Quince
horas después del momento en que según el reporte oficial fue detenido
el matrimonio Abarca Pineda en Iztapalapa, la Procuraduría General de
la República no atinaba a dar ante periodistas un solo indicio real de
avance en las investigaciones sobre el destino de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa, en la víspera de una jornada más –nacional e internacional–
de denuncia y acción globales respecto de los hechos de Iguala.
En unos cuantos minutos, el fabulador general de la República, Jesús
Murillo Karam, y el comisionado nacional de inseguridad, Monte
Alejandro Rubido, despacharon la lectura de comunicados de prensa y
obsequiaron por gusto algunos comentarios extras respecto de la
aprehensión del ex presidente igualteco y su guerrera esposa, dejando a
los periodistas convocados a una presunta conferencia de prensa en
calidad de instrumental técnico para la reproducción robótica del
material que el gobierno federal decidió difundir.
La narrativa del caso incluyó una nueva pieza de suspenso, Noemí
Berumen Rodríguez, quien habría ayudado a los Abarca en algunos tramos
de su huida y a quien se encarceló por encubrimiento. El procurador
Murillo explicó que, ya estando bajo vigilancia la mencionada Noemí
(con los sabuesos oficiales husmeando en Monterrey y en Iztapalapa),
resultó sospechoso que visitara una casa que estaba deshabitada, donde
finalmente fueron encontrados los Abarca (‘‘y así”, como dicen algunos
jóvenes en una moderna habla recortada que prefiere ahorrar detalles de
lo que puede entenderse conforme al contexto y si no se entiende, pues
igual).
No correspondió esa parquedad informativa de Murillo y Rubido con la
expectación que causó el hallazgo de los esposos mencionados en un
domicilio de la capital del país. Tan ‘‘importante’’ sería esa captura
que diversos políticos, comenzando por el actual ocupante de Los Pinos,
la elevaron a nichos de tal presunto éxito que pareciera que con ella
la administración federal ya podría considerar cumplida una gran cuota
de su responsabilidad indagatoria y justiciera. ‘‘Un gran avance’’,
repetían algunos comentaristas, políticos y periodistas, aunque lo
sustancial permanecía intocado. Es decir, la suerte real de los 43
desaparecidos.
La ostentosa retención informativa practicada ayer por la PGR
corresponde a la política oficial de dosificación que ha mantenido el
gobierno de Peña Nieto durante las semanas de la máxima crisis que ha
vivido. En una apuesta al paso del tiempo y sus presuntas virtudes
curativas, el peñismo ha ido prolongando en cuanto le es posible la
difusión de un desenlace que es imposible no conozca a estas alturas,
luego de tantos días de los hechos y luego de detenciones y confesiones
de policías, narcotraficantes y funcionarios involucrados.
La falta de información precisa y la negativa a responder preguntas
de periodistas aviva los temores de que, como en otros casos relevantes
en la historia de los poderes priístas, las tardanzas correspondan a
procesos de ajuste en la presentación de declaraciones a modo, siempre
con el ingrediente político-electoral como rectoría (esa memorización
de libretos a gusto del captor habría hecho que no se hubiera
presentado al par de detenidos antes, según versiones publicadas en el
sentido de que la fecha de apresamiento habría sido días, semanas atrás
y en un lugar que no habría sido Iztapalapa).
La
puesta en escena de los Abarca ha sido etiquetada de inmediato por
ciertos medios y declarantes como una historia de horror, corrupción y
crímenes en el mero ámbito local, si acaso en el regional, dejando
fuera de cuadro lo federal. De origen se quiso condenar los hechos de
Iguala a ese plano meramente municipal, a tal grado que, en uno de sus
peores errores políticos, el ocupante actual de Los Pinos tardó más de
diez días en abordar así fuera declarativamente el tema ‘‘remoto’’,
escalando el grado de responsabilidades al nivel estatal, tratando de
dejar las culpas en la espalda aparentemente muy adecuada para esos
menesteres del amigo y casi compadre Ángel Aguirre Rivero, quien salió
más rejego de lo previsto.
