Ofrenda: el otro Duarte
Libra AMLO riesgo naranja
Respuesta a Rápido y furioso
Beneficios a ambos presidentes
Con una sincronía denotativa
del sentido político de la ofrenda, el gobierno de Estados Unidos
informó al mexicano de la detención de César Duarte Jáquez, priísta que
gobernó el estado de Chihuahua (de 2010 a 2016) con una cleptomanía
personal que también auspició triangulación de dinero público federal
hacia campañas electorales de su partido, con Luis Videgaray y Manlio
Fabio Beltrones como principales mencionados en la llamada Operación Safiro (así, con ese).
Largamente buscada y sustentada por la administración estatal ahora
encabezada por el panista Javier Corral Jurado, explicablemente
incumplida por el cómplice gobierno igualmente cleptómano del priísta
Enrique Peña Nieto y procesada y ahora lograda por el obradorismo y su
vertiente gertziana, tanto la detención del otro Duarte (el anterior en
cartelera de nota roja política fue el veracruzano Javier Duarte de
Ochoa) como el ponerlo a disposición para ser enviado a México fue
informado a la Fiscalía General de la República apenas había pasado el
insólito encuentro políticamente incruento, e incluso brillante en
varios momentos, entre el presidente de Estados Unidos, domada la curva
de la sabida impertinencia y toxicidad de éste, convertido temporalmente
a las reglas de la corrección política por las urgencias
releccionistas, y el de México que, al menos en la letra grande y lo
explícito, aún pendientes de conocerse tanto los nuevos acuerdos
discretos como lo sucedido en la cena de los poderes empresariales,
parecía haber librado con buena calificación la aduana inmediata del virus naranja.
El regalo trumpista al visitante tabasqueño va más allá del
intercambio de bates de béisbol y de la veintena de averiguaciones
previas iniciadas contra Duarte Jáquez (quien siendo gobernador fue
acusado de adquirir, junto con su esposa y mediante 65 millones de
pesos, 15 por ciento de las acciones del banco regional Progreso).
Tal regalo enviado por la Casa Blanca permitirá a López Obrador
atenuar el talante opositor del panista Corral y le dará más elementos
de amago al peñismo, en la vertiente de Videgaray, al beltronismo (en
días pasados reaparecido en defensa del presidente AMLO) y a otros
priístas que también estuvieron involucrados en la Operación Safiro,
la cual significó no sólo los 246 millones de pesos correspondientes a
Chihuahua, sino un monto total cercano a los 650 millones, como la
beltronista Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora (140 millones) y
Jorge Herrera Caldera, ex gobernador de Durango (230 millones), según
investigaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
AMLO: guantes de seda
Trump: piropo tras piropo
El diálogo y el respeto nunca
ha sido el fuerte del gobierno estadunidense (sea republicano o
demócrata, que para el caso es lo mismo) y en su ADN la buena voluntad
carece de registro. Por el contrario, imposición, golpeteo y agandalle
son sellos de la casa, y la historia ofrece múltiples ejemplos de cómo
se las gasta (invasiones, agresiones, amenazas, bloqueos, robos, racismo
y un rosario de etcéteras).
A México le tocó la desgracia de colindar con el imperio del norte
(aunque cierto es que la larguísima mano gringa llega hasta el más
recóndito rincón del planeta), de tal suerte que a lo largo de su
historia nuestro país ha tenido que sortear todo tipo de agresiones
estadunidenses, no siempre con los mejores resultados ni con los mejores
gobernantes.
Ahora toca al presidente López Obrador –un gran conocedor de la
historia mexicana y de la complicadísima relación bilateral con Estados
Unidos– lidiar con el vecino del norte, por lo que ha manejado con
pinzas y guantes de seda el viaje a Washington y su encuentro con el
salvaje de la Casa Blanca.
Ayer, a la hora de los discursos, el mandatario mexicano aseguró que
México y Estados Unidos “han optado por marchar juntos hacia el
porvenir, privilegiar el entendimiento, afianzar lo que une y resolver
las diferencias mediante el diálogo y el respeto mutuo; usted –dijo a
Trump– no ha pretendido tratarnos como colonia. Por el contrario, ha
honrado nuestra condición de nación independiente y nunca ha pretendido
imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía” ( La Jornada).
López Obrador subrayó que decidió viajar a la capital estadunidense, porque
es muy importante la puesta en marcha del tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, pero también para agradecer al pueblo estadunidense, a su gobierno y a Donald Trump por ser cada vez más respetuoso con nuestros paisanos mexicanos; nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano. Pero lo que más aprecio es que usted (el salvaje de la Casa Blanca) nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la doctrina Monroe, ha seguido en nuestro caso el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía que las naciones no deben aprovecharse del infortunio otros pueblos.
El mandatario mexicano subrayó que “algunos pensaban que nuestras
diferencias ideológicas habrían de llevarnos de manera inevitable al
enfrentamiento. Afortunadamente ese mal augurio no se cumplió y
considero que hacia el futuro no habrá motivo ni necesidad de romper
nuestras relaciones políticas y de nuestros gobiernos… Fallaron los
pronósticos: somos amigos y lo seguiremos siendo”.
El efecto AMLO en Estados Unidos
Ahora resulta que el hombre que ha perdido popularidad y poder en México será quien determine, según los opinioramas, el destino del país más poderoso del mundo.
Sí, tiene usted razón, parece cosa de locos, pero resulta que para
muchos el viaje del Presidente de la República es un error porque
tendría una influencia decisiva en la elección del próximo presidente de
Estados Unidos de Norteamérica. De ese tamaño lo ven.
Por eso los ataques y las críticas, que se suman al rosario de
acusaciones que por sí o por no se enderezan en contra de López Obrador,
hoy, por sistemáticos, sin que medie en ellos la reflexión, pero
cargados de reacciones inmediatas, se prestan a interpretaciones que
pueden ser benéficas para el Presidente de México.
La reacción califica el viaje de López Obrador como la complicidad de
dos todopoderosos para lograr que uno, y para beneficio de ambos,
continúe en posesión del poder, y en México, por el momento, no hay
elecciones.
Así las cosas con el terco afán de descalificar cualquiera de sus
acciones. La reacción le ha dado a López Obrador un poder que parece
impensable que tenga en Estados Unidos, aunque a final de cuentas uno se
pregunta: “¿será que el voto que se tiene a favor de Andrés Manuel se
puede convertir en un voto a favor de Trump? Vaya Presidente poderoso
que tenemos en nuestro país.
Pero no hay problema, a fin de cuentas, si el Presidente de México
hubiera rechazado ir a Estados Unidos en esta temporada, se le hubiera
acusado de desdeñar la oportunidad que se abre en el comercio con el
país más rico del mundo, o de cualquier otras patraña.
Editorial
Pese a los recelos y
prevenciones que generaba la visita oficial del presidente Andrés Manuel
López Obrador a Estados Unidos, el encuentro con Donald Trump
transcurrió en un clima de cordialidad y respeto. Este ambiente, que
debiera ser norma invariable de convivencia entre jefes de Estado,
resulta insólito tratándose de Trump: es difícil recordar una reunión
con otros gobernantes en el que el magnate se haya conducido en términos
tan diplomáticos y comedidos hacia su homólogo y lejano de los
exabruptos que le son habituales incluso en circunstancias
pretendidamente amistosas.
Considera acertada la reunión con Trump
El suscrito, no obstante su
ignorancia, considera acertado que el mandatario Andrés Manuel López
Obrador se haya reunido con su homólogo de Estados Unidos, pues no se
debe olvidar que AMLO es Presidente de todos los mexicanos, se quiera o
no aceptar, no sólo lo es de los desposeídos.
El 11 de julio de 1934 se
constituyó formalmente el Sindicato Nacional de Mineros, producto de la
fusión de 26 organizaciones regionales que durante muchos años habían
intentado consolidarse en una agrupación nacional. Esa integración
significó un gran paso para la formación de una nueva corriente política
y sindical que representara democráticamente a la gran mayoría, como lo
sigue cumpliendo hoy, de los trabajadores dedicados a la explotación y
crecimiento de las minas del país. Hoy, este gran esfuerzo de
consolidación a través de los años, engloba también a las industrias
metalúrgicas, siderúrgicas, del transporte y de muchas actividades
similares de la producción y transformación de los metales básicos e
indispensables para el desarrollo industrial.
