentralizados para el pago de cuotas.
Según el documento, entregado por SHCP a Fortuna por medio de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, la cancillería mexicana, encabezada por Patricia Espinosa Cantellano, es la que más recursos deposita en el exterior: asigna 113 millones 171 mil 745 dólares (1 mil 244 millones 889 mil 195 pesos) a 75 organismos internacionales.

Le siguen las secretarías de Hacienda, con casi 38 millones de dólares; Educación Pública y Salud, con más de 14 millones de dólares cada una; Agricultura, 11 millones de dólares; Medio Ambiente y Recursos Naturales y Energía, más de 7 millones; Trabajo y Previsión Social, más de 6 millones de dólares; Economía, casi 5 millones; Comunicaciones y Transportes y la Procuraduría General de la República, más de 1 millón, y Gobernación y Turismo, menos de 1 millón de dólares anuales.

El informe –para cumplir el “Decreto que establece las medidas de austeridad y disciplina del gasto de la administración pública federal”, y publicado el 4 de diciembre de 2006– también indica que las aportaciones de México a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se incrementaron “sensiblemente, al pasar de 1.883 por ciento (del total del presupuesto federal anual) a 2.527 por ciento”.

Precisa que el país es el principal depositario de la ONU en América Latina y el Caribe, al contribuir con el 52 por ciento de las aportaciones de la región, y es el décimo contribuyente al “presupuesto regular de la ONU”. Esto, dice la evaluación, hace que México se vea “cada vez menos como un país receptor de cooperación y cada vez más como potencial donante neto”.

SRE, donante mayoritario

La lista de beneficiarios de la SRE la encabeza el “presupuesto ordinario” de la ONU, al que se le asignan 45 millones 871 mil 116 dólares (504 millones 582 mil 276 pesos). En la evaluación se indica que “para la cancillería el pago de contribuciones es particularmente sensible, porque representa el 20.7 por ciento de su presupuesto; el tercer rubro después del gasto nómina y de las operaciones en embajadas y consulados de México”.

Otros organismos que se enlistan en los primeros lugares para recibir recursos extraídos del erario son: ONU Operaciones de Mantenimiento de la Paz, 25 millones de dólares; Plan Maestro de Mejoras de Infraestructura, 8 millones 764 mil 834 de dólares; Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 6 millones 623 mil 524 de dólares; Organización de Estados Americanos (OEA), 4 millones 815 mil dólares; Corte Penal Internacional (CPI), 4 millones 534 mil 967 dólares, y ONU para el Desarrollo Industrial (ONUDI), 2 millones 774 mil 947 de dólares.
De este último –encargado de promover el desarrollo industrial y tecnológico en los países pobres–, el estudio que realiza la SRE demuestra las deficiencias en el trabajo que desempeña en México, debido a que hay un “bajo número de proyectos y déficit de los resultados”.

El análisis del brazo operativo de la ONU en materia tecnológica, único caso que expone la SRE, dice que las “prioridades” se han enfocado hacia el continente africano, “dejando de lado otras regiones como América Latina”. Además, la oficina regional en México “ha estado acéfala por largas temporadas y con escaso personal.

“El organismo trata con multiplicidad de interlocutores. Sin embargo, la coordinación que realiza ha sido deficiente, entre otras cosas, debido a la falta de capacidad administrativa y de gestión, lo cual se refleja en la dispersión de la información en las diferentes dependencias federales y estatales involucradas, dificultando la ejecución de los proyectos y, en consecuencia, de los resultados esperados”, puntualiza el documento.

No obstante, el gobierno mexicano ha decidido permanecer en la ONUDI, “bajo un esquema de observación, a la luz de la redefinición de la agenda de trabajo y prioridades en la relación de México con la organización”.

Mario Di Costanzo, economista y secretario de la “Hacienda Pública” del llamado “gobierno legítimo”, dice que México no se puede desligar de estos compromisos internacionales; sin embargo, sí debe estar al pendiente de los proyectos que podrían ser instrumentados en las zonas más pobres y atrasadas del país. Además, expone, debe haber una mayor fiscalización y transparencia al momento en que el gobierno federal entrega esta parte del erario.

ASF: irregularidades en la SRE

En el Informe de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2006, la ASF determina que la SRE no tiene los mecanismos de control adecuados para la asignación de recursos a organismos internacionales a través de la partida 3826, correspondiente a “cuotas y aportaciones a organismos internacionales”.

