11/08/2014

Día nublado

crisis

Por: Cecilia Lavalle*



Estoy cansada. Acaso es la menopausia. Acaso es el hartazgo y la desesperanza que me visitan sin que yo les espere ni les dé la bienvenida. Acaso sólo es que amaneció nublado.

Estoy cansada de mi país. No. Estoy cansada de quienes gobiernan mi país. Estoy cansada de ponerle optimismo a esta democracia que se parece a la anarquía en algunas entidades y a la dictadura en otras.

Estoy cansada de poner las noticias para saber del horror del día. Para indignarme por la indolencia de la mañana. Para detestar la omisión de la tarde. Para enojarme del cinismo que llega con la noche.

Hoy son los 43 de Ayotzinapa. Pero ayer eran las 49 niñas y niños de la Guardería ABC. Y antier, los más de 70 migrantes asesinados. Y anteayer, las centenas de mujeres desaparecidas de Ciudad Juárez.

¿Cuántas mujeres debieron desaparecer en Ciudad Juárez? ¿Cuántas debieron aparecer asesinadas? ¿Cuántas madres debieron convertirse en activistas sociales buscando a sus hijas?

¿Y luego? Luego la constatación de que en todo el país sucedía. Luego la invención de la palabra feminicidio para nombrar el específico horror que significa que la vida de una mujer no valga nada.

¿Y después? Después el hoyo negro. El discurso de “es un asunto relacionado con el crimen organizado”. Ahí cabe todo. Caben las desparecidas de ayer y de hoy. Caben las personas migrantes de las que nadie sabe. Caben los jóvenes de Ayotzinapa. Y como todo hoyo negro es todo y es nada. Ahí todo se diluye, se esfuma.

Hoy es el alcalde de Iguala y su esposa. Pero ayer y antier y anteayer eran todos y nadie. Y siempre la impunidad.

Estoy cansada de ver ciudades atrincherándose: subiendo bardas, poniendo rejas, colocando cercas eléctricas, instalando alarmas.

Estoy cansada de ver a mi país dividido en zonas feudales. “Por aquí no se transita, es la zona de ellos”. “Por acá no pases de noche, es territorio de aquellos”.

Estoy cansada de ver militares transitando por calles y carreteras. Cansada de los retenes de policías federales, estatales o municipales. Y en todos los casos prender mis alarmas, porque, en realidad, no se sabe quién es quién, quiénes son los nuestros y quiénes “los ellos”, “los aquellos”.

Estoy cansada de escribir en voz baja, de cuidar el sustantivo, de omitir el adjetivo. Estoy cansada de hablar en voz baja.

Estoy cansada de temer por mi hija sólo porque es mujer; de no tener argumentos para decirle a mi hijo que su patria sí tiene futuro. Estoy cansada de imaginarles más seguros, con mejor futuro lejos de aquí.

Sí, estoy cansada de ver a mi país desmoronándose.

Y sí, sí creo firmemente que un mundo mejor es posible. Y lo construyo desde mis espacios, junto con otras y otros, trabajando por la igualdad entre mujeres y hombres, trabajando por los derechos políticos de las mujeres, trabajando por los derechos de las mujeres.

Y sí, sí creo que somos muchas personas las que somos buenas ciudadanas y buenas personas. Y sí, sí creo que vientos mejores han de soplar.

Sólo que hoy estoy cansada. Ha de ser que el día está nublado. Y yo me llevo mejor con el sol.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
  Cimacnoticias | Quintana Roo.
CIMACFoto: César Martínez López

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