11/05/2014

Los periodistas pal café . . .




Quince horas después del momento en que según el reporte oficial fue detenido el matrimonio Abarca Pineda en Iztapalapa, la Procuraduría General de la República no atinaba a dar ante periodistas un solo indicio real de avance en las investigaciones sobre el destino de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en la víspera de una jornada más –nacional e internacional– de denuncia y acción globales respecto de los hechos de Iguala.
En unos cuantos minutos, el fabulador general de la República, Jesús Murillo Karam, y el comisionado nacional de inseguridad, Monte Alejandro Rubido, despacharon la lectura de comunicados de prensa y obsequiaron por gusto algunos comentarios extras respecto de la aprehensión del ex presidente igualteco y su guerrera esposa, dejando a los periodistas convocados a una presunta conferencia de prensa en calidad de instrumental técnico para la reproducción robótica del material que el gobierno federal decidió difundir.
La narrativa del caso incluyó una nueva pieza de suspenso, Noemí Berumen Rodríguez, quien habría ayudado a los Abarca en algunos tramos de su huida y a quien se encarceló por encubrimiento. El procurador Murillo explicó que, ya estando bajo vigilancia la mencionada Noemí (con los sabuesos oficiales husmeando en Monterrey y en Iztapalapa), resultó sospechoso que visitara una casa que estaba deshabitada, donde finalmente fueron encontrados los Abarca (‘‘y así”, como dicen algunos jóvenes en una moderna habla recortada que prefiere ahorrar detalles de lo que puede entenderse conforme al contexto y si no se entiende, pues igual).
No correspondió esa parquedad informativa de Murillo y Rubido con la expectación que causó el hallazgo de los esposos mencionados en un domicilio de la capital del país. Tan ‘‘importante’’ sería esa captura que diversos políticos, comenzando por el actual ocupante de Los Pinos, la elevaron a nichos de tal presunto éxito que pareciera que con ella la administración federal ya podría considerar cumplida una gran cuota de su responsabilidad indagatoria y justiciera. ‘‘Un gran avance’’, repetían algunos comentaristas, políticos y periodistas, aunque lo sustancial permanecía intocado. Es decir, la suerte real de los 43 desaparecidos.
La ostentosa retención informativa practicada ayer por la PGR corresponde a la política oficial de dosificación que ha mantenido el gobierno de Peña Nieto durante las semanas de la máxima crisis que ha vivido. En una apuesta al paso del tiempo y sus presuntas virtudes curativas, el peñismo ha ido prolongando en cuanto le es posible la difusión de un desenlace que es imposible no conozca a estas alturas, luego de tantos días de los hechos y luego de detenciones y confesiones de policías, narcotraficantes y funcionarios involucrados.
La falta de información precisa y la negativa a responder preguntas de periodistas aviva los temores de que, como en otros casos relevantes en la historia de los poderes priístas, las tardanzas correspondan a procesos de ajuste en la presentación de declaraciones a modo, siempre con el ingrediente político-electoral como rectoría (esa memorización de libretos a gusto del captor habría hecho que no se hubiera presentado al par de detenidos antes, según versiones publicadas en el sentido de que la fecha de apresamiento habría sido días, semanas atrás y en un lugar que no habría sido Iztapalapa).
La puesta en escena de los Abarca ha sido etiquetada de inmediato por ciertos medios y declarantes como una historia de horror, corrupción y crímenes en el mero ámbito local, si acaso en el regional, dejando fuera de cuadro lo federal. De origen se quiso condenar los hechos de Iguala a ese plano meramente municipal, a tal grado que, en uno de sus peores errores políticos, el ocupante actual de Los Pinos tardó más de diez días en abordar así fuera declarativamente el tema ‘‘remoto’’, escalando el grado de responsabilidades al nivel estatal, tratando de dejar las culpas en la espalda aparentemente muy adecuada para esos menesteres del amigo y casi compadre Ángel Aguirre Rivero, quien salió más rejego de lo previsto.
En todo caso, la multicitada detención trata de redireccionar mediáticamente el foco del interés público hacia las historias igualtecas justamente en momentos en que crece la denuncia de las responsabilidades que Los Pinos pretende eludir respecto a la inacción o complicidad de las fuerzas gubernamentales (Ejército, Policía Federal, Secretaría de Gobernación, Cisen) que presenciaron y permitieron las agresiones de policías locales y grupos del crimen organizado contra normalistas rurales (siempre vigilados por las instancias federales, rigurosamente, en todo desplazamiento) durante horas, en hechos públicos y escandalosos que no movieron a autoridad federal alguna a impedirlos y de los cuales los máximos burócratas nacionales aceptaron irse enterando hasta días después.
