Libro presentado en la Feria Internacional del Libro de Minería
Por Nancy Betán Santana
México DF, 20 febrero 09 (CIMAC).- “Si no se cambian las percepciones del rol femenino al interior de los círculos de poder, las mujeres continuarán sin legislar y decidir proporcionalmente en México”, afirma María Luisa González Martín, coordinadora de la investigación Límites y desigualdades en el empoderamiento de las mujeres en el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Dicha investigación dio como resultado un libro en el cual se abordan a través de la investigación documental y de campo, los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres militantes de los tres principales partidos políticos del país. La discriminación es una constante en el interior de los mismos.
El libro Límites y desigualdades en el empoderamiento de las mujeres en el PAN, PRI y PRD se logró gracias al financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y es publicado por editorial Miguel Ángel Porrúa.
Recientemente fue presentado en la XXX Feria Internacional del Palacio de Minería (FILPM), de la Universidad Nacional Autónoma de México, que se lleva a cabo desde el 18 de febrero hasta el próximo 1 de marzo.
De acuerdo con la encuesta “Estudios acerca de limitaciones y obstáculos de las mujeres que se desempeñan en cargos de elección popular” (Ealimdcep), incluido en el libro, el 73 por ciento de las mujeres perredistas considera que existe discriminación a nivel de la estructura del partido y sólo el 27 por ciento opina que no la hay.
En el PRI, las cifras varían sólo un poco: el 64 por ciento de las mujeres cree que hay discriminación y el 36 por ciento manifiesta que no.
En entrevista con Cimacnoticias, González Martín declaró que en la mayoría de las ocasiones, la voluntad de las mujeres que laboran en los partidos políticos se ve sepultada por la dinámica del poder, la cual es impuesta principalmente por los hombres. En ella, la subestimación está presente.
“Existe aún un menosprecio hacia la mujer de parte del hombre que viene de siglos atrás; pues en primera instancia, éste concibe a la mujer como un ser “inferior”, y, por consiguiente, no puede aceptar que este ser “inferior” le indique cómo manejar los asuntos importantes o resolver los problemas. Más todavía, en la política formal”.
A través del estudio, subraya la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Autónoma de México (IIE-UNAM), se aprecia que pese a la existencia de la Reforma electoral en materia de género de 1993, modificada en 2002, no se ha avanzado lo suficiente en el tema y la realidad arroja otros resultados. Sobre todo en lo que al ejercicio de la política se refiere.
“Se puede o no cumplir con las cuotas reglamentarias de mujeres, pero eso no quiere decir que haya igualdad en las acciones diarias de los partidos políticos. Ni siquiera se tienen claros los temas de equidad de género”.
En la Ealimdcep se sostiene que la mayoría de las legisladoras del PAN no poseen una conciencia respecto a las prácticas discriminatorias de género, pues la consideran naturales y no se reconocen como víctimas.
Para María Luisa González, la mujer legisladora se va quedando sola y sin otra alternativa más que adaptarse a los lineamientos y dinámicas del poder, en los cuales a veces la conciencia, no sólo de las conductas discriminatorias, si no también de sí misma, se pierde. “La entrada al mundo del poder, es sabido, está llena de vicios y corruptelas”, resalta.
No obstante, opina que si una mujer pretende llegar a empoderarse de ella misma, de su papel como ciudadana y legisladora, no debe olvidar que hay asuntos concernientes a su género que deben resolverse. Solamente así se podrá crear un verdadero avance en materia de género en la política mexicana.
“Se avanzará, pero no creo que sea rápido, pues no simplemente se trata de que la mujer participe, sino que lo haga con una posición independiente y lo más firme que se pueda para romper la inercia existente en el mundo político respecto a las capacidades femeninas”, concluye.
09/NBS/GG
Por Nancy Betán Santana
México DF, 20 febrero 09 (CIMAC).- “Si no se cambian las percepciones del rol femenino al interior de los círculos de poder, las mujeres continuarán sin legislar y decidir proporcionalmente en México”, afirma María Luisa González Martín, coordinadora de la investigación Límites y desigualdades en el empoderamiento de las mujeres en el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Dicha investigación dio como resultado un libro en el cual se abordan a través de la investigación documental y de campo, los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres militantes de los tres principales partidos políticos del país. La discriminación es una constante en el interior de los mismos.
El libro Límites y desigualdades en el empoderamiento de las mujeres en el PAN, PRI y PRD se logró gracias al financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y es publicado por editorial Miguel Ángel Porrúa.
Recientemente fue presentado en la XXX Feria Internacional del Palacio de Minería (FILPM), de la Universidad Nacional Autónoma de México, que se lleva a cabo desde el 18 de febrero hasta el próximo 1 de marzo.
De acuerdo con la encuesta “Estudios acerca de limitaciones y obstáculos de las mujeres que se desempeñan en cargos de elección popular” (Ealimdcep), incluido en el libro, el 73 por ciento de las mujeres perredistas considera que existe discriminación a nivel de la estructura del partido y sólo el 27 por ciento opina que no la hay.
En el PRI, las cifras varían sólo un poco: el 64 por ciento de las mujeres cree que hay discriminación y el 36 por ciento manifiesta que no.
En entrevista con Cimacnoticias, González Martín declaró que en la mayoría de las ocasiones, la voluntad de las mujeres que laboran en los partidos políticos se ve sepultada por la dinámica del poder, la cual es impuesta principalmente por los hombres. En ella, la subestimación está presente.
“Existe aún un menosprecio hacia la mujer de parte del hombre que viene de siglos atrás; pues en primera instancia, éste concibe a la mujer como un ser “inferior”, y, por consiguiente, no puede aceptar que este ser “inferior” le indique cómo manejar los asuntos importantes o resolver los problemas. Más todavía, en la política formal”.
A través del estudio, subraya la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Autónoma de México (IIE-UNAM), se aprecia que pese a la existencia de la Reforma electoral en materia de género de 1993, modificada en 2002, no se ha avanzado lo suficiente en el tema y la realidad arroja otros resultados. Sobre todo en lo que al ejercicio de la política se refiere.
“Se puede o no cumplir con las cuotas reglamentarias de mujeres, pero eso no quiere decir que haya igualdad en las acciones diarias de los partidos políticos. Ni siquiera se tienen claros los temas de equidad de género”.
En la Ealimdcep se sostiene que la mayoría de las legisladoras del PAN no poseen una conciencia respecto a las prácticas discriminatorias de género, pues la consideran naturales y no se reconocen como víctimas.
Para María Luisa González, la mujer legisladora se va quedando sola y sin otra alternativa más que adaptarse a los lineamientos y dinámicas del poder, en los cuales a veces la conciencia, no sólo de las conductas discriminatorias, si no también de sí misma, se pierde. “La entrada al mundo del poder, es sabido, está llena de vicios y corruptelas”, resalta.
No obstante, opina que si una mujer pretende llegar a empoderarse de ella misma, de su papel como ciudadana y legisladora, no debe olvidar que hay asuntos concernientes a su género que deben resolverse. Solamente así se podrá crear un verdadero avance en materia de género en la política mexicana.
“Se avanzará, pero no creo que sea rápido, pues no simplemente se trata de que la mujer participe, sino que lo haga con una posición independiente y lo más firme que se pueda para romper la inercia existente en el mundo político respecto a las capacidades femeninas”, concluye.
09/NBS/GG
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