El máximo órgano de fiscalización señala que en el último año de Luis Ernesto Derbez al frente de la cancillería, ésta entregó a la ONU 651 millones 314 mil 700, mediante la Dirección General para el Sistema de las Naciones Unidas (DGSNU), monto que no estuvo previsto en su totalidad en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

Según la ASF, lo anterior contravino el artículo 31 del PEF 2006, que establece, “entre otras medidas de racionalidad y austeridad presupuestaria, que sólo se podrán aportar cuotas a organismos internacionales cuando las mismas se encuentren previstas en sus presupuestos autorizados y sean estrictamente indispensables”.

Además, indica que la SRE no presentó evidencia de que a México le correspondía pagar 32 millones 135 mil 200 dólares a la DGSNU, “para verificar si los importes consignados en las notas diplomáticas son aritméticamente correctos”.
Di Costanzo dice que “hay una mala planeación del presupuesto que se ejerce en el país: las asignaciones que hay cada ejercicio fiscal tienen más fines políticos que técnicos y esto es lo que debe de cambiar”.

Además, el especialista en finanzas asegura que “es una falla grave” el que no existan comprobantes oficiales del pago de cuotas, y una vez que termine el periodo de solventación de observaciones que establece la ASF, se les podrían fincar responsabilidades al exsecretario y al encargado de hacer el pago, porque se viola la ley de presupuesto (Contralínea 102).

Salud, transferencias opacas

La Secretaría de Salud –cuyo titular es José Ángel Córdova Villalobos– aporta 14 millones 381 mil 84 dólares (158 millones 191 mil 924 pesos) a 14 organismos internacionales. Del presupuesto destinado a la partida 3826, correspondiente a “cuotas y aportaciones a organismos internacionales”, la Organización Mundial de la Salud recibe más de 50 por ciento, con 7 millones 321 mil 155 dólares.

Otras de las beneficiarias son: la Organización Panamericana de la Salud, que obtiene 5 millones 266 mil 70 dólares; la Comisión de Salud Fronteriza México-EU, 1 millón de dólares; el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para el Socorro de la Infancia, 214 mil dólares; la Asociación Internacional de Seguridad Social, 186 mil 609 dólares; el Foro Global de Investigación en Salud, 100 mil dólares; el Foro Mundial para la Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, 100 mil dólares; Grupo Salud OCDE, 68 mil 210 dólares; la Comisión de Salud Fronteriza México-Guatemala, 45 mil 500 dólares, y seis organismos más.

Según el máximo órgano de fiscalización, la Ssa también mostró “debilidades” en el otorgamiento de recursos a organismos internacionales, que hace dos años significaron el gasto de 253 millones 652 mil 100 pesos.

El Informe de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2006 indica que la Secretaría de Salud no aclaró el motivo por el que otorgó “aportaciones voluntarias”, por 19 millones 136 mil 100 pesos. La dependencia que encabezó Julio Frenk Mora no había evaluado el marco legal de las aportaciones, con el fin de transparentar el uso del dinero público.

La Auditoría Superior también enfatiza que no hay documentación que sustente la aportación de casi 700 mil pesos a la OCDE, ya que la factura es una copia fotostática que no está debidamente certificada.

Además, los recursos entregados a la Organización Panamericana de la Salud, por más de 143 millones 97 mil 400 pesos, pudieron significar un daño al erario, dice la ASF, pues la Secretaría de Salud “pagó adeudos por 86 millones 701 mil 300 pesos”, correspondientes a los ejercicios fiscales de 2004 y 2005, aun cuando esos años contaban con recursos autorizados.

Así como las cuotas voluntarias al Programa Especial de Investigación y Capacitación en Reproducción Humana y al Foro Global de Investigación en Salud, que tampoco cuentan con recibos de aportaciones por 1 millón 132 mil 900 miles de pesos.

Economía: continuarán cuotas

La Secretaría de Economía, que encabeza Eduardo Sojo Garza-Aldape, asigna 4 millones 785 mil 294 dólares (52 millones 638 mil 234 pesos) a 12 organismos internacionales. Nutre de recursos públicos a la Organización Mundial de Comercio, con 3 millones 439 mil 515 dólares; la Conferencia General de Pesas y Medidas, 410 mil 777 dólares; la Organización Internacional de Normalización, 284 mil 994 dólares, y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 283 mil 365 dólares.

También, el Mecanismo de Cooperación Económica Asia Pacífico recibe 155 mil dólares; la Comisión Electrotécnica Internacional, 111 mil 407 dólares; la Organización Internacional de la Viña y el Vino, 32 mil 532 dólares, y el Grupo Internacional de Estudios sobre el Cobre, 25 mil 820 dólares, entre otras.... sigue acá....

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