Patricio Cortés
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El siglo XXI coincide en México con la llegada del panismo al poder, cumplimos una década de la "alternancia" y los saldos parecen ser negativos como muestran los números duros.
El PRI no dejó números muy prometedores, hemos de reconocerlo, por algo perdió la Presidencia; pero el blanquiazul en Los Pinos ha empeorado las cosas no sólo para las finanzas públicas, sino también para la mayoría de los mexicanos.
En el año 2000, al inicio de la gestión de Vicente Fox, ocupábamos el lugar 43 en el ranking mundial de competitividad, ese sexenio caímos al lugar 55. En 2010 estamos en el lugar 66 (datos del World Economic Forum), es decir, nuestro país es menos atractivo para la inversión extranjera, rubro al que más se le ha apostado.
En empleo tampoco las cifras han sido buenas, pues en el año 2000 la tasa de desocupación abierta se ubica en 2.0%, ahora ronda en el 5.7%. Se suele culpar a la crisis de 2009, que aún sufrimos en 2010, pero en 2008, cuando estábamos en supuesta bonanza económica y producíamos más automóviles que nunca, ya era del 4%, es decir se había duplicado.
Endeudamiento y salariosDe acuerdo con el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, la pérdida acumulada del poder adquisitivo de los mexicanos, durante el gobierno de Vicente Fox y de Felipe Calderón (calculada de diciembre de 2000 a agosto de 2010), es de 69.9%.
El documento Situación del campo, los trabajadores, la explotación laboral, canasta alimenticia recomendable y deuda, elaborado por el CAM, afirma: "Durante el sexenio foxista el endeudamiento creció a 989,427 millones de pesos, es decir, paso de 2,318 billones 200 millones de pesos en 2000 a 3,307 billones 627 millones de pesos para junio del 2006, para 2010 la cantidad es 4,367 billones 797 millones de pesos, registrando un crecimiento acumulado del 53.07 %. Por lo que cada mexicano al nacer ya contrajo automáticamente una deuda, que para el 2000 era de 23 mil 776.40 pesos y que para junio del 2006 creció a 34 mil 20 pesos.
"Del 1º de diciembre de 2006 al 15 de agosto de 2010, el precio de la canasta alimenticia recomendable (CAR) ha pasado de $80.83 a $165.15, acumulando un incremento de 104.32%. El salario mínimo, para el mismo periodo, pasó de $48.67 a $57.46 pesos, acumulando un incremento de sólo 17%, lo que arroja una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario tan sólo en el rubro de alimentos de 42.22%, sin tomar en cuenta el incremento en otros rubros como servicios, gas domestico, renta, aseo personal y del hogar, en los tres primeros años del gobierno de Felipe Calderón, lo que es notorio en los bolsillos de los mexicanos", menciona el mismo documento.
Luis Lozano Arredondo, coordinador del CAM, expone: "Hay un férreo control de los salarios desde hace 26 años, que consiste en que no pueden incrementarse más que el índice de inflación general. Si usted ve los datos oficiales, aquellos que publica el Banco de México, la canasta básica oficial, salvo en 2001, siempre ha sido considerablemente mayor el incremento con relación al de los salarios, por ejemplo en 2009 se incrementó en 8% y el de los salarios fue alrededor del 4%. Eso ha llevado a un deterioro gradual que viene de febrero de 1977 a la fecha, la tendencia es al desplome. Ha aumentado el salario nominal, pero ha disminuido el salario real.
"Ha empeorado sobre todo desde 1988, en aquel año había 5 millones y medio de trabajadores que no tenían prestaciones como aguinaldo, prima vacacional, seguridad social, y ahora con los outsourcing muchos trabajadores han empezado a laborar por honorarios y a la fecha son alrededor de 27 millones de trabajadores sin prestaciones sociales", añade.
Sobre los 10 años de panismo en Los Pinos asegura: "Tienen una represión y el control sobre los trabajadores. Para los trabajadores han sido no solamente 10 años perdidos, no sólo no han podido recuperar su nivel, sino que se han profundizado el deterioro de su nivel de vida y las condiciones de trabajo. Hay indicadores que lo señalan como es el incremento de la migración".
Difiere con la propuesta oficial: "La reforma laboral sólo plantea legalizar lo que en la práctica se esta llevando a cabo: trabajadores sin derechos, ésa no es solución, va en contra de los intereses de los trabajadores, no mejora sus condiciones de vida. La política económica no mejora los indicadores que tienen que ver con el bolsillo, con beneficios a los trabajadores, ha beneficiado a los grandes capitales, pero no a la gente".
Derechos humanos en el siglo XXI
En otro rubro Édgar Cortez, de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, dictamina: "Los gobiernos panistas renunciaron por completo a desmontar muchas de las estructuras autoritarias creadas por los priístas, ahora las usan ellos, pero también las usan los perredistas. Lo que el gobierno federal no generó realmente fue una transformación de nuestras instituciones y se conformó con administrarlas en beneficio propio, pues fueron creadas para el control social y para impedir la ampliación de nuestra participación democrática".
¿En que condiciones recibió el PAN el país?
-Yo creo que ciertamente lo recibió con serios problemas en materia de derechos humanos, había ya varios casos colocados en la opinión pública internacional que estaban generando presión para que hubiera cambios".
"Tanto el gobierno de Vicente Fox como el de Calderón han generado una muy intensa estrategia internacional para dar una apariencia de que son gobiernos preocupados por los derechos humanos firmando y promoviendo la ratificación de tratados internacionales, nuevos mecanismos e instrumentos en la materia; pero es esquizofrénico, pues hacia afuera somos un gobierno que se le reconoce por un papel activo en derechos humanos, pero en la política interna vemos una visión que los olvida, que los deja fuera de la agenda, donde la guerra contra el narcotráfico va generando una mayor vulnerabilidad", expone el especialista.
"Este es un sexenio en el que hemos tenido claros retrocesos. El primero y fundamental es el costo en violaciones a derechos humanos por esta lucha contra la delincuencia, contra civiles, particularmente a manos de las fuerzas armadas, sin que contemos hasta la fecha con los mecanismos adecuados para investigar y castigar estas violaciones.
"Frente al avance que ha habido en la ciudad de México en temas fundamentales como la interrupción legal del embarazo, las bodas entre personas del mismo sexo, están los retrocesos en otros estados que impiden ejercer sus derechos a las mujeres y a los homosexuales, fomentados por gobiernos panistas con apoyo del gobierno federal", critica.
Prosigue el activista: "Hemos experimentado un incremento en el nivel de riesgo para los defensores y defensoras de los derechos humanos, hemos seguido conociendo casos de hostigamiento, agresión e incluso asesinatos y en estos asuntos no hay una acción efectiva para generar las condiciones de trabajo de los defensores, ni investigar sus homicidios. La Secretaría de Gobernación ha sido totalmente incapaz de generar un mínimo mecanismo para ofrecer las medidas de protección".
¿Y sobre Fox cuál es el diagnóstico?
-Con Fox hubo dos momentos: sus primeros años, hasta el 2002, dado que cuando llega hay una muy importante presión internacional cuestionando lo que estaba pasando en derecho humanos. El gobierno se ve obligado a tomar algunas acciones como la liberación de los ecologistas en 2001, del general Gallardo, firmar el acuerdo de colaboración con la Oficina del Alto Comisionado para que en 2002 ya hubiera una representación directa de la ONU, poco a poco se fue dando menos atención al tema.
"Los últimos años vimos un gobierno que en los hecho fue teniendo cada vez más un corte de carácter represivo como en Oaxaca, Atenco y algunos otros. La segunda etapa fue de deterioro, de falta de atención a los derechos humanos y eso se ha mantenido a lo largo de este sexenio, acentuándose todavía más", complementa.
"Se ha construido una política de seguridad donde se apuesta a la confrontación y a la fuerza en lugar de al respeto a los derechos humanos y la prevención a través de educación y trabajo con la ciudadanía que podría ser mucho más efectivo", concluye Édgar Cortez.
Sea en cuanto a nuestros bolsillos o en cuanto a nuestros derechos humanos, lo cierto es que la primera década del siglo XXI ha implicado serios retrocesos, consecuencia de continuar por el mismo camino que cerramos el siglo XX.
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