No es solamente Iguala ni son solamente los Abarca. El gobierno de Enrique Peña Nieto tiene responsabilidades claras en ese proceso criminal sucedido en Iguala. Entre otras, el no haber actuado con rapidez y precisión frente a esas desapariciones forzosas que pronto podrían ser radicadas en tribunales internacionales ante la magnitud de esa tragedia gubernamentalmente desatendida.
Por otra parte, ubicar al matrimonio Abarca en Iztapalapa generó una vertiente muy propicia para la especulación, pues en esa delegación capitalina confluyen intereses, personajes y recursos relacionados con la izquierda electoral que largamente ha tenido el control de esa demarcación. El actual jefe delegacional, Jesús Valencia, fue impulsado por Marcelo Ebrard, pero ya se separó de él para integrarse a otra corriente perredista. En esa demarcación se concentra casi 20 por ciento del padrón electoral del DF y allí se librará una fuerte confrontación entre Morena, con Clara Brugada al frente, y el PRD, que podría presentar a Dione Anguiano o a Aleida Alavez, con el ahora priísta René Arce buscando abrir cauce a alianzas PRI-Panal-Verde en la capital del país. ¡Hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero. Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Por supuesto, José Luis Abarca y su mujer no pudieron por ellos mismos secuestrar a 43 jóvenes y darles el destino que les hayan dado. Tuvieron cómplices. La Procuraduría General de la República no puede detenerse en el triunfalismo por su captura. Hay diversas pistas. Una de ellas es la que aporta Dolores Padierna. Dice que Chucho Zambrano ayudó a los acusados a huir. Sabido es que este Chucho no da un paso sin que el otro esté enterado. Otra pista es un video que circula profusamente en Internet y muestra al senador perredista y guerrerense Armando Ríos Piter ( El Jaguar, lo motejan) en un mitin y lanzando vivas a Abarca en su campaña por la alcaldía en 2012. Ahora niega conocerlo. ¿Y el gobernador con licencia Aguirre ya quedó fuera del caso? Hay una ruta más que siguen las investigaciones. Se sabe que políticos perredistas visitaban con frecuencia Acapulco y otros centros turísticos sin que les costara un centavo el lujoso hotel, las costosas bebidas y la opulenta comida. ¿Quién pagaba? Como siempre sucede, hay un efecto colateral que afecta a los negocios lícitos. Son numerosas las empresas que están optando por cerrar y salir de la otrora floreciente entidad.
Ruiz Sacristán a la bolsa
Resultó una mala experiencia para la Bolsa Mexicana de Valores que una persona –Luis Téllez– tuviera un doble cargo: presidente del consejo y director general. En estos días están haciendo recuento de los daños y sólo en demandas de diversa naturaleza heredará a su sucesor un pasivo importante. Por fortuna para los accionistas de la bolsa se resolvió el litigio más importante: la demanda de Ricardo Salinas Pliego. Parte del acuerdo que precedió a la renuncia de Luis Téllez fue que el empresario de la televisión se desistiera. Sacó a Téllez de la bolsa, pero fue rescatado por sus amigos de Hacienda que le dieron un asiento en el consejo del Fondo Petrolero. Los enterados dicen que tiene intereses en conflicto por estar relacionado con la empresa Sempra. Ayer trascendió que un grupo de consejeros de la bolsa propondrá para sustituir a Téllez al banquero Jaime Ruiz Sacristán, pero quedaría pendiente la designación del director general. Ruiz Sacristán es presidente del banco BX+ (Ve Por Más) y también lo fue de la Asociación de Bancos de México.
¿Qué tan autónomos son?
No es que los ministros de la Corte hayan hecho fama con el paso del tiempo de ser muy, muy independientes del Poder Ejecutivo, pero sus recientes fallos parecieran demostrar que ya se pusieron la camiseta del presidente Peña. Ayer rechazaron una acción de inconstitucionalidad promovida por un grupo de senadores con el fin de poner dique al endeudamiento del gobierno federal. No están preocupados en vano, la deuda pública llegó a 7 billones de pesos. Y un piquito más. En los dos años de administración peñista ya se le sumó un billón a la tarjeta de crédito del gobierno. Esa decisión aislada no sería suficiente para calificar la tarea de los ministros, pero agreguen estas otras: fallaron en favor de la reforma fiscal y en contra de las consultas ciudadanas sobre salario mínimo, privatización petrolera y eliminación de 100 diputados y 32 senadores pluris. Tal vez desde su cómodo próximo retiro, Olga Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza escriban sus memorias y nos cuenten cómo funciona la conexión con Los Pinos.
Tijeras en Scotiabank
Scotiabank informa que cerrará o reducirá su plantilla en unas 120 sucursales, sobre todo en México y el Caribe. Recortará alrededor de mil 500 empleos. En México recientemente había cambiado de directivos. Enrique Zorrilla sustituyó a Troy Wright como presidente y director general, y Guillermo Babatz remplazó a James Meek como presidente de la junta directiva. Van a tener que remar contra la corriente.



