Uno de los descubrimientos más importantes de la cultura maya
Fue
la primera persona después de mil 300 años en caminar por el pasillo
que conduce a la cámara funeraria donde fue encontrada la Reina Roja en
el templo número XIII de la zona arqueológica de Palenque. Aún no salía
del asombro de haber hallado apenas un día antes una tumba llena de
piedras de jade, cuando sintió que estaba por ser parte de uno de los
descubrimientos más importantes en la cultura maya.
“Cuando caminaba por ese pasillo con la linterna sentí que era como
atravesar en el tiempo, fui consciente de que la última persona que
estuvo ahí fue hace mil 300 años” dice Fanny López Jiménez. En ese
entonces tenía 25 años, hoy, tiene 49 y es la coordinadora de la
licenciatura en arqueología en la Universidad de Ciencias y Artes de
Chiapas (Unicach).
Fanny de pequeña no soñaba con tener conversaciones íntimas con una
noble maya, estaba muy lejos de ser su aspiración, ella quería ser
psicóloga, pero la vida la acomodó y la llevo a la Escuela Nacional de
Antropología e Historia (ENAH). “Yo platicaba mucho con
ella –la reina roja- porque hice el levantamiento de todas las piezas
que se encontraron en el sarcófago”.
No había egresado de la carrera cuando hizo sus prácticas en la zona
arqueológica de Palenque, regresar a Chiapas era algo natural para ella
porque es originaria de Tuxtla Gutiérrez. Al terminar su carrera se
incorporó de lleno al proyecto especial Palenque, a invitación del
director, Arnoldo González Cruz. Le ofreció trabajo como encargada de la
bodega de materiales arqueológicos. Al poco tiempo le pidió hacerse
responsable de una de las zonas de estudio –la que nadie quería porque
ya había sido explorada anteriormente-que era la parte oeste del templo
de las inscripciones.
Dedicó buena parte de su tiempo a revisar lo que otros arqueólogos ya
habían trabajado en la zona. Buscaba no excavar por donde ya habían
intentado otros, así que trazó una ruta diferente y por ahí se fue.
Empezó por el templo de la calavera. El 11 de abril de 1994 un
trabajador le pidió bajar a un pozo de 5 metros porque habían encontrado
“algo”. Cuando ella descendió: “Las piedras de jade brillaban. Ahí
habían conchas, perlas, obsidianas, de inmediato supe que se trataba de
una tumba”.
Estaba emocionada por el hallazgo, era lo más grande que había
descubierto en su muy corta carrera. No quiso avisar por radio lo que
había encontrado así que se fue caminando rumbo al templo del sol donde
estaba otro de sus compañeros para decirle. Ese día no estaba el
director del proyecto, Arnoldo González. Mientras iba caminando al otro
edificio pasó por el templo número XIII y vio que los trabajadores
habían encontrado una puerta tapiada que daba a un pasillo. A señas
preguntó qué era y a señas también le respondieron que no sabían. Fue a
ver y se encontró que había un pasillo que conducía a otro templo.
Le informó al director del proyecto de los dos hallazgos hechos el
mismo día. Arnoldo González le dijo que se esperara a su regreso para
bajar de nuevo a la tumba que encontró en el templo de la calavera y le
dio autorización para explorar por el pasillo que habían hallado en el
templo número XIII.
El 12 de abril de 1994 hizo el recorrido por el pasillo que conduce a
las tres cámaras funerarias del templo, la de en medio estaba sellada.
Cuando llegó el director del proyecto ella le pidió que hicieran un
orificio para poder ver qué había dentro de la cámara. El agujero estuvo
listo hasta el 1 de junio de 1994.
No sabían qué se iban a encontrar. El trabajador que estaba en esa
labor les dijo que estaban cerca de que cayera la última piedra. En ese
momento, Arnoldo salió corriendo por un foco. Cayó la última piedra.
Fanny se apresuró a subirse en el bote en el que estaba el trabajador
para poder alcanzar a ver por el agujero qué había en la cámara, apenas
sus ojos se estaban acostumbrando a la oscuridad y poder dilucidar lo
que había ahí, cuando Arnoldo llegó con el foco, se subió al bote y
alumbró la cámara. Pudieron observar, claramente, de qué se trataba.
Había un sarcófago rojo, además, de dos depósitos funerarios, era obvio
de que se trataba de la tumba de una persona importante. “En ese momento
yo le dije a Arnoldo lo que hay adentro es una mujer”. Era la Reina
Roja.
Lo que vieron ese día por un pequeño agujero Fanny y Arnoldo es lo
que se va a exponer este viernes 21 de septiembre a las 18:00 horas en
Museo del Instituto de Antropología e Historia (INAH) en Tuxtla
Gutiérrez. La exposición temporal “La Reina Roja. El Viaje al Xibalbá”,
que muestra la máscara y ajuar mortuario de Tz´ak-b´u, quien se presume
sea la esposa de Pakal.
Esta exposición se ha montado en Los Ángeles, Nueva York y
recientemente en el Museo del Templo Mayor en la Ciudad de México. Por
fin, llega a Chiapas.
Hoy, Fanny López Jiménez se volverá a encontrar con todos esos
objetos que vio por primera vez en 1994: las 119 piezas de malaquita que
conforman la máscara de la reina; sus cuentas, las diademas, su
pectoral.
Fanny trabajó en el proyecto especial Palenque por unos meses más
después de que se abrió la cámara funeraria de la Reina Roja. Luego,
tomó otros caminos. Ella se ha dedicado a la academia y la
investigación. Ha dirigido el centro INAH en Chiapas y realiza una
investigación sobre una zona arqueológica en el municipio de Pijijiapan.
La Reina Roja seguirá siendo uno de sus hallazgos más significativos.
Aunque no hay pruebas científicas que lo confirmen, Fanny considera que
Tz´ak-b´u no solo fue la esposa de Pakal, sino también fue regente de
Palenque en algún tiempo después de la muerte del rey maya. “Es probable
que haya gobernado un momento difícil como difícil fue el momento en el
que la encontramos porque fue en pleno conflicto de 1994”.
Lo más importante del hallazgo de la Reina Roja, considera la
arqueóloga, es que visibiliza el trabajo de las mujeres de la nobleza en
la época prehispánica, las pone en el mapa. Palenque fue gobernado en
diferentes momentos por dos mujeres y la Reina Roja pudo haber sido la
tercera, aunque no se ha comprobado.
Fanny es de fácil sonrisa y de buena conversación.Hoy, precisamente,
anda vestida de rojo, el color del cinabrio con el que fue cubierta de
pies a cabeza Tz´ak-b´u cuando murió como parte de los ritos funerarios.
Además de cubrirla del mineral también se hizo el sacrificio de un niño
de tal vez unos 12 años y una mujer madura a quien se le quitó el
corazón, los dos acompañaron a la Reina Roja en su camino al inframundo.
Fanny trajo a este tiempo a la reina y hoy, se volverán a encontrar.
Imagen retomada del portal Chiapas Paralelo |Foto: Sandra de los Santos
Por: Sandra de los Santos
Cimacnoticias/ChiapasParalelo | Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
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