La Jornada/México
Dos variantes genéticas aumentan el riesgo de desarrollo de la endometriosis, revela un reciente estudio con más de cinco mil mujeres publicado en la revista Nature Genetics.
Se trata del cromosoma uno y el siete, cruciales para que aparezca la enfermedad, precisan los autores del estudio, de la Universidad de Oxford en Inglaterra, el Instituto Queensland de Investigación Médica en Australia y la Escuela Médica de Harvard en Boston.
La patología aparece cuando células similares a las que recubren el útero crecen fuera de éste, en órganos ubicados en la pelvis como los ovarios y el intestino, explican los especialistas.
Estos crecimientos, añaden, causan inflamación y abultamientos, que provocan dolor pélvico y, en algunas mujeres pueden causar esterilidad, destacan.
El cromosoma siete, explican en su artículo, está involucrado en la regulación de los genes encargados del desarrollo del útero y su recubrimiento. El otro cromosoma está ubicado cerca de un gen importante para el metabolismo hormonal y el desarrollo del aparato reproductor femenino.
Considerado uno de los trastornos ginecológicos más comunes, la endometriosis presenta como síntoma más frecuente las menstruaciones acompañadas de dolor pélvico y lumbar. Puede tener impacto significativo en la calidad de vida de una mujer y conducir a infertilidad.
Para Krina Zondervan, principal autora del estudio, la investigación es un avance importante. Ofrece la primera evidencia de cómo las variaciones en el ADN conducen a esta enfermedad.
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