Juan Arturo Brennan
En 1779, Wolfgang Amadeus Mozart emprendió la composición de la música para su primer Singspiel alemán, titulado Zaide, que había de quedar inconcluso. El libreto para Zaide
fue escrito por un oscuro personaje, amigo cercano de la familia
Mozart, llamado Johann Andreas Schachtner, cuya figura ha resurgido con
fuerza recientemente. Desde hace más de 200 años se ha especulado con la
idea de que Mozart pudo haber escrito un concierto para trompeta, obra
sobre la cual hay fugaces indicios históricos y epistolares, pero hasta
hace poco, nada concreto. Resulta que además de poeta, traductor,
compositor y libretista, Schachtner fue trompetista en la orquesta de la
corte de Salzburgo, y los especialistas suponían que, de existir, el
elusivo concierto de Mozart debió haber sido escrito para él.
Hacia fines de 2018, el musicólogo estonio Antero Jaurran-Bunn
(Tartu, 1955) llegó al pequeño pueblo de Sankt Gilgen, próximo a
Salzburgo, en busca de viejas partituras de música coral austriaca para
un trabajo de posgrado. De ello encontró poco; en cambio, en el archivo
capitular de la Iglesia Parroquial de San Egidio se topó con un
manuscrito que, después de exhaustivas revisiones, resultó ser el
Concierto para trompeta en re mayor que Mozart redactó para su amigo y
colaborador Johann Andreas Schachtner. Si bien al manuscrito le falta
una portada o frontispicio, y carece de la firma del compositor, hay
indicios sólidos para autentificar la obra. Consultando con numerosas
fuentes y destacados especialistas, Jaurran-Bunn y sus colegas de la
Academia Estonia de Música y Teatro han llegado a la conclusión de que
el manuscrito hallado en Sankt Gilgen es, en efecto, el del largamente
perdido concierto mozartiano para trompeta. Los dos primeros movimientos
son autógrafos de Mozart, mientras el tercero, de una mano y en un
papel diferentes, ha sido identificado como copiado por Leopold Mozart,
padre del compositor. En el transcurso de la pesquisa, Antero
Jaurran-Bunn halló una pista decisiva: meses después de que Mozart
abandonó la redacción de la música de la inconclusa Zaide,
Schachtner se fugó (literalmente) a Sankt Gilgen, donde vivió unos meses
escondido con una contralto del coro de la corte, dejando en Salzburgo a
su esposa y dos hijas. Por otro lado, el exhaustivo análisis del
manuscrito ha proporcionado numerosos datos concluyentes. A falta de
indicación precisa en la parte del solista, se manejó la teoría de que
pudiera tratarse de un concierto para corno; sin embargo, las partes más
agudas del solo están fuera de rango de un corno de la época, pero embonan cabalmente con el registro clarino
de las trompetas naturales de entonces. La primera página del
manuscrito lleva una dedicatoria casi irrefutable, a ‘‘mi amigo J. A.
S., poeta”. Otra evidencia: en el tercer movimiento, Mozart utiliza como
puente entre dos episodios del solista los primeros compases del aria Der stolze Löw (El orgulloso león) que canta Solimán en el segundo acto de Zaide.
El segundo movimiento es un breve interludio orquestal, sin la trompeta
solista, instrumento que no podía tocar melodías en la lejana tonalidad
de sol menor del movimiento. Y por si fuera poco, en el primero se
encuentra la suspensión armónica típica que da paso a la cadenza para el
solista, sobre la cual está escrito viel atem, lieber André
(mucho aliento, querido André.). No hay que olvidar que Mozart solía
utilizar las versiones francesas de los nombres de pila. Lo interesante
aquí es que Mozart no escribió la cadenza, de manera que ésta deberá ser
escrita (o mejor aún, improvisada) por el dichoso intérprete que sea
convocado para el estreno. Se da por hecho que tendrá que ser un
especialista en la trompeta natural, sin llaves, válvulas o pistones, y
ya se habla en los medios especializados de la figura cimera de la gran
trompetista inglesa Alison Balsom, quien en años recientes ha llegado a
dominar, también, este difícil instrumento. Y el estreno, ¿cuándo?
Suenan rumores de que se llevará a cabo en una velada musical en el
Mozarteum de Salzburgo, planeada para el 5 de diciembre de 2021, fecha
exacta del 230 aniversario luctuoso de Mozart. La espera, desde este 28
de diciembre, se hará eterna.
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