En todo caso, la multicitada detención trata de redireccionar
mediáticamente el foco del interés público hacia las historias
igualtecas justamente en momentos en que crece la denuncia de las
responsabilidades que Los Pinos pretende eludir respecto a la inacción
o complicidad de las fuerzas gubernamentales (Ejército, Policía
Federal, Secretaría de Gobernación, Cisen) que presenciaron y
permitieron las agresiones de policías locales y grupos del crimen
organizado contra normalistas rurales (siempre vigilados por las
instancias federales, rigurosamente, en todo desplazamiento) durante
horas, en hechos públicos y escandalosos que no movieron a autoridad
federal alguna a impedirlos y de los cuales los máximos burócratas
nacionales aceptaron irse enterando hasta días después.
No es solamente Iguala ni son solamente los Abarca. El gobierno de
Enrique Peña Nieto tiene responsabilidades claras en ese proceso
criminal sucedido en Iguala. Entre otras, el no haber actuado con
rapidez y precisión frente a esas desapariciones forzosas que pronto
podrían ser radicadas en tribunales internacionales ante la magnitud de
esa tragedia gubernamentalmente desatendida.
Por otra parte, ubicar al matrimonio Abarca en Iztapalapa generó una
vertiente muy propicia para la especulación, pues en esa delegación
capitalina confluyen intereses, personajes y recursos relacionados con
la izquierda electoral que largamente ha tenido el control de esa
demarcación. El actual jefe delegacional, Jesús Valencia, fue impulsado
por Marcelo Ebrard, pero ya se separó de él para integrarse a otra
corriente perredista. En esa demarcación se concentra casi 20 por
ciento del padrón electoral del DF y allí se librará una fuerte
confrontación entre Morena, con Clara Brugada al frente, y el PRD, que
podría presentar a Dione Anguiano o a Aleida Alavez, con el ahora
priísta René Arce buscando abrir cauce a alianzas PRI-Panal-Verde en la
capital del país. ¡Hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero. Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Por
supuesto, José Luis Abarca y su mujer no pudieron por ellos mismos
secuestrar a 43 jóvenes y darles el destino que les hayan dado.
Tuvieron cómplices. La Procuraduría General de la República no puede
detenerse en el triunfalismo por su captura. Hay diversas pistas. Una
de ellas es la que aporta Dolores Padierna. Dice que Chucho Zambrano
ayudó a los acusados a huir. Sabido es que este Chucho no da un paso
sin que el otro esté enterado. Otra pista es un video que circula
profusamente en Internet y muestra al senador perredista y guerrerense
Armando Ríos Piter ( El Jaguar, lo motejan) en un mitin y
lanzando vivas a Abarca en su campaña por la alcaldía en 2012. Ahora
niega conocerlo. ¿Y el gobernador con licencia Aguirre ya quedó fuera
del caso? Hay una ruta más que siguen las investigaciones. Se sabe que
políticos perredistas visitaban con frecuencia Acapulco y otros centros
turísticos sin que les costara un centavo el lujoso hotel, las costosas
bebidas y la opulenta comida. ¿Quién pagaba? Como siempre sucede, hay
un efecto colateral que afecta a los negocios lícitos. Son numerosas
las empresas que están optando por cerrar y salir de la otrora
floreciente entidad.
Ruiz Sacristán a la bolsa
Resultó una mala experiencia para la Bolsa Mexicana de
Valores que una persona –Luis Téllez– tuviera un doble cargo:
presidente del consejo y director general. En estos días están haciendo
recuento de los daños y sólo en demandas de diversa naturaleza heredará
a su sucesor un pasivo importante. Por fortuna para los accionistas de
la bolsa se resolvió el litigio más importante: la demanda de Ricardo
Salinas Pliego. Parte del acuerdo que precedió a la renuncia de Luis
Téllez fue que el empresario de la televisión se desistiera. Sacó a
Téllez de la bolsa, pero fue rescatado por sus amigos de Hacienda que
le dieron un asiento en el consejo del Fondo Petrolero. Los enterados
dicen que tiene intereses en conflicto por estar relacionado con la
empresa Sempra. Ayer trascendió que un grupo de consejeros de la bolsa
propondrá para sustituir a Téllez al banquero Jaime Ruiz Sacristán,
pero quedaría pendiente la designación del director general. Ruiz
Sacristán es presidente del banco BX+ (Ve Por Más) y también lo fue de
la Asociación de Bancos de México.
¿Qué tan autónomos son?
