Amy Goodman y Denis Moynihan
Hace cien años que las mujeres conquistaron el derecho al voto en
Estados Unidos. Llevó al movimiento de mujeres sufragistas décadas de
lucha lograr el derecho al voto: desde la Convención de Seneca Falls en
1848 hasta las campañas de desobediencia civil y las masivas protestas
que dieron lugar a la aprobación y ratificación de la 19ª Enmienda en
1920. Hoy, un siglo después, el derecho al voto corre peligro como
consecuencia de los intentos agresivos y sistemáticos de privar del
derecho al voto a cientos de miles de ciudadanos a lo largo y ancho del
país.
Restringir la participación de votantes ha sido una de las
principales estrategias del Partido Republicano. En 1980, Paul Weyrich,
un activista republicano conservador que fundó instituciones de derecha
como The Heritage Foundation, declaró en un discurso: “No quiero que
todo el mundo vote. Las elecciones no se ganan con el voto de la
mayoría, nunca ha sido así en la historia de nuestro país y no lo es
ahora. De hecho, nuestra influencia en las elecciones aumenta
considerablemente si hay menos votantes”.
Los estados del llamado “cinturón industrial”, como Pennsylvania,
Ohio, Michigan y Wisconsin, fueron decisivos para la victoria de Trump
en 2016. En cada uno de esos estados, a excepción de Ohio, Trump ganó
por menos de un punto porcentual. Ahora, en una demanda entablada en
Wisconsin por una organización conservadora, un juez del condado falló a
favor de eliminar a 209.000 personas del padrón electoral. La Comisión
Electoral de ese estado suspendió la purga mientras se apela el caso. En
2016, Trump ganó en Wisconsin por apenas 23.000 votos de diferencia.
Las elecciones de 2016 fueron las primeras en las que se aplicó la
estricta ley de identificación de votantes de Wisconsin. El grupo
progresista Priorities USA concluyó en un informe que dicha
ley impidió votar a más de 200.000 habitantes del estado en las
elecciones de 2016. Las leyes de identificación de votantes, que exigen
que quienes desean votar presenten un documento de identidad con
fotografía en los centros de votación, impiden en forma desproporcionada
que las personas pobres y de color ejerzan el derecho al voto.
El periodista de investigación Ari Berman dijo en referencia al
informe en el programa Democracy Now!: “El mayor descenso en la
participación se registró entre votantes negros y de filiación
demócrata. El informe concluyó que hubo una disminución más pronunciada
de votantes en Wisconsin que en Minnesota, un estado donde no existe una
ley de identificación de votantes, y en condados con una población
mayoritariamente afroestadounidense”.
Hace dos semanas, Associated Press publicó un informe basado en un
audio filtrado de una reunión de la delegación de Wisconsin de la
Asociación Nacional de Abogados Republicanos, celebrada el 21 de
noviembre de 2019. En el audio se escucha a Justin Clark, un importante
abogado de la campaña de reelección de Trump, decir: “Tradicionalmente
siempre han sido los republicanos los que han impugnado votantes en los
centros de votación”. Clark añadió: “Juguemos un poco más a la ofensiva.
Eso es lo que presenciaremos en 2020. Será un programa aún más amplio,
mucho más agresivo y con mayor financiamiento”. Justin Clark se estaba
refiriendo a realizar actividades organizadas para supervisar la
votación, en las cuales empleados y simpatizantes del partido se apostan
en los centros de votación de filiación demócrata para cuestionar la
legitimidad de los votantes, exigiendo al personal electoral que
verifique su identidad o les impida votar. Clark dijo más tarde que sus
dichos fueron malinterpretados.
En Georgia, el gobierno estatal republicano eliminó a 100.000
votantes del padrón electoral en diciembre. La medida fue aprobada por
un juez federal que hizo caso omiso de una demanda judicial entablada
por Fair Fight, una organización fundada por la demócrata Stacey Abrams
después de las elecciones de 2018, con el objetivo de promover
elecciones justas en Georgia y en todo el país.
En la elección para la gobernación del estado de Georgia de 2018,
Abrams se enfrentó al candidato republicano Brian Kemp, que en ese
entonces era Secretario de Estado de Georgia y estuvo a cargo de
supervisar las elecciones y de administrar el padrón electoral. En julio
de 2018, meses antes de la elección, Kemp supervisó lo que ha sido
denominado uno de los mayores actos de eliminación de votantes de la
historia de Estado
s Unidos, eliminando a más de 500.000 personas del
padrón electoral de Georgia, de un total de 6,6 millones de votantes
inscritos. Kemp obtuvo una ventaja de alrededor de 50.000 votos con
respecto a Abrams, de un total de 4 millones de votos emitidos, y
proclamó su victoria. Stacey Abrams denunció que Kemp había incurrido en
corrupción en el proceso electoral y se negó a aceptar la derrota, pero
no impugnó los resultados.
A pesar de los fuertes intentos de la derecha para impedir que se
ejerza el derecho al voto, los defensores de este derecho están logrando
avances. En Florida, los votantes aprobaron la 4° Enmienda, que
devuelve el derecho al voto a 1,4 millones de ex convictos. El
gobernador republicano de ese estado, Ron DeSantis, promulgó un proyecto
de ley para obligar a esos posibles votantes a que pagaran “todas las
multas” que adeudaban en relación con sus condenas anteriores, lo que
hizo considerablemente más lenta la reincorporación de esos votantes en
el padrón electoral. Muchos lo denominaron un impuesto al voto.
En cinco estados del oeste, desde Colorado hasta Hawaii, el voto
epistolar ha aumentado la participación de los votantes, disminuido los
costos y proporcionado una papeleta auditable y fácil de rastrear que
permite verificar los resultados electorales. El National Vote at Home
Institute se está esforzando por ampliar esta práctica en todos los
estados y el proyecto National Popular Vote está trabajando con las
legislaturas estatales de todo el país para que los votos del Colegio
Electoral se asignen al candidato o candidata que gane el voto popular a
nivel nacional.
La democracia implica una lucha constante. Desde las sufragistas a
los defensores del derecho al voto de hoy en día, garantizar el sufragio
debería ser una lucha de todos.
© 2020 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro
“Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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