Llama a autoridades a otorgar créditos y capacitación
Por Brisa Gómez, corresponsal
Xalapa, 20 oct 11 (CIMAC/AVC).- De entregarse el financiamiento y la capacitación a las mujeres del campo para que puedan trabajar y mejorar su nivel de vida, la producción agropecuaria en el estado de Veracruz aumentaría entre 20 y 30 por ciento, aseguró María del Carmen Culebro, representante adjunta en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En entrevista, la representante de la ONU admitió que hay discriminación en contra de la población femenina del campo, pues son las que menos educación tienen, realizan labores rurales y del hogar, pero la retribución económica no llega a sus bolsillos.
El pasado 15 de octubre se conmemoró el Día Internacional de las Mujer Rurales, efeméride instituida por Naciones Unidas en 2007 con el fin de reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
La población rural en México representa el 22 por ciento del total de las y los habitantes repartidos en 189 mil pequeñas localidades con menos de dos mil 500 habitantes, según el Censo de Población y Vivienda 2010. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009, 5.7 por ciento de las mujeres de cinco años y más hablan alguna lengua indígena. El 25 por ciento tiene de 15 a 29 años, y 41.2 por ciento tiene de 30 a 59 años. Más de 60 por ciento está en edad reproductiva.
CAMPO CON ROSTRO FEMENINO
Carmen Culebro agregó que como consecuencia de la migración, las mujeres son las que se están quedando a cargo del campo, sin que éste les pertenezca oficialmente, lo que les impide acceder a financiamiento y tecnificación. Expresó que la mujer rural tiene una importancia fundamental, pues no sólo es la que se ocupa de la atención del hogar, los hijos e hijas y la hortaliza familiar, sino además genera un gran capital económico con su fuerza de trabajo. La diplomática lamentó que a nivel mundial no se les dé el mismo trato a las mujeres y a los hombres rurales, lo que impide que se incremente la producción agropecuaria hasta en un 20 o 30 por ciento. Culebro demandó que los apoyos y la posesión de la tierra estén en manos de la población femenina.
Criticó que el trabajo de las mujeres sea invisible. “Si me pregunta cuánto le pagan a una mujer por el trabajo en casa, cuánto le pagan por el cuidado de los niños, cuánto le pagan cuando va a hacer sus labores de hortalizas, o cuánto le pagan por ayudar en el campo al esposo, quien recibe el dinero normalmente es el esposo”. Ante esto insistió en la necesidad de buscar mecanismos de visibilización del trabajo de las mujeres en el campo, que se les reconozca su capacidad y que esto traiga consigo una remuneración, ya que “es un trabajo invisible enorme y no solo en el medio rural, también en el urbano”.
La representante de la FAO observó que los créditos rurales para las mujeres son muy bajos en comparación con los otorgados a los varones. Llamó a las autoridades agrícolas a que tomen en cuenta que las mujeres están ocupándose de la producción alimentaria en México, y que por ello deben de modificarse algunas reglas y programas destinados al campo.
Xalapa, 20 oct 11 (CIMAC/AVC).- De entregarse el financiamiento y la capacitación a las mujeres del campo para que puedan trabajar y mejorar su nivel de vida, la producción agropecuaria en el estado de Veracruz aumentaría entre 20 y 30 por ciento, aseguró María del Carmen Culebro, representante adjunta en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En entrevista, la representante de la ONU admitió que hay discriminación en contra de la población femenina del campo, pues son las que menos educación tienen, realizan labores rurales y del hogar, pero la retribución económica no llega a sus bolsillos.
El pasado 15 de octubre se conmemoró el Día Internacional de las Mujer Rurales, efeméride instituida por Naciones Unidas en 2007 con el fin de reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
La población rural en México representa el 22 por ciento del total de las y los habitantes repartidos en 189 mil pequeñas localidades con menos de dos mil 500 habitantes, según el Censo de Población y Vivienda 2010. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009, 5.7 por ciento de las mujeres de cinco años y más hablan alguna lengua indígena. El 25 por ciento tiene de 15 a 29 años, y 41.2 por ciento tiene de 30 a 59 años. Más de 60 por ciento está en edad reproductiva.
CAMPO CON ROSTRO FEMENINO
Carmen Culebro agregó que como consecuencia de la migración, las mujeres son las que se están quedando a cargo del campo, sin que éste les pertenezca oficialmente, lo que les impide acceder a financiamiento y tecnificación. Expresó que la mujer rural tiene una importancia fundamental, pues no sólo es la que se ocupa de la atención del hogar, los hijos e hijas y la hortaliza familiar, sino además genera un gran capital económico con su fuerza de trabajo. La diplomática lamentó que a nivel mundial no se les dé el mismo trato a las mujeres y a los hombres rurales, lo que impide que se incremente la producción agropecuaria hasta en un 20 o 30 por ciento. Culebro demandó que los apoyos y la posesión de la tierra estén en manos de la población femenina.
Criticó que el trabajo de las mujeres sea invisible. “Si me pregunta cuánto le pagan a una mujer por el trabajo en casa, cuánto le pagan por el cuidado de los niños, cuánto le pagan cuando va a hacer sus labores de hortalizas, o cuánto le pagan por ayudar en el campo al esposo, quien recibe el dinero normalmente es el esposo”. Ante esto insistió en la necesidad de buscar mecanismos de visibilización del trabajo de las mujeres en el campo, que se les reconozca su capacidad y que esto traiga consigo una remuneración, ya que “es un trabajo invisible enorme y no solo en el medio rural, también en el urbano”.
La representante de la FAO observó que los créditos rurales para las mujeres son muy bajos en comparación con los otorgados a los varones. Llamó a las autoridades agrícolas a que tomen en cuenta que las mujeres están ocupándose de la producción alimentaria en México, y que por ello deben de modificarse algunas reglas y programas destinados al campo.
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