ESTADOS
Remui brinda talleres en municipios chiapanecos
Por: Ángeles Mariscal
Cimacnoticias/Chiapas Paralelo | Tuxtla Gutiérrez.- Los casos de mujeres indígenas víctimas de trata con fines de explotación sexual han aumentado, señaló la Red de Mujeres Indígenas (Remui), lo que debe de ser una alerta para el gobierno.
Amparo Gutiérrez Reyes, coordinadora nacional de la Remui, sostuvo que si bien existen actualmente políticas públicas y leyes destinadas al fortalecimiento a las capacidades de las mujeres, éstas no sirven si no se aplican por la falta de presupuesto, y para llevar a cabo campañas de concientización a las comunidades.
Refirió que autoridades tampoco destinan recursos a los trabajos de inteligencia que permitan detectar a los grupos de tratantes, “y menos para reintegrar socialmente a personas que han sido víctimas de trata, de manera que puedan convivir sin sentirse culpables por haber vivido en situaciones a las que fueron obligadas”.
“Hemos detectado que la mecánica que utilizan para enganchar, y posteriormente someter a las mujeres rurales –muchas de ellas indígenas–, va unido a la violencia y a la vulnerabilidad en que viven gran parte de ellas, quienes aprenden roles de sometimiento y maltrato físico y sexual”, explicó la activista.
Por ello, la Remui llevó a cabo 15 talleres de información y sensibilización en comunidades rurales indígenas de los municipios de Ocosingo y Yajalón, en Chiapas, donde se habló a las mujeres asistentes sobre sus derechos, los riesgos y los mecanismos que utilizan los tratantes de personas.
Amparo Gutiérrez y el grupo de especialistas detallaron la mecánica que utilizan los explotadores.
“Socializamos casos de cuando las mujeres salen de sus comunidades para trabajar o estudiar, y ellas son abordadas por ‘padrotes’ (proxenetas), quienes les dan un buen trato y las enamoran, en todo un esquema donde se conjuga la ignorancia de los riesgos, la baja autoestima, y el maltrato y sometimiento previo del que son víctimas en sus comunidades de origen”, detalló la especialista.
“Desde su infancia, las mujeres son violentadas en sus derechos, por lo que cuando alguien las trata bien, de manera sutil, entonces se convierten en personas vulnerables”, añadió.
A esto se suma que muchas veces las mujeres no cuentan con recursos para contactarse de manera constante con sus familiares, por lo que los tratantes pueden con mayor facilidad llevarlas a otras ciudades.
Gutiérrez explicó que muchas veces las mujeres se casan, tienen hijos y luego, con el argumento de que tienen que cooperar para los gastos de la casa, las obligan a prostituirse mediante el chantaje sentimental o las amenazas.
Detalló que no hay cifras de cuántas personas son víctimas de este tipo de trata, porque muchas mujeres no denuncian al ver como “naturales” estas situaciones, y porque apenas se empieza a visibilizar la problemática en los estados.
“En los talleres les hablamos a las mujeres sobre sus derechos, sobre autoestima, y sobre los riesgos y modo de operación que se usa en la trata de personas. Les informamos que hay formas de detectarlo, combatirlo y en caso de haber sido víctima, de denunciarlo”, sostuvo.
De acuerdo con la coordinadora de la Remui, para prevenir la trata lo primero que hay que hacer es difundir el problema; lo segundo “es cambiar las condiciones de vida de las mujeres”.
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