No es que los ministros de la Corte hayan hecho fama con
el paso del tiempo de ser muy, muy independientes del Poder Ejecutivo,
pero sus recientes fallos parecieran demostrar que ya se pusieron la
camiseta del presidente Peña. Ayer rechazaron una acción de
inconstitucionalidad promovida por un grupo de senadores con el fin de
poner dique al endeudamiento del gobierno federal. No están preocupados
en vano, la deuda pública llegó a 7 billones de pesos. Y un piquito
más. En los dos años de administración peñista ya se le sumó un billón
a la tarjeta de crédito del gobierno. Esa decisión aislada no sería
suficiente para calificar la tarea de los ministros, pero agreguen
estas otras: fallaron en favor de la reforma fiscal y en contra de las
consultas ciudadanas sobre salario mínimo, privatización petrolera y
eliminación de 100 diputados y 32 senadores pluris. Tal vez
desde su cómodo próximo retiro, Olga Sánchez Cordero y Juan N. Silva
Meza escriban sus memorias y nos cuenten cómo funciona la conexión con
Los Pinos.
Tijeras en Scotiabank
Scotiabank informa que cerrará o reducirá su plantilla
en unas 120 sucursales, sobre todo en México y el Caribe. Recortará
alrededor de mil 500 empleos. En México recientemente había cambiado de
directivos. Enrique Zorrilla sustituyó a Troy Wright como presidente y
director general, y Guillermo Babatz remplazó a James Meek como
presidente de la junta directiva. Van a tener que remar contra la
corriente.
En un estrujante escrito que recuerda el apotegma del incomensurable comunicólogo canadiense Marshall McLuhan –
el medio es el mensaje–, pues nada menos que Robert Hannigan, anterior diplomático y flamante (con un solo mes en su cargo) jefe de una de las principales agencias del espionaje británico, GCHQ, arremete en el Financial Times que la World Wide Web (WWW) es una
red selecta de comando y control del terrorismo(http://goo.gl/D47ZJb). ¡Superuf!
Comando y controlforman parte de la panoplia de
guerra asimétricadel Pentágono, sumada a la ciberguerra y sus múltiples técnicas –operaciones de seguridad (OPSEC, por sus siglas en inglés), engaño militar, operaciones sicológicas (PSYOP, por sus siglas en inglés), guerra electrónica y guerra sicológica– cuyo objetivo es la destrucción física de las instalaciones de las comunicaciones enemigas.
Robert Hannigan adelanta el supuesto sentir de la opinión pública
–no especifica de dónde, pero se infiere que sea la anglosajona–
manipulada con tanta información terrorífica desde el 11/S hasta el
extraño ébola:
La gente no quiere que las plataformas de las redes sociales faciliten el asesinatocuando los yihadistas del Estado Islámico (EI) constituyen
el primer grupo terrorista cuyos miembros han crecido en Internet.
¿Se adelanta Gran Bretaña (GB) a la inminente balcanización de
Internet que promueve el BRICS y, tras bambalinas, Alemania, que no
puede ver ni en pintura a Google?
Que conste que ya había adelantado la ciberguerra, ciberyihadismo y control de Internet en la
era de la desinformación, donde mostraba la sobredimensionada sapiencia del EI en cibernética (http://goo.gl/NpyJnn), sofisma acrobático que realiza Robert Hannigan sin red de protección: los yihadistas
explotan el poder de la WWW para crear una amenaza con un alcance casi (sic) global, lo cual requiere la cooperación de las trasnacionales tecnológicas.
Cercano ya el cierre de 2014 se reproduce el escenario del año pasado, cuando el
ministrodoblemente premiado prometía mejores resultados en el segundo semestre y un futuro venturoso para todos los mexicanos. Sin embargo, como en 2013, a estas alturas nadie apuesta un centavo por la de por sí recortada (de 3.9 a 2.7 por ciento) estimación oficial de
crecimientoeconómico.
A lo largo del año pasado de todas falló todas, pero el zarandeo se
limitó al ámbito económico. En 2014 sucedió lo mismo, pero aderezado
con sacudida política y social, más la cereza por la caída del precio
petrolero de exportación (ayer cerró en 74.09 dólares por barril, y
descontando).
Será hasta el próximo 21 de noviembre cuando el Inegi divulgue el
resultado sobre el comportamiento de la economía y su impacto en el
producto interno bruto, pero de enero a agosto –la más reciente
evaluación oficial– el balance resulta deplorable, pues a duras penas
el
crecimientoacumulado alcanza 1.8 por ciento en ese periodo (antes de la caída del precio petrolero) y 1.5 por ciento en el transcurso del sexenio peñanietista, es decir, nada que contribuya al futuro venturoso prometido por el
ministro del año, quien se aferra a su ya recortado pronóstico (2.7 por ciento para todo el año).
