Sin embargo, esta bebida hoy tan popular entre nosotros no es originaria de México. El origen del café se ubica generalmente en África. Se cuenta que fue un pastor de cabras quien notó que cuando su rebaño comía los granos de los cafetos se producía en esos animales un efecto especial. Esto ocurrió en Etiopía hacia el siglo XV. En Europa hubo cafetos en algunos jardines botánicos de Francia y Holanda, ya en el siglo XVII. Muy pronto se adoptó la bebida llamada café hecha con los granos tostados y molidos del cafeto, y hubo lugares específicos donde lo servían en Londres y París.
Los primeros cafés que se registran en México datan del siglo XVIII, seguramente derivados de la influencia francesa a partir de la llegada de los borbones al trono de España, pero fue un italiano quien lo introdujo como cultivo en el siglo XIX.
Salvador Novo menciona como el primero en su género, un café que estuvo ubicado en la calle Tacuba, esquina con Monte de Piedad; del siglo XIX es el Café de Medina, fundado por italianos. Hay documentadas fotografías de Antioco Cruces y Luis Campa, ya a mediados del siglo XIX, en las que podemos ver a vendedores ambulantes de café.
Aparece ahí una mesa sobre la cual está una gran cafetera rectangular a la manera de las cafeteras exprés italianas, con una fuente de calor abajo. Cerca de las llaves de donde sale el líquido, hay tazas de porcelana china, quizá traídas por la Nao; sobre la cafetera vemos rosquillas y otros panes. Los meseros se distinguen por sus blancos mandiles y los clientes pertenecen a la clase campesina y trabajadora. En una imagen puede distinguirse parte de las columnas de los portales del Zócalo.
Todo esto viene a cuento, porque la leer el libro de texto gratuito de español de cuarto de primaria, que empezó a circular en este ciclo escolar, leemos en la página 43, que “la cocina indígena ha proporcionado muchos productos a la gastronomía internacional como el tomate, jitomate, chocolate, aguacate, chicle, café y maíz…” Y no, el café no es originario de México. Ojalá que el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, cuente ahora con tiempo suficiente y se pueda enmendar este error antes de que llegue una nota diplomática desde la embajada de alguno de los países árabes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario