Bosque de alimañas
Las inocultables y múltiples faltas tantoéticas como estatuarias durante el proceso electoral interno del PRD, no significan lo mismo que elcostoso fraude electoral federal del 2006. Las consecuencias socialmentenegativas de ambos eventos no pueden medirse juntas; los daños de uno y otroson desproporcionadamente distintos. Pudiera decirse incluso que en el traspiéque dio la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática tienemucho que ver el histórico asalto a la presidencia de la república perpetuadopor la complicidad del poder.
Encuentro los diarios repletos de escritos que,en concordancia con la fecha, literalmente crucifican al partido del solazteca. Hasta los que firman como “críticos de televisión” le han hincado eldiente a las astillas que deja el aserradero político desatado desde loscírculos conocidos.
Las inocultables y múltiples faltas tantoéticas como estatuarias durante el proceso electoral interno del PRD, no significan lo mismo que elcostoso fraude electoral federal del 2006. Las consecuencias socialmentenegativas de ambos eventos no pueden medirse juntas; los daños de uno y otroson desproporcionadamente distintos. Pudiera decirse incluso que en el traspiéque dio la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática tienemucho que ver el histórico asalto a la presidencia de la república perpetuadopor la complicidad del poder.
Encuentro los diarios repletos de escritos que,en concordancia con la fecha, literalmente crucifican al partido del solazteca. Hasta los que firman como “críticos de televisión” le han hincado eldiente a las astillas que deja el aserradero político desatado desde loscírculos conocidos.
Lo sucedido en la elección que favorece aEncinas no es como para levantarle la mano con la frente en alto, aunquetampoco puede prestarse como una hoja que impida ver el bosque de alimañas quedominan al país, como pretenden el confeso, su jefe protector y demás secuacesque se dedican a echar incienso en los medios de comunicación.
Obviamente que el chorro de tinta vertida enlas aguas periodísticas solamente busca empañar lo sucedido en la, esa sí,asquerosa cloaca donde chapalea el presidente a fuerzas y su grupo de ineptos oladronzuelos de cuello blanco, como su protegido e íntimo, el ibero-mexicanoMouriño: el As de Copas de su gabinete.
Es preciso aclarar el alcance y de qué clase dedaños se trata y procesar a los responsables. Este caso involucra al mismo queostenta el cargo de presidente de los mexicanos que así lo consienten y quienseguramente lleva tajada en los contratos de hidrocarburos que el gobiernopanista inconstitucionalmente firmó y entregó a socios extranjeros.
Seamos claros: las alimañas están de plácemeporque les robaron cámara los ingenuos perredistas que pensaron sacar unaelección acicalada en medio de una desbandada que no resistió la fuerzagravitacional de la esfera del poder económico. Se volvieron hoja mediáticamentemordida por gusanos.
Andrés Manuel López Obrador, desde que inicióla resistencia civil pacífica contra el robo de la presidencia, de supresidencia, de él y de millones de ciudadanos hasta ahora reacios a admitirque continúe indefinidamente la miseria de la mayoría, además de la caóticasituación que priva en todos los niveles, se mantuvo firme en no pactar enabsoluto con el espurio y su grupo. De ahí que más respaldo recibiera por partede quienes se vieron engañados y mantuvieron la congruencia de sostenerse en unprincipio esencial que equivale a renunciar a todo tipo de acuerdo queinvolucra al enemigo. El enemigo se volvió tal no por sus bases ideológicas, locual sería suficientemente minimizado por el espíritu democrático de lacontienda si lo hubiera tenido realmente, -finalmente estamos entre mexicanos- sino porque éste se transformó en una masa arrolladora que desbordó las reglas,por cierto no bien definidas y descargó una avalancha de mensajes de magro contenido social,abundante odio y desmedida cobertura hasta la saturación ofensiva y cruel. Sedesvirtuó mediáticamente la realidad, al punto de llevar a las masas a unestado de crispación y encono continuo que no pocas veces derivó en rupturasseveras. Surgieron las abismales distancias, discriminatorias e inhumanas, detipo racial y otras varas siegas para medir socialmente a la gente y darle suapelativo y un lugar en los escaños inferiores. Se removieron los sentimientosque creíamos extintos o al menos inofensivos. Todo por concretar un planperverso que atrasará por décadas los niveles culturales y la calidad de vidade los mexicanos.
Qué tanto ha afectado a la sociedad mexicana estefenómeno, es algo que quizá revelarán estudios que se hagan al respecto. Debeser una lesión bastante profunda, como un tumor que hace metástasis.
El comportamiento que mantuvieron y hasta lafecha llevan a cabo quienes conservaron el poder, no es otro que aquel quefavorece las oligarquías a través del control social. Éste se logra cuando setienen los hilos que mueven las áreas sensibles como los medios decomunicación, los organismos como el IFE, cuya vida ciudadana fue muy corta, el Supremo Tribunal de Justicia, laPGR, las cámaras industriales, elaparato gubernamental y fuerzas armadas. Todas estas instancias o institucionespresentan serio desgaste y agotamiento, por decir lo menos, lo cual se revelaen el estado que guarda el país en todos los órdenes que se involucraninstitucionalmente. AMLO lo repitiópor todos los medios a su alcance. Señaló estos cascarones pútridos como nidosde los auténticos peligros que amenazan y destruyen el presente y futuro de lasgeneraciones. Está muy claro y visible que dichas instituciones casi en sutotalidad son serviles con los que tienen dinero para comprarlas y en sumayoría son inoperantes para dar mínima respuesta a lo que la sociedad requiere.El crecimiento de la nación se encuentra estancado desde hace más de un cuartode siglo debido principalmente a políticas equivocadas que tienen origensimilar o idéntico a las que se aplican en la actualidad. La impunidad quegozan quienes se encuentran prendidos de los cargos públicos y abusan de elloes ejemplar mundialmente. La degradación y el peligro que significa vivir en Méxicosin acceso a un cargo público, es lo que mantiene a millones de ciudadanosatentos a lo que hace o dice el líder del movimiento civil que busca el cambiopor medios legales y pacíficos. De ahí la decisión de que no se tienda ni unasola mano hacia las manos sucias de quienes saquean y cínicamente violan lasleyes. Es tentador y a la vez peligroso, por lo que pudieran contaminar.
No lo entendieron de esta manera los llamados“chuchos”, quienes optaron por saludar de mano y hasta sentarse a la mesa conla clase dirigente manchada de ilegalidad y descrédito. Quizá pensaron que enmedio del diálogo pudieran atenazarles y finalmente someterles hasta lograrespacios o puntos favorables a la lógica perredista, todo parlamentariamente,como dictan los cánones de las llamadas democracias modernas, que no son si nomontajes aplicados por quienes ejercen el mando según las circunstancias decasa suelo, aquí y en China. Error. Sentarse con esta clase de enemigo nogarantiza en absoluto que pueda ceder un ápice. Al contrario, se trataprecisamente de la clase de elite que no tiene la mínima dosis ética, interés oescrúpulos, como para siquiera acordar respeto por los familiares de lasvíctimas o las elementales garantías humanas de la guerra. El ejemplo lotenemos a diario con Irak y las víctimas en turno de EU. Se trata del mismopoder que no piensa dos veces en cometer genocidio con tal de apropiarse de unbien, un recurso ajeno.
Ese poder se ha alojado en nuestro entorno ymaniobra como una larva cíclica que se alimentará de nuestros recursos graciasa las licencias que se otorgan quienes se hacen del poder. Estos que se vuelvenuna especie de emisarios serviles de los extranjeros, empleados de confianza decorporativos trasnacionales, al tiempo