A la economía nacional le ha pegado lo interno y lo externo, a lo
que se suma la más que justificada protesta social y la crisis política
de un gobierno y sus corifeos, que creyeron en su propia novela rosa (
nosotros sí sabemos cómo) y que no encuentran la salida en su propio laberinto (ya tumbaron a Aguirre; ya capturaron a la pareja de Iguala; ya enjaularon a los policías involucrados; ya se pusieron de acuerdo para un
pacto para la seguridad… pero los 43 siguen sin aparecer).
Por segundo año consecutivo, en el ámbito económico la norma ha sido el recorte permanente a la estimación oficial de
crecimiento, y aunque Hacienda se aferra al 2.7 por ciento, en realidad instituciones autóctonas y foráneas prevén que si se alcanza 2 por ciento sería ganancia, para un promedio anual en el primer bienio de enrique Peña Nieto de 1.5 por ciento, pero aún al reportado por la nefasta administración anterior, con lo que el que
sí sabe gobernarse colocaría sólo por debajo del desastre económico que significó el sexenio de Miguel de la Madrid.
Entre lo más reciente se cuenta la advertencia de uno de los
aliados naturalesdel gobierno (el que esté en turno), que no es otro que el Consejo Coordinador Empresarial (el mismo que allá por 2006 aseguraba que
apostarle a algo distinto implicaría retroceso), en el sentido de que el crecimiento económico mexicano
será notoriamente menor al previstoy que en el mejor de los casos se acercaría 2 por ciento, o por debajo de ese nivel.
El citado consejo reconoce que
transcurrido el tercer trimestre de 2014 la evolución de los principales indicadores económicos no refleja el dinamismo que se había anticipado, en un momento en el que el país deberá enfrentar los desequilibrios del mercado petrolero, lo que puede llevar incluso a modificar las expectativas para el próximo año. De acuerdo con el reciente reporte del Inegi, la economía medida a través del comportamiento del indicador global de la actividad económica (IGAE), tuvo un avance anual de sólo 1.29 por ciento durante agosto, lo que en términos desestacionalizados significó una caída de 0.17 por ciento en comparación con el mes previo, su primera variación negativa en los últimos cinco meses.
Tal
comportamiento indica que difícilmente se alcanzará ya no la meta de
Hacienda, sino la de los especialistas consultados permanentemente por
el Banco de México, quienes en agosto redujeron a 2.47 por ciento su
pronóstico sobre el
crecimiento. Para alcanzar esa proporción, anota el CCE,
se requeriría que el IGAE mostrara un avance anual de poco más de 4.5 por ciento en septiembre, lo cual se ve complicado. No hay duda de que diversos indicadores macroeconómicos muestran una paulatina mejora, pero también es evidente que su dinamismo no es suficiente para que la economía muestre mayor ritmo de crecimiento.
De igual forma, el Bank of America Merrill Lynch aplicó otro
tijeretazo a su proyección para la economía mexicana: de 2.6 a 2.2 por
ciento en 2014, y de 4 a 3.7 por ciento para 2015 (el zarandeo se
recorre al tercer año de Peña Nieto).Y no sólo eso, sino que advierte (La Jornada, Roberto González Amador) que
la inseguridad ya afecta el crecimiento de la economíay
pesaen el crecimiento del PIB.
En
los tiempos que vivimos parecería (tal vez así haya sido siempre en
todo sitio y hora, pero hoy la sensación, en nuestro país, se
intensifica) que nuestros muertos son todos los muertos. A una amiga
regiomontana le prescribían otros amigos olvidarse de eventos recientes
de todos conocidos, como quien dice gozar de la vida.
A ti no te ha pasado nadaes frase que podría resumir los consejos, cierto, afectuosos, pero desde cierto punto de vista ciegos. Mas asimismo hubo los que apoyaron esa solidaridad desde el sentir con otros, ese sufrir el sufrimiento que nos toca, alcanza, que aunque sin duda mucho más les duele, les ha dolido a otros –de modo para nosotros inimaginable–, no podemos evitar vivir de este lado, en el que tan a salvo, según algunos, nos encontramos.
