Escrito por Jenaro Villamil
Todo estaba en el guión mediático
planeado para el montaje del éxito en esta semana: ceremonias de
adhesión, avances del Pacto por México, aprobación de la reforma
educativa sin el esperado “coletazo” de Elba Esther, optimismo
financiero exprés, promulgación de la Ley General de Víctimas a la que
Calderón vetó, insistencia en los discursos de autosuperación nacional.
Hasta que Peña Nieto volvió a su principio de Peter en su “miércoles negro”. Incapaz de memorizar o de conocer más allá del teleprompter el primer mandatario exhibió el miércoles 16 de enero que ignora no sólo el nombre sino la materia del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos
(IFAI), justo en una ceremonia para anunciar la “autonomía
constitucional” del organismo creado a partir de una reforma
legislativa en el 2002.
No fue una
simple pifia declarativa. El mismo día, en un acto anunciado como un
ejercicio de rendición de cuentas, Peña Nieto y los integrantes de su
gabinete hicieron públicas sus declaraciones patrimoniales. En lugar de
un ejercicio de rendición de cuentas y de ejercicio de transparencia,
la divulgación de sus bienes inmuebles y otro tipo de propiedades
resultó una burla.
Peña Nieto divulgó que es propietario
de 4 casas, de 4 terrenos, de 1 departamento y de relojes y joyas, pero
no informó cuánto valen estos bienes, quién le “donó” esos terrenos y
cuál es el registro público de la propiedad de cada uno de ellos.
Y si el primer mandatario fue opaco en
su declaración de bienes, el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam,
uno de los políticos más acaudalados del estado de Hidalgo, simplemente
decidió no hacer públicos sus datos patrimoniales. El titular del
Ministerio Público, futuro encargado de restablecer a la PGR del
“desmantelamiento” simplemente decidió reservar esa información.
Por la enumeración de sus bienes nos
enteramos que el ex gobernador de Coahuila y ahora secretario de
Agricultura, Enrique Martínez tiene 16 terrenos que suman cientos de
hectáreas, 1 edificio, y 1 casa, al igual que el ex dirigente del PRI y
actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien reportó la
propiedad de un edificio, dos casas, seis locales y dos terrenos.
Al día siguiente del acto de opacidad,
enmarcado en el “olvido” del nombre del IFAI, el gobierno de Peña Nieto
también mostró un rostro ajeno a la publicidad. Su indolencia frente a
las víctimas o hacia la violación de los derechos humanos se concretó
con los nombramientos de Ardelio Vargas Fosado como director del
Instituto Nacional de Migración y de Lorena Cruz al frente del
Instituto Nacional de la Mujer.
Vargas Fosado se hizo famoso en Oaxaca
y Puebla por su mano dura. Y no existe elemento alguno que haga prever
respeto a los derechos humanos de los migrantes centroamericanos.
Lorena Cruz se opuso en el 2010 a que
en el Estado de México se emitiera una declaratoria de alerta de
violencia de género en esa entidad. Ahora, encabezará el Inmujeres, en
medio de la protesta de grupos feministas que se sienten engañadas por
el amañado proceso de consulta y selección interna.
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