En un estrujante escrito que recuerda el apotegma del incomensurable comunicólogo canadiense Marshall McLuhan –el medio es el mensaje–, pues nada menos que Robert Hannigan, anterior diplomático y flamante (con un solo mes en su cargo) jefe de una de las principales agencias del espionaje británico, GCHQ, arremete en el Financial Times que la World Wide Web (WWW) es una red selecta de comando y control del terrorismo (http://goo.gl/D47ZJb). ¡Superuf!
Comando y control forman parte de la panoplia de guerra asimétrica del Pentágono, sumada a la ciberguerra y sus múltiples técnicas –operaciones de seguridad (OPSEC, por sus siglas en inglés), engaño militar, operaciones sicológicas (PSYOP, por sus siglas en inglés), guerra electrónica y guerra sicológica– cuyo objetivo es la destrucción física de las instalaciones de las comunicaciones enemigas.
Robert Hannigan adelanta el supuesto sentir de la opinión pública –no especifica de dónde, pero se infiere que sea la anglosajona– manipulada con tanta información terrorífica desde el 11/S hasta el extraño ébola: La gente no quiere que las plataformas de las redes sociales faciliten el asesinato cuando los yihadistas del Estado Islámico (EI) constituyen el primer grupo terrorista cuyos miembros han crecido en Internet.
¿Se adelanta Gran Bretaña (GB) a la inminente balcanización de Internet que promueve el BRICS y, tras bambalinas, Alemania, que no puede ver ni en pintura a Google?
Que conste que ya había adelantado la ciberguerra, ciberyihadismo y control de Internet en la era de la desinformación, donde mostraba la sobredimensionada sapiencia del EI en cibernética (http://goo.gl/NpyJnn), sofisma acrobático que realiza Robert Hannigan sin red de protección: los yihadistas explotan el poder de la WWW para crear una amenaza con un alcance casi (sic) global, lo cual requiere la cooperación de las trasnacionales tecnológicas.