Desde que Netflix decidió estrenar La Red Avispa el
pasado 19 de junio y llegó a la audiencia cautiva del Covid-19, la
película se ha convertido en un suceso mediático por razones poco
convencionales.
He vuelto a ver el video donde
el tenor polaco Leszek Świdziński canta Nessun Dorma en un patio
rodeado de los edificios de un hospital de Varsovia, por cuyas ventanas
se asoman médicos, enfermeras, pacientes con mascarillas, mientras los
integrantes del coro, vestido de cualquier manera, y como si pasaran por
el patio por mera casualidad, van juntando sus voces. Al final, los
espectadores enclaustrados aplauden, lanzan vivas al tenor. Son voces
remotas, como de otro planeta. El mundo del encierro. Siento que podría
contemplar la escena desde una de esas ventanas.
En el semestre de la pandemia
se han registrado una variedad de respuestas nacionales a la pandemia,
tan amplia quizá como el número de naciones y territorios afectados, que
rebasa los dos centenares. Aunque en su mayoría han seguido un patrón
casi único, han tenido distinciones nacionales notables. Alguna vez se
trazarán las similitudes y diferencias que integran la imagen global de
esas respuestas. En el mapamundi de la distribución territorial del
Covid-19, publicado por la OMS, sólo Turkmenistán se muestra en blanco,
no por ausencia de contagios, sino porque prefiere no reportar. (Tres
estuvieron teñidos de rojo intenso, color que simboliza más de 100 mil
contagios adicionales en la semana previa, del 29 de junio al 5 de
julio: Estados Unidos, India y Rusia).
La broma en Brasil es que,
finalmente, salió algo positivo en Jair Bolsonaro. Su examen en el
hospital de las fuerzas armadas dio positivo para el coronavirus.
Tras muchos días de
confinamiento, el mundo ha empezado a funcionar. Este funcionamiento no
recupera la capacidad de operación: apenas hemos empezado a poner en
marcha la economía, con grados reducidos de ocupación de la capacidad
instalada. Los daños a la economía no han terminado, aunque se ha
detenido su caída. Por esto, la discusión sobre las modalidades de la
recuperación es prematura. Lo cierto es que para conseguir que haya
recuperación se demandarán cuantiosos recursos que los estados
nacionales tendrán que inyectar a sus economías y a la protección de los
más necesitados.
La rebelión popular
desencadenada en Estados Unidos por el asesinato de George Floyd ha
actualizado el debate sobre los orígenes e historia del racismo en ese
país y su impacto en la Declaración de Independencia(DI) del 4 de julio
de 1776. También la influencia estructural del racismo en el Estado que
surgió entonces y en la vida cotidiana de negros y pueblos originarios a
partir de esa fecha y hasta nuestros días. La evidencia histórica y
sociológica muestra que Estados Unidos sólo tendría salvación como
entidad estatal si se logra que en ella puedan convivir en paz y
fraternidad blancos, negros, pueblos originarios, latinos y otras
minorías. Ello exige que ajuste cuentas con su historia y reconozca los
virus del supremacismo blanco, el racismo, la expansión territorial y
las guerras de rapiña, inoculados en su ADN desde su fundación.
La negación de la pandemia de
Covid-19 en Brasil por el presidente Bolsonaro ha generado una crisis
nacional. En respuesta, se ha movilizado el Frente de la Vida compuesto
por el Consejo Nacional de Salud y un total de 10 asociaciones de salud
pública, sociedades médicas y redes del ramo. Este Frente ha formulado
un Plan Covid-19 que se ha presentado a la sociedad y al gobierno. Tiene
la gran virtud de incluir a especialistas de varios campos de
conocimiento, lo que permite caracterizar la complejidad de la pandemia,
sus distintas dimensiones y sus diversas interfaces.
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