La discriminación
es uno de los fenómenos estructurales que afectan a personas y grupos en
nuestro país, particularmente a aquellos que, a causa de los tratos
excluyentes o de sometimiento a que son sujetos por razón de alguna
condición –como por ejemplo género, etnia, clase, discapacidad,
preferencia u orientación sexual, y hasta apariencia física, entre
otras–, históricamente se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Luego de una serie de luchas y reivindicaciones por parte de grupos
tradicionalmente discriminados, así como de organizaciones,
especialistas y actores sociales y políticos, como el compañero Gilberto
Rincón Gallardo, el 11 de junio de 2003 se promulgó la Ley Federal para
Prevenir y Erradicar la Discriminación. Desde su publicación, hasta el
día de hoy, esta ley ha traído consigo importantes avances con respecto a
la prevención y eliminación de la discriminación en materia de política
pública, entre ellos la creación del Consejo Nacional para Prevenir la
Discriminación (Conapred).
El Conapred es, como lo señala su estatuto orgánico, un organismo
descentralizado y sectorizado de la Secretaría de Gobernación, con
personalidad jurídica y patrimonio propios, cuyo propósito fundamental
es prevenir y eliminar todas las formas de discriminación ejercidas
contra cualquier persona o grupo, especialmente aquellos que se
encuentran en situación de vulnerabilidad. Tiene además como objeto
contribuir al desarrollo cultural, social y democrático de nuestro país,
así como formular y promover políticas públicas para la igualdad de
oportunidades y de trato a favor de las personas que habitan y transitan
por México, y coordinar las acciones en materia de discriminación de
las dependencias y entidades del Poder Ejecutivo Federal.
Ello no obstante, es indudable que después de 17 años el Conapred
tiene logros y desafíos importantes. Sobre estos últimos, es claro que
no se ha erradicado totalmente la discriminación en el país y que falta
mucho para conseguirlo. De igual manera, los empeños indudables por
prevenir y erradicar la discriminación no han logrado transformar las
instituciones del Estado ni transversalizar la igualdad y la no
discriminación en el ámbito de las políticas públicas.
Aunado a esto, desde sus inicios el Conapred cuenta con recursos
humanos y materiales limitados y a veces precarios. Sin embargo, de la
mano de grupos históricamente discriminados, de personas expertas,
organizaciones de la sociedad civil y autoridades en sus diferentes
ámbitos y niveles de competencia, el Conapred ha realizado numerosos
aportes en la agenda antidiscriminatoria del país.
Entre sus logros destacan estadísticas e investigaciones sobre el
fenómeno discriminatorio; incidencias en legislación y políticas
públicas; impacto en programas educativos; opiniones jurídicas;
publicaciones y campañas referidas a la igualdad y a la no
discriminación, con el fin de promover una cultura de inclusión y
respeto a las diferencias, y servicios de orientación y mecanismos para
presentar y resolver quejas por presuntos actos discriminatorios de
autoridades y particulares.
De esta manera, el Conapred ha defendido los derechos humanos de
personas y grupos que coyuntural y tradicionalmente han venido siendo
discriminados. Entre ellos la comunidad LGBTTTIQA+, pueblos y
comunidades indígenas y afromexicanas, personas con discapacidad,
personas adultas mayores, migrantes, refugiadas y trabajadoras del
hogar, entre otras. Estas personas y grupos han encontrado en el
Conapred escucha, orientación, ayuda y respuesta a sus demandas. Además
de este patrimonio social acumulado, el Conapred cuenta entre sus
fortalezas con su Asamblea Consultiva, integrada por personas
pertenecientes a los distintos grupos discriminados, especialistas en
diferentes problemas sobre discriminación, expertos en derecho,
defensoras y defensores de derechos humanos y activistas sociales por la
igualdad y la no discriminación.
Y por ello cumple con su función de ser el órgano ciudadano de
opinión, asesoría y promoción de las acciones, programas y proyectos que
diseña o desarrolla el Conapred. Como rasgo excepcional, cuenta además
con representatividad en la Junta de Gobierno. Por tanto, la apuesta por
atender mejor la agenda antidiscriminatoria del país no debe ser el
debilitamiento o la desaparición del Conapred, sino por el contrario su
fortalecimiento mediante una nueva estrategia que contemple por lo menos
las siguientes exigencias. La designación de la nueva persona titular,
cuya trayectoria, capacidad y compromiso con la igualdad y no
discriminación en todas sus expresiones sea indiscutible, mediante un
proceso ordenado, transparente y participativo; el incremento,
suficiencia y garantía de su presupuesto; la actualización y ampliación
de sus capacidades y recursos; la promoción de una reforma de ley que
dote de nuevas facultades al Conapred con base en el artículo primero
constitucional, y la participación activa de su Asamblea Consultiva en
todos estos procesos.
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