Leonardo García Tsao
▲ Los actores Jason Isaacs y Dev Patel, protagonistas del Hotel Mumbai.Foto Afp
Todavía no ha pasado aquí a la prensa la nueva versión de Nace una estrella,
dirigida y protagonizada por Bradley Cooper, que ha recogido críticas
elogiosas en su paso por Venecia. Pero no cabe duda de que el melodrama
musical está nuevamente de moda. Este domingo se se vio Vox Lux, segundo largometraje del también actor Brady Corbet, que se supone es una deconstrucción de una estrella pop.
Dividida en actos de título presuntuoso y narrada con ironía por
Willem Dafoe, la película describe el improbable ascenso de una cantante
llamada Celeste (Raffey Cassidy), desde que es herida en uno de esos
tiroteos masivos que suceden con alarmante regularidad en las escuelas
gringas. Al componer una canción conmemorativa de la tragedia, Celeste
se vuelve popular y consigue un contrato con una disquera, así como un
mánager cínico (Jude Law, extrañamente soportable). Sin embargo sucede
el ataque a las Torres Gemelas y la cantante debe cambiar.
Ya treintona (e interpretada por Natalie Portman), Celeste se ha
convertido en una diva en conflicto con su hermana (Stacy Martin), su
hija (Cassidy, nuevamente) y su propio abuso de bebidas etílicas. Otro
ataque terrorista la coloca en el centro de la controversia. Pero el show debe
seguir. Y Portman hace una acertada parodia de todas esas cantantes –ya
saben cuáles– que promueven un pop inocuo y esterilizado, con canciones
que son más bien eslóganes y movimientos robotizados. Al menos, pienso
que es una parodia, porque la secuencia de concierto se presenta sin más
al final, como en una celebración de lo que hoy pasa por espectáculo.
Otra película, estrenada en Toronto, ofrece una visión totalmente convencional de un fenómeno similar. Se trata de Teen Spirit (Espíritu juvenil), opera prima
de Max Minghella (hijo del finado Anthony) y protagonizada por Elle
Fanning como una adolescente polaca cuyo gusto por el canto la lleva a
concursar en el programa televisivo epónimo. Por supuesto, la chica está
verde aunque canta con el corazón, según le aconseja el viejo cantante
de ópera (Zlatko Buric) que se ha vuelto su mánager.
El asunto no podría estar más apegado a una fórmula tan vieja como el concepto del showbiz.
Pronto la protagonista es aceptada por ejecutivos y el público,
triunfando a todo lo que da en la secuencia climática. La película misma
está filmada como esos programas de concurso musical que se han vuelto
tan populares, y uno siente la necesidad de cambiar de canal si no fuera
porque Fanning es una presencia encantadora que trasciende el cliché.
No todo es perfección en este festival. Al menos en el departamento
técnico, donde quiera se cuecen habas. Hace unos días, me contaron, la
proyección de Peterloo, la obra más reciente del británico Mike
Leigh, se vio afectada por un problema de audio que hacía
ininteligibles los diálogos. Como el problema no se arreglaba y la
película no se entendía, la mayor parte del público abandonó la sala. Y
este domingo durante la proyección de Hotel Mumbai, de Anthony
Maras, la lámpara del proyector se fundió un par de veces durante las
escenas más tensas. Pero el público es tan educado que ni siquiera
chifló. Aquí nadie la grita al cácaro.
Twitter: @walyder
No hay comentarios.:
Publicar un comentario