Palabra de Antígona
Informes de la Cámara de Diputados señalan: en 2010, se registraron en México 2.335 muertes femeninas con presunción de homicidio, es decir, 6.4 al día. Esta cifra muestra que respecto de los últimos 25 años, 2010 fue el más violento para las mujeres
México,
D.F. 05 nov. 13. AmecoPress.- No se puede callar. No es posible obviar
la situación. Ya nada puede alentarnos. La violencia es irrefrenable,
tenemos años gritando. Tal vez mal. Probablemente no hemos podido crear
una verdadera masa crítica. Tal vez nos hemos acostumbrado a protestar
sin accionar.
Tenemos
decenas de denuncias internacionales en trámite; nos enfrentamos a un
sistema que no hace justicia a nadie y trata de ocultar lo que sucede.
No es posible entenderlo y es posible que nuestros gritos un día se
escuchen. Sólo en 2013 tres periodistas asesinados, tres desaparecidos,
más de 90 agresiones. Al menos tres casos emblemáticos en Sonora,
Guanajuato y Morelos de feminicidio; violaciones y hostigamiento sexual
que se acumulan en los archivos de las procuradurías.
Lo peor es que
en estos días los gobiernos, apoyados por sociedad civil, crean nuevas
disposiciones legales. Como en los últimos 14 años, para luego ser
desatendidas, violadas y de sólo papel mojado. ¿Para qué? Y tampoco
sirven de nada las fiscalías o los mecanismos de protección, porque
cínicamente, las autoridades dicen no hay dinero para hacerlas
eficaces. Igual ineficaz ha resultado la Alerta de Género.
La violencia y
la violación a los derechos humanos está documentada claramente, los
datos y las declaraciones serán motivo que en noviembre da mucho que
decir y habrá muchos nuevos y mentirosos discursos. Hay en la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 20 recomendaciones para
atender la violencia feminicida ¿Y qué?
El Examen
Periódico Universal (EPU) de Derechos Humanos de la Organización de las
Naciones Unidas, reprobó a México. La información señala que el país
tiene 176 recomendaciones que lo condenan y es claro que en materia de
derechos humanos, somos un país imposible. Todo ello cae en la
indiferencia.
Según el
abogado Rodolfo Domínguez, del Observatorio Ciudadano Nacional del
Feminicidio, los casos de violencia feminicida, del hostigamiento al
asesinato están argumentadas, hay volúmenes inmensos de pruebas y
contundencia en los testimonios, pero ello sólo ha conseguido que el
gobierno busque salidas inaceptables, de la impunidad cotidiana a una
respuesta sistemática que busca ocultar y minimizar el problema.
De los datos
disponibles y publicados, de 2007 a junio de 2012, se perpetraron
cuatro mil 112 homicidios contra las mujeres, sólo en 13 entidades.
Amnistía Internacional asegura que en 10 entidades la situación es muy
preocupante. En los últimos años se ha pedido que se active la Alerta
de Género en 11 estados, pero en todos los casos se desechó.
Los relatos de
los asesinatos no se pueden expresar, por su carácter inadmisible y sus
características monstruosas. Los detalles hablan de tortura y acciones
indescriptibles. En Guanajuato, las cosas han llegado al colmo, tanto
que el Instituto Nacional de las Mujeres pidió al gobierno panista de
esa entidad que resolviera y dejar de afirmar que no se trata de
homicidios, sino de accidentes o enfermedades incurables.
Nadie parece
oír nada. Informes de la Cámara de Diputados señalan: en 2010, se
registraron en México 2.335 muertes femeninas con presunción de
homicidio, es decir, 6.4 al día. Esta cifra muestra que respecto de los
últimos 25 años, 2010 fue el más violento para las mujeres.
Las entidades
que para 2010 concentraron el mayor número de asesinatos violentos
contra las mujeres son Chihuahua (567), Estado de México (270),
Distrito Federal (142), Guerrero (115), Baja California (112) y Sinaloa
(107).
Entre 1985 y
2010 el acumulado de muertes femeninas con presunción de homicidio fue
de 36 mil 606. Un tribunal feminista que en Jalisco analizó un
feminicidio, una desaparición forzada, condenó al Estado, pero muy
pocos medios lo publicaron.
La Comisión
Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres,
dependiente de la Secretaría de Gobernación sostiene que entre 2001 y
2010 ocurrieron 14 mil 991 muertes por homicidio en mujeres: el 39.38
por ciento de estos decesos (5 mil 900) datan del periodo 2008- 2010;
la tasa de homicidios dolosos de mujeres para 2010 fue de 4.5 por cada
100 mil mujeres. Esta cantidad superó el promedio global reportado para
el Continente Americano, que fue de cuatro e implicó un retroceso de 14
años para el país que desde 1996 no reportaba tasas similares.
Imposible continuar con datos y más datos
Podemos poner
algunos rostros a esta maldición: El asesinato de Priscila Carolina
Hernández Guerra, de 21 años, ocurrido el 1 de julio pasado en un hotel
de Bahía de Kino, en Hermosillo, Sonora, será estudiado el próximo
martes por los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de Sonora.
La joven fue asesinada por Singh Siddhart, un hindú de 26 años, quien
la torturó con una espátula, con sierra, un tenedor y un abrelatas por
más de una hora, después la estranguló y a pesar de que confesó su
crimen, un juez no encontró los elementos necesarios para consignarlo
por homicidio calificado con brutal ferocidad, alevosía y ventaja. Se
trata del Juez IV penal, Mario Alberto Granados.
Como si fuera
una burla en Sonora el pasado 23 de octubre las comisiones de Justicia
y Derechos Humanos y Asuntos de Equidad y Género del Congreso local
aprobaron el proyecto de dictamen para reformar el Código Penal de esa
entidad a fin de incluir el asesinato por causas de género. Y en
Chiapas se anuncia algo similar ¿Y para qué?, si la Constitución es muy
clara, pero nadie parece leerla.
Los relatos
indican que tipificar el feminicidio ha servido para minimizar el
problema. Un caso emblemático es el de Oaxaca, donde el relato de la
sociedad civil grita y grita. Hay casos inadmisibles en todo el país. Y
no hay respuestas, los gobiernos desestiman las peticiones de la Alerta
de Género, que está en la ley, pero que nadie la respeta. Todo comenzó
en 2010 en el Estado de México que gobernaba entonces el presidente
Enrique Peña Nieto. Sólo el informativo Sin Embargo hace investigación
buscando la verdad.
En Morelos
donde la contabilidad de 2000 a 2013 indica 533 asesinatos, el gobierno
perredista, encabezado por Graco Ramírez, considera que no hay tal. Por
eso la Comisión Independiente de los Derechos Humanos llevó el caso a
la CIDH y ha usado miles de recursos mediáticos, sin que obtenga
respuesta.
A estas
alturas se ha olvidado las violaciones de elementos del Ejército en
Chiapas, de tres indias Tzeltales en 1994. Y está pendiente la justicia
en la región Loxicha en Oaxaca. En Chiapas el gobierno verde reconoce
97 asesinatos recientes, 38 solo en 2013; en Jalisco la cuenta va en
98, sólo en este gobierno, que en el caso es del PRI.
En el Noveno
Encuentro Nacional Feminista, celebrado en Guadalajara, Jalisco, la
abogada María Guadalupe Ramos dijo que ante la negativa de las
autoridades estatales a tipificar como feminicidio el crimen de una
catedrática, llevarían el caso ante el Comité de América Latina y el
Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), Jalisco,
para que este lo presente ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), este martes.
Hay audiencia
de esa corte. Se darán nuevas recomendaciones, otra vez todo dios se
lamentará. Mientras en noviembre, puesto que el 25 se conmemora el Día
de la No Violencia Contra las Mujeres, servirá para nuevas
lamentaciones. Pero de resultados nada.
Es posible que
sea necesario reactivar la masa crítica, como nos dijo a periodistas
Carmen Aristegui, que pidió ética y no olvidar. Tal vez un día,
movilizarse realmente contra estos crímenes de lesa humanidad hará la
diferencia. No podemos callarnos, está bien, lo grave es que no
actuamos.
Foto: Archivo AmecoPress.
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