Cercano ya el cierre de 2014 se reproduce el escenario del año pasado, cuando el ministro doblemente premiado prometía mejores resultados en el segundo semestre y un futuro venturoso para todos los mexicanos. Sin embargo, como en 2013, a estas alturas nadie apuesta un centavo por la de por sí recortada (de 3.9 a 2.7 por ciento) estimación oficial de crecimiento económico.
A lo largo del año pasado de todas falló todas, pero el zarandeo se limitó al ámbito económico. En 2014 sucedió lo mismo, pero aderezado con sacudida política y social, más la cereza por la caída del precio petrolero de exportación (ayer cerró en 74.09 dólares por barril, y descontando).
Será hasta el próximo 21 de noviembre cuando el Inegi divulgue el resultado sobre el comportamiento de la economía y su impacto en el producto interno bruto, pero de enero a agosto –la más reciente evaluación oficial– el balance resulta deplorable, pues a duras penas el crecimiento acumulado alcanza 1.8 por ciento en ese periodo (antes de la caída del precio petrolero) y 1.5 por ciento en el transcurso del sexenio peñanietista, es decir, nada que contribuya al futuro venturoso prometido por el ministro del año, quien se aferra a su ya recortado pronóstico (2.7 por ciento para todo el año).
A la economía nacional le ha pegado lo interno y lo externo, a lo que se suma la más que justificada protesta social y la crisis política de un gobierno y sus corifeos, que creyeron en su propia novela rosa (nosotros sí sabemos cómo) y que no encuentran la salida en su propio laberinto (ya tumbaron a Aguirre; ya capturaron a la pareja de Iguala; ya enjaularon a los policías involucrados; ya se pusieron de acuerdo para un pacto para la seguridad… pero los 43 siguen sin aparecer).
Por segundo año consecutivo, en el ámbito económico la norma ha sido el recorte permanente a la estimación oficial de crecimiento, y aunque Hacienda se aferra al 2.7 por ciento, en realidad instituciones autóctonas y foráneas prevén que si se alcanza 2 por ciento sería ganancia, para un promedio anual en el primer bienio de enrique Peña Nieto de 1.5 por ciento, pero aún al reportado por la nefasta administración anterior, con lo que el que sí sabe gobernar se colocaría sólo por debajo del desastre económico que significó el sexenio de Miguel de la Madrid.
Entre lo más reciente se cuenta la advertencia de uno de los aliados naturales del gobierno (el que esté en turno), que no es otro que el Consejo Coordinador Empresarial (el mismo que allá por 2006 aseguraba que apostarle a algo distinto implicaría retroceso), en el sentido de que el crecimiento económico mexicano será notoriamente menor al previsto y que en el mejor de los casos se acercaría 2 por ciento, o por debajo de ese nivel.
El citado consejo reconoce que transcurrido el tercer trimestre de 2014 la evolución de los principales indicadores económicos no refleja el dinamismo que se había anticipado, en un momento en el que el país deberá enfrentar los desequilibrios del mercado petrolero, lo que puede llevar incluso a modificar las expectativas para el próximo año. De acuerdo con el reciente reporte del Inegi, la economía medida a través del comportamiento del indicador global de la actividad económica (IGAE), tuvo un avance anual de sólo 1.29 por ciento durante agosto, lo que en términos desestacionalizados significó una caída de 0.17 por ciento en comparación con el mes previo, su primera variación negativa en los últimos cinco meses.
Tal comportamiento indica que difícilmente se alcanzará ya no la meta de Hacienda, sino la de los especialistas consultados permanentemente por el Banco de México, quienes en agosto redujeron a 2.47 por ciento su pronóstico sobre el crecimiento. Para alcanzar esa proporción, anota el CCE, se requeriría que el IGAE mostrara un avance anual de poco más de 4.5 por ciento en septiembre, lo cual se ve complicado. No hay duda de que diversos indicadores macroeconómicos muestran una paulatina mejora, pero también es evidente que su dinamismo no es suficiente para que la economía muestre mayor ritmo de crecimiento.
De igual forma, el Bank of America Merrill Lynch aplicó otro tijeretazo a su proyección para la economía mexicana: de 2.6 a 2.2 por ciento en 2014, y de 4 a 3.7 por ciento para 2015 (el zarandeo se recorre al tercer año de Peña Nieto).Y no sólo eso, sino que advierte (La Jornada, Roberto González Amador) que la inseguridad ya afecta el crecimiento de la economía y pesa en el crecimiento del PIB.



 En los tiempos que vivimos parecería (tal vez así haya sido siempre en todo sitio y hora, pero hoy la sensación, en nuestro país, se intensifica) que nuestros muertos son todos los muertos. A una amiga regiomontana le prescribían otros amigos olvidarse de eventos recientes de todos conocidos, como quien dice gozar de la vida. A ti no te ha pasado nada es frase que podría resumir los consejos, cierto, afectuosos, pero desde cierto punto de vista ciegos. Mas asimismo hubo los que apoyaron esa solidaridad desde el sentir con otros, ese sufrir el sufrimiento que nos toca, alcanza, que aunque sin duda mucho más les duele, les ha dolido a otros –de modo para nosotros inimaginable–, no podemos evitar vivir de este lado, en el que tan a salvo, según algunos, nos encontramos.
Si por la voz nuestra no hablan nuestros muertos (no sólo ellos, pero ellos también), ¿podrá cantar el canto, la poesía hablar? En el programa televisivo La Voz México el cantante Ricky Martin le indicó al joven Guido Rochín –al que conocí en Tepic cuando niño de brazos– que cantaba como si todos sus ancestros con él cantaran, elogio y responsabilidad. La madre del joven, Alma Rocío Jiménez, soprano –Guido es muy limpio tenor, Alma Rocío tiende a cierta oscuridad que suele poner misterio en lo que interpreta–, lo mismo hace. De ella en parte he aprendido, y en ella corroborado, lo que digo.


La madrugada de ayer, la Policía Federal anunció la captura del ex alcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, en una casa paupérrima del barrio de Santa María Aztahuacán, en la delegación Iztapalapa. Por la tarde, el procurador Jesús Murillo Karam y el comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, dieron a conocer algunos pormenores de la pesquisa que permitió localizar a la pareja y a una tercera persona, Noemí Berumen, detenida en otro domicilio y acusada de encubrir a Abarca y a su cónyuge.

Condenan desaparición de los alumnos de Ayotzinapa
Nosotros, académicos investigadores de 18 universidades de la región latinoamericana, reunidos en el grupo de trabajo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) sobre subjetividades políticas, deseamos manifestar nuestra enérgica condena al secuestro de 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, Guerrero, a más de un mes de su desaparición. Nos unimos al dolor e indignación de un México desgarrado por estos hechos y a la demanda de la sociedad internacional para que sean pronto devueltos al seno de sus familias.

Desde 1946 hasta 2014, la violencia del régimen priísta le ha pegado a todos cuantos protestan y se ha repartido entre todos los sectores populares: obreros, maestros, precaristas y colonos pobres, estudiantes y clases medias fueron reprimidos cada vez que alzaron la voz. Pero sin duda, fueron los pobres del campo y los indígenas quienes resintieron y resienten con mayor crudeza la violencia del Estado.

Cuando los problemas mutados en crisis atosigan a un gobierno mal parado en el interior de su propio país, retozar por el mundo se aparece como atractiva salida. Los compromisos adquiridos por el gobierno de Peña Nieto para acudir a sendas reuniones en el Pacífico asiático, que incluyen la visita de Estado a China, tuvieron que replantearse a la luz del atorado presente nacional. Al grupo de consejeros cupulares se le impuso la necesidad de sopesar la conveniencia del plan original. En la balanza cayeron, por un lado, el generalizado descontento con marcados ribetes de conflicto y, en el otro costado, el deleite, bastante personalizado, por el ceremonial y las interacciones externas. El cuidado puesto durante los pasados dos años en cultivar una imagen del Presidente como jugador estelar quedó apresado en el rejuego de inesperados factores negativos.

La democracia con adjetivos transita caminos novedosos en América Latina. Nunca aconteció algo igual. Identifiquémosla: socialista, bolivariana, ciudadana, plurinacional, populista, progresista… ¿Interesa debatir cuál sería la más avanzada, o subrayar que todas se impusieron en las urnas, impulsando proyectos de transformación social que van dejando atrás épocas menos afortunadas?

El teólogo español José Ignacio González Faus ha reproducido una conversación privada en la que el Papa le pide a un obispo amigo su apoyo, expresando: Reza por mí; la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado. Ello refleja la extrema tensión y abierta lucha entre el Papa y un grupo cada vez más nutrido de prelados conservadores. Finalmente, González Faus celebra la desacralización del papado, porque Francisco en realidad lo está cristianizando, un cargo de servicio, quitando el oropel y el confort, para abrirse con humildad a la comunidad universal.
En 2001 Alan Greenspan explicó los factores que según él habían permitido a Estados Unidos sortear los peligros de la inflación, volatilidad y crisis desde 1970. Para el entonces presidente de la Reserva federal, los factores clave fueron la política monetaria y, además, ¡la buena suerte! Lo de la política monetaria es debatible pero, sin lugar a dudas, parece que la buena suerte se acabó hace mucho.



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