Madres de víctimas de desaparición y feminicidio le piden cumplir sus promesas
Los
gritos de desesperación, llantos y demandas de las personas que llevan
años buscando a sus seres queridos no tardaron en escucharse cada vez
que cambiaba el o la ponente en el “Segundo diálogo por la paz, la
verdad, y la justicia”, organizado en el Centro Cultural Tlatelolco, en
la Ciudad de México.
En el evento se reunieron familiares de personas desaparecidas y
asesinadas, e integrantes del equipo del presidente electo Andrés Manuel
López Obrador, como la futura secretaria de Gobernación, Olga Sánchez
Cordero, y el futuro subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro
Encinas Rodríguez.
Las madres de víctimas de desaparición forzada y feminicidio
recordaron las 130 mil personas asesinadas, más de 33 mil personas
desaparecidas, las y los muertos en fosas clandestinas, las masacres,
las agresiones contra periodistas y personas defensoras de Derechos
Humanos en los últimos dos sexenios, y trataron de trazar una ruta de
trabajo para una justicia transicional.
Una a una fue contando los obstáculos que han enfrentado para buscar
a sus hijas e hijos desaparecidos y la dificultad de encontrar
justicia.
Un padre después de presentar el caso de su hija desaparecida en
Guerrero, con voz desesperada y los papeles del expediente en sus manos
temblantes, se desmayó y tuvo que ser atendido por paramédicos.
La y los representantes del futuro gobierno escucharon callados, y
recibieron las fichas que las y los familiares les extendieron. Las
madres en representación de colectivos de diferentes estados, como
Irinea Buendía, madre de Mariana Lima, víctima de feminicidio en el
Estado de México, cuyo caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, vincularon su historia personal con el análisis de un Estado de
derecho fallido, y con la presentación de puntos cruciales en la
reconstrucción de paz.
“La paz tiene que empezar por la búsqueda de verdad”, reivindicó
Buendía. Se tienen que saber los perpetradores, las causas, las rutas de
impunidad y corrupción, “se tiene que saber la historia real” de los
crímenes. Por eso -argumentó- es necesaria una Comisión de la Verdad,
aprobada por el legislativo, autónoma, y con apoyo técnico
internacional, basándose en las “valiosas experiencias”
latinoamericanas, pero buscando un propio “camino mexicano”.
Mirna Nereida, de Sonora, quien encontró a su hijo en una fosa
clandestina después de tres años de ardua búsqueda, recordó la
corrupción y el involucramiento de autoridades como policías en los
crímenes. “El sistema de justicia es débil y corrupto”, dijo y preguntó
si era impotencia o complicidad, que el gobierno actual haya permitido
tantas atrocidades.
Ella recordó a López Obrador su compromiso de crear un Mecanismo
Internacional contra la Impunidad, “aquí hay ancianas que tienen años
buscando a sus hijas e hijos, y le agradecemos si concreta esa promesa.”
En su opinión, México necesita el apoyo internacional, por ejemplo de
investigadoras, fiscales, y peritos, y que la asociación con
organizaciones como la ONU pueden ayudar a reconstruir la confianza en
el sistema de justicia.
Poco a poco, explicó, la participación de expertas internacionales en
este mecanismo puede bajar, mientras que suba el número de personal
mexicano capacitado. Sólo después de una rendición de cuentas podría
haber un perdón, dijo Nereida en alusión al perdón que López Obrador
había prometido en vista de una reconciliación nacional.
Por su parte, Araceli Rodríguez, madre de un policía desaparecido en
2009 en Michoacán, se enfocó en las medidas de reparación. “No se logra
hablar de reparación integral si pervive la impunidad”, analizó. Destacó
que “no todos los policías son buenos, pero no todos son malos
tampoco”, sin embargo, sería fundamental la desmilitarización de las
calles, ya que muchos crímenes son perpetrados por las fuerzas armadas,
acotó.
Rodríguez reclamó que en muchos casos, las instituciones minimizan
las demandas y necesidades de familiares, y que les cuesta registrarse
como víctimas. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV)
estaría concentrándose en una reparación económica, mientras que las
pocas disculpas políticas se dieron sin ser organizadas en acuerdo con
las víctimas, reprochó.
Guadalupe Aguilar, de Jalisco, manifestó la necesidad de un Mecanismo
de Protección para personas testigas, ya que éste, dijo, hasta ahora,
“ha sido abusado e ineficaz”. Muchas personas que quisieron dar
información sobre crímenes fueron amenazadas o asesinadas, mientras que
otras fueron fabricadas por la propia PGR, relató.
Dijo que la mayoría de las sentencias en México se basan en
confesiones forzadas, y que no se podrían llevar a cabo investigaciones
contra la macrocriminalidad sin testimonios fidedignos.
Recordó que las familias necesitan información para encontrar a sus
hijos e hijas, y concluyó su participación excalamando: “¡Jalisco es una
fosa! ¡México es una fosa!”
Araceli Rodríguez y Yolanda Morán, madres de familia provenientes de
los estados Veracruz y Coahuila, expresaron que los avances en la
implementación de la Ley de Búsqueda “son nulos”, ya que las fiscalías
no cuentan con fondos suficientes, no existe coordinación entre las
autoridades que investigan y las que buscan, y no se han conformado
todas las comisiones locales de búsqueda.
“La estrategia del actual del gobierno es de dilación, esperamos que
esto no se repita con su gobierno”, advirtió Rodríguez a López Obrador,
mientras que Morán trazó el camino para un futuro sistema de búsqueda.
Ella considera que éste debe contar con un presupuesto robusto, y el
plan de implementación debe ser trabajado con la participación de las
familias de las víctimas, además de la ayuda del Comité internacional de
la Cruz Roja.
También pidió al presidente que agende una reunión de trabajo con las
familias, petición a la que López Obrador no contestó directamente en
sus palabras finales. El presidente electo sólo reiteró que “no va a
haber corrupción ni impunidad”, e indicó que Olga Sánchez y Alejandro
Encinas atenderán las demandas.
Convocó a las familias a integrase en organizaciones sociales porque
“si nos unimos con cada colectivo, no hay abasto” al tiempo que aseguró
que seguirá dialogando con familias de víctimas en sus visitas a los
estados, también previstas una vez asumido el cargo de presidente en
diciembre próximo.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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