Altamirano, Chis., El Segundo Encuentro de Mujeres que
Luchan, organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN), contra la violencia de género, en el que colectivos feministas
de 49 países intercambiaron experiencias y realizaron propuestas para
hacer frente a ese fenómeno que les afecta, concluyó anoche.
La reunión estuvo resguardada por contingentes de mujeres indígenas milicianas e insurgentes en el campo del semillero Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona, con su uniforme verde, pasamontañas, portando armas como arcos y toletes.Al lugar rodeado de cañadas, donde no hay señal de celular ni Internet, llegó este domingo la cantante chilena Mon Laferte para interpretar sus canciones y solidarizarse con la lucha de colectivos femeninos de diversas corrientes de pensamiento y de expresiones de diferentes luchas sociales de pueblos y mujeres.
Durante el sábado y el domingo se llevaron a cabo mesas de análisis y debate, intercambio de testimonios e investigaciones, así como de experiencias en la lucha contra la violencia de países como Colombia, Chile, India, Argentina, Guatemala y Costa Rica, entre otros.
Al mediodía, con un emotivo performance, cientos de asistentes al Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan rindieron un homenaje a las integrantes del sexo femenino que han sido asesinadas y desaparecidas.
Desde la noche del sábado las organizadoras del
No obstante, luego de cuatro prácticas, concentradas en la pista de tierra del semillero Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona, las presentes, quienes formaron varios círculos, comenzaron a mover sus cuerpos como si estuvieran agotadas.
En el malestar que parecían sentir en las piernas, los brazos y la espalda, se resguardaban la impunidad, el coraje, el dolor. De un momento a otro las mujeres se arrodillaron en la tierra húmeda y comenzaron a arañarla y a gritar los nombres de sus muertas, de sus desaparecidas.
Luego del performance, las participantes se fundieron en un abrazo colectivo mientras otras
baile masivoavisaron que las interesadas en participar debían concentrarse por la mañana para realizar varios ensayos antes de comenzar la presentación definitiva.
No obstante, luego de cuatro prácticas, concentradas en la pista de tierra del semillero Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona, las presentes, quienes formaron varios círculos, comenzaron a mover sus cuerpos como si estuvieran agotadas.
En el malestar que parecían sentir en las piernas, los brazos y la espalda, se resguardaban la impunidad, el coraje, el dolor. De un momento a otro las mujeres se arrodillaron en la tierra húmeda y comenzaron a arañarla y a gritar los nombres de sus muertas, de sus desaparecidas.
Rebeca, María, Claudia, Paloma, Sandra, Alejandra, Andrea, Carmen, Geovanna, Lupita, Catalina, Julia, Isabelfueron los nombres que cimbraron la sierra chiapaneca.
Luego del performance, las participantes se fundieron en un abrazo colectivo mientras otras
compañerassiguieron con Nos queremos fuertes.
De la corresponsalía y Notimex
Periódico La Jornada
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