Con Señal de alerta, de Manuel Espino, inmediatamente se advierte que no se trata ni de literatura ni de teoría política. Y da la razón a López Obrador en que la elección presidencial fue un cochinero, al confirmar la complicidad de gobernadores priistas para operar a favor del PAN. Deja constancia de un amor-odio muy profundo que el autor le tiene a Beltrones, y que la derecha es el verdadero peligro para México.
Aunque la biografía de Espino consultada en Internet lo señale como ganador de “diversos premios, locales, regionales y nacionales en poesía y arte”, en las 200 páginas del libro no se ve fundamento para premios en literatura. Salpica los comentarios ásperos con expresiones como “son paradigmas clásicos” y “la orientación axiológica de los principios inspiradores”.
En lo político no está mejor, y más que marcarle al PAN que su papel ante el poder es mantener una actitud de autonomía, al tiempo de respaldar responsablemente al Ejecutivo, parece una esas publicaciones que extorsionan a funcionarios.
El relato lo alterna entre hechos actuales y otros ocurridos hace más de una década, cuando en Sonora jugó un cuestionado papel, que a decir de periodistas de la entidad estuvo al servicio del entonces gobernador Manlio Fabio Beltrones e impuso a Enrique Salgado como candidato del PAN a la gubernatura de ese estado sobre Adalberto Rosas, dirigente histórico del panismo sonorense. Sin análisis político, da cuenta del odio-amor que le despierta Manlio, “cuyo indiscutible talento recuerda a César Borgia”.
El libro, de editorial Planeta, que en España publicó las Cartas a un joven español de José María Aznar, expresidente de ese país y colega de Espino como activista de la derecha internacional, atribuye la debilidad de Calderón a la influencia que ejercen sobre él personajes como la Gordillo y Beltrones, ignorando que gracias a la cuestionada elección con la que arribó a la Presidencia, para millones de mexicanos el “chaparrito, peloncito de lentes” carece de legitimidad.
Señal de alerta, que pinta a su autor como intolerante, iracundo y muy católico, nos deja con la duda sobre sí Espino tomó partido por el gobernador Eduardo Bours y su grupo en el ya añejo pleito con los beltronistas; o sí Manlio, en honor a su semejanza con El Príncipe, haya instruido al antiguo subalterno a dedicarle la diatriba y así subirlo al templete nacional con una andanada de declaraciones que, necesariamente, saldrán a su favor. Tiempo al tiempo.
Alma Leticia Leon.
Milenio.
Guanajuatizar a México
MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA
Francamente corrido a la derecha, el jefe nacional panista Germán Martínez anunció en León que se propone “guanajuatizar” a México. Es, según el destinatario, una promesa o una amenaza. Aún como oferta, transformar al País entero en una réplica de Guanajuato indicaría, en el mejor de los casos, el retorno al tiempo del partido único, del carro completo y, muy probablemente, de la manipulación electoral.
Después de que el Gobierno de Salinas impidió a Vicente Fox ser Gobernador pero compensó al PAN con un interinato, el partido ganó los comicios en 1995, 2000 y 2006. En este último año, por si fuera poco, prácticamente arrojó de la escena a sus contendientes, pues obtuvo las senadurías de mayoría y las 14 diputaciones federales, así como la Gubernatura, 36 de los 46 ayuntamientos y 23 de las 36 curules del Congreso local. Pero tal vez no ganó tan limpiamente.
Cuando pareció que trataba de realmente determinar la calidad de la elección y ordenó abrir paquetes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se encontró que en buen número de casos las actas no reflejaban los resultados, sino que al PAN se le anotaron votos de más. Esa irregularidad “se dio con mayor intensidad en el estado de Guanajuato”, apuntó en un estudio sobre los paquetes reabiertos el experto Hugo Almada, del Comité Conciudadano para el seguimiento del proceso electoral: “El 42% de toda la diferencia que arroja el recuento, a favor de la Coalición, proviene sólo del ajuste en los 316 paquetes que se abrieron en Guanajuato, a pesar de que éstos son sólo el 2.7 % de los que se abrieron en todo el País. Mientras el saldo promedio por casilla a nivel nacional fue de 1.14 votos y en ningún estado llegó a dos votos, en Guanajuato este promedio arroja ¡17.59 votos por casilla!”.
Al detenerse a examinar casos específicos en los distritos tres, cinco y seis, todos con cabecera en León, Almada halló en los dos primeros “un patrón muy claro: en todas se le habían puesto votos de más al PAN”. Por eso consideró “imprescindible que el Tribunal aclare lo que pasó. Mínimamente es necesario completar estos distritos y abrir todo Guanajuato.”. El Tribunal, sin embargo, no lo hizo y nos quedamos sólo sospechando “si la misma alteración se presenta, y en qué medida, en algunos de los 11 distritos restantes”.
De esa elección surgió un Gobierno que el principal periódico local, a.m., ha acusado de autoritario y represor, además de falto de autonomía, porque está dominado por la secta política conocida como El Yunque. Uno de sus líderes, Gerardo Mosqueda, es el Secretario de Gobierno y da la apariencia no de que depende del gobernador Juan Manuel Oliva, sino de lo contrario. El 11 de mayo del año pasado abrió a plena conciencia un frente contra la prensa local. En un discurso de 18 minutos ante delegados federales lanzó una filípica contra Enrique Gómez Orozco y Arnoldo Cuéllar, directores respectivamente de a.m. y Correo. Cuando, sorprendidos por el insólito comportamiento del segundo del gobernador los afectados acudieron a éste, su respuesta fue solidaria con Mosqueda que, le dijo, “tendrá sus razones para hacerlo”.
Gómez Orozco acudió ante la Procuraduría local de Derechos Humanos y la Comisión Nacional, que atrajo el caso. Ambos organismos emitieron recomendaciones al Gobernador para que instruyera al Secretario a pedir públicamente ser disculpado por los directores ofendidos. Mosqueda se burló de los agraviados y de todos al ofrecer una disculpa en que ni siquiera los mencionó y extendiendo su petición a su propia familia, porque lo apoya. Después, francamente el Gobernador rechazó las recomendaciones.
Si bien las indagaciones de Álvaro Delgado han arrojado pistas claras sobre El Yunque y el papel relevante de Mosqueda en esa organización secreta, una investigación publicada por a.m. el dos de junio, realizada en el terreno mismo en que se mueven los secreteros y con información de primera mano, hizo concluir a ese diario que “una secta fanática manda desde las sombras por encima de los funcionarios electos”
El Gobierno fue más allá de los insultos. Dispuso un boicot informativo contra los diarios de los directores ofendidos y la cancelación de los anuncios gubernamentales en sus páginas. Luego extendió la orden a los alcaldes. El de León quiso resistir, pero al final cedió a la instrucción y confesó a Gómez Orozco que lo habían forzado a hacerlo. Por todo ello, los diarios a.m. hicieron publicar el 7 de junio una denuncia con los hechos narrados, que apareció en sus páginas y en las de los periódicos más relevantes de una decena de ciudades. El 16 de junio siguiente la Sociedad Interamericana de Prensa, se dirigió al Gobernador preocupada por esos actos persecutorios, cuyos efectos trascienden a los interesados. Por ejemplo, a.m. informó que los anuncios gubernamentales, ahora ausentes de sus páginas, significan sólo el 3% de sus ingresos. Pero no es lícito, recordó la organización periodística continental utilizar los recursos públicos como medio de represión.
Gómez Orozco se ha preguntado “¿qué sería de México sometido a un Gobierno autoritario, fanático e intolerante?” como el que está asentado en Guanajuato. Germán Martínez se propone responder a esa pregunta con su ufana promesa de guanajuatizar a México, es decir establecer en el País un Gobierno como el descrito y sufrido por el director de a.m. Con Policía como la de León, además, a la que se enseña a torturar.
Teme Obispo dictadura panista
Redacción / Francisco HernándezEl obispo de Celaya advirtió que con el proyecto impulsado por el PAN, de ‘guanajuatizar’ al País, se corre el riesgo de que México caiga en una dictadura.
Monseñor Lázaro Pérez Jiménez lamentó que regresen los discursos triunfalistas por parte de los partidos políticos.
“Lo que me está cayendo muy mal es ese lenguaje triunfalista que utilizan todos los partidos, por ejemplo, viene el dirigente del PRI y dice ‘vamos a acabar con el PAN en Guanajuato’, hablan los panistas ayer (el sábado) en León y dicen ‘vamos a empanizar todo el País’, sencillamente de ambos lados hay un lenguaje inadecuado”.
-¿Qué significa para usted el que hayan dicho ‘vamos a guanajuatizar todo el País? -se le preguntó.
-Van a guanajuatizar, pero también el PRI dijo vamos a priízar todo el Estado. Este lenguaje que venga de cualquier partido político se me hace muy triunfalista y fuera de época.
El pasado sábado, en la sesión de su Consejo Nacional realizado en León, el dirigente del PAN, Germán Martínez, expresó que en las elecciones de 2009 su partido va a ‘guanajuatizar’ el País, en referencia a que buscarán obtener el mayor número de posiciones en los congresos Federal, locales y municipios.
Actualmente el PAN domina 36 de 46 municipios y en los comicios de 2006 ganó todos los distritos electorales de Guanajuato.
El Obispo de Celaya opinó que se requiere pluralidad en la sociedad guanajuatense.
Incluso, opinó que lo deseable es que exista una izquierda madura, prudente e inteligente que haga contrapeso a la derecha panista.
“En principio deben coexistir todos los partidos políticos, todas las diferencias. Decir que todos deben ser priístas o panistas está mal, debe haber perredistas o panalistas. ¿Por qué solamente un partido? ¿Por qué sólo el PAN debe estar en todo México al estilo en Guanajuato? Eso sencillamente se me hace una manera de imponer una ideología que corre el riesgo de terminar como una dictadura de partido y eso no le conviene a México”.
Al referirse a la máxima del grupo de ultraderecha en el PAN, ‘El Yunque’, de ‘instaurar el reino de Dios en la tierra’, Monseñor cuestionó que en realidad conozcan el verdadero significado de la frase.
“Dicen que pretenden instaurar el reino de Dios en la Tierra y no deben meter a Dios en la política, hablan de Dios pero trabajan como si no existiera”.
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