Recomienda a gobiernos Red Internacional de Género y Comercio
Incluir perspectiva de género en políticas para enfrentar la crisis
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México, DF. 25 mar 10 (CIMAC).- En un escenario de crisis económica, los gobiernos del mundo deben generar políticas, que tanto en su diseño, como en su evaluación, incorporen la perspectiva de género para que contribuyan a la equidad social y no profundicen las desigualdades, sostiene la Red Internacional Género y Comercio (IGNT, por sus siglas en inglés).
A decir de Alma Espino, co-coordinadora de la IGNT, las respuestas frente a la recesión deben complementar los programas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Es decir, deben crearse teniendo en cuenta la disparidad social que existe entre mujeres y hombres.
En el boletín trimestral de la Red, Espino menciona que además de advertir sobre los posibles impactos de la crisis en las mujeres, es importante proyectar políticas con perspectivas de género para resarcir las desigualdades.
Para ello, expuso que es “imprescindible” que el Estado genere y proteja la calidad de los empleos.
Al tiempo, las políticas fiscales deben priorizar la inversión en desarrollo, es decir, en los ámbitos de educación, salud e infraestructura, sobre todo.
Otro de los factores que destaca la integrante de la IGNT, es la necesidad de “socializar el costo de la reproducción de los seres humanos con la colaboración del Estado y de todos los actores sociales, en un enfoque integrado de políticas públicas que hagan compatible la vida familiar y laboral para todas las personas”.
En este sentido, refiere que una acción que deben emprender los Estados es la oferta de servicios de cuidado infantil, de carácter universal.
En tanto, en el ámbito de la construcción y su impacto sobre la pobreza, tales como los planes de viviendas y de mejoras de las mismas, las políticas deben considerar las necesidades de las jefas de hogar en condiciones de miseria.
Por ejemplo, a fin de aliviar las tareas domésticas, deben garantizar a toda la población el suministro de agua y energía eléctrica en la vivienda.
Alma Espino señala en el documento de la IGNT, que las mujeres pueden ser “piezas fundamentales” de cualquier estrategia orientada a combatir la pobreza, siempre que se considere su situación de subordinación, su rol en la maternidad, el uso de su tiempo.
Las políticas de “alivio a la pobreza” para sobreponerse a los efectos de la crisis deben evitar que las mujeres se conviertan en “instrumentos de política”, es decir, que aumenten su carga de trabajo no remunerado y refuercen su rol de cuidadoras, pues de lo contrario estas acciones disminuyen la calidad de vida de las mujeres.
Los programas de transferencias monetarias requieren ser acompañados de mayores oportunidades de capacitación y empleo transitorio para las mujeres, a fin de que les permitan mejorar su situación económica y de calidad de vida.
Otro aspecto que debe ser atendido por los Estados de América Latina y el Caribe es la falta de sistemas de protección social de carácter universal, que si bien no es un problema generado por la actual crisis, empeora sus efectos debido a esta recesión.
Los países de la región caracterizados por mercados laborales altamente informales, dejan a una enorme proporción de las y los trabajadores y trabajadoras remuneradas fuera de los beneficios de la seguridad social.
Por último, Alma Espino indica que las mujeres junto con los otros grupos afectados de forma más severa por la crisis, deben demandar a los Estados de la región, una respuesta a la recesión que esté en “armonía con los estándares y compromisos internacionales sobre la igualdad de género, los derechos de las mujeres, los derechos humanos y el empoderamiento.”
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