Si por la voz nuestra no hablan nuestros muertos (no sólo ellos,
pero ellos también), ¿podrá cantar el canto, la poesía hablar? En el
programa televisivo La Voz México el cantante Ricky Martin le
indicó al joven Guido Rochín –al que conocí en Tepic cuando niño de
brazos– que cantaba como si todos sus ancestros con él cantaran, elogio
y responsabilidad. La madre del joven, Alma Rocío Jiménez, soprano
–Guido es muy limpio tenor, Alma Rocío tiende a cierta oscuridad que
suele poner misterio en lo que interpreta–, lo mismo hace. De ella en
parte he aprendido, y en ella corroborado, lo que digo.
La
madrugada de ayer, la Policía Federal anunció la captura del ex alcalde
de Iguala José Luis Abarca Velázquez y su esposa, María de los Ángeles
Pineda Villa, en una casa paupérrima del barrio de Santa María
Aztahuacán, en la delegación Iztapalapa. Por la tarde, el procurador
Jesús Murillo Karam y el comisionado nacional de seguridad, Monte
Alejandro Rubido, dieron a conocer algunos pormenores de la pesquisa
que permitió localizar a la pareja y a una tercera persona, Noemí
Berumen, detenida en otro domicilio y acusada de encubrir a Abarca y a
su cónyuge.
Condenan desaparición de los alumnos de Ayotzinapa
Nosotros, académicos
investigadores de 18 universidades de la región latinoamericana,
reunidos en el grupo de trabajo del Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales (CLACSO) sobre subjetividades políticas, deseamos manifestar
nuestra enérgica condena al secuestro de 43 estudiantes de la escuela
normal de Ayotzinapa, Guerrero, a más de un mes de su desaparición. Nos
unimos al dolor e indignación de un México desgarrado por estos hechos
y a la demanda de la sociedad internacional para que sean pronto
devueltos al seno de sus familias.
Desde
1946 hasta 2014, la violencia del régimen priísta le ha pegado a todos
cuantos protestan y se ha repartido entre todos los sectores populares:
obreros, maestros, precaristas y colonos pobres, estudiantes y clases
medias fueron reprimidos cada vez que alzaron la voz. Pero sin duda,
fueron los pobres del campo y los indígenas quienes resintieron y
resienten con mayor crudeza la violencia del Estado.
Cuando
los problemas mutados en crisis atosigan a un gobierno mal parado en el
interior de su propio país, retozar por el mundo se aparece como
atractiva salida. Los compromisos adquiridos por el gobierno de Peña
Nieto para acudir a sendas reuniones en el Pacífico asiático, que
incluyen la visita de Estado a China, tuvieron que replantearse a la
luz del atorado presente nacional. Al grupo de consejeros cupulares se
le impuso la necesidad de sopesar la conveniencia del plan original. En
la balanza cayeron, por un lado, el generalizado descontento con
marcados ribetes de conflicto y, en el otro costado, el deleite,
bastante personalizado, por el ceremonial y las interacciones externas.
El cuidado puesto durante los pasados dos años en cultivar una imagen
del Presidente como
jugador estelarquedó apresado en el rejuego de inesperados factores negativos.
La
democracia con adjetivos transita caminos novedosos en América Latina.
Nunca aconteció algo igual. Identifiquémosla: socialista, bolivariana,
ciudadana, plurinacional, populista, progresista… ¿Interesa debatir
cuál sería
la más avanzada, o subrayar que todas se impusieron en las urnas, impulsando proyectos de transformación social que van dejando atrás épocas menos afortunadas?
El
teólogo español José Ignacio González Faus ha reproducido una
conversación privada en la que el Papa le pide a un obispo amigo su
apoyo, expresando:
Reza por mí; la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado. Ello refleja la extrema tensión y abierta lucha entre el Papa y un grupo cada vez más nutrido de prelados conservadores. Finalmente, González Faus celebra la desacralización del papado, porque Francisco en realidad lo está cristianizando, un cargo de servicio, quitando el oropel y el confort, para abrirse con humildad a la comunidad universal.
En
2001 Alan Greenspan explicó los factores que según él habían permitido
a Estados Unidos sortear los peligros de la inflación, volatilidad y
crisis desde 1970. Para el entonces presidente de la Reserva federal,
los factores clave fueron la política monetaria y, además, ¡la buena
suerte! Lo de la política monetaria es debatible pero, sin lugar a
dudas, parece que la buena suerte se acabó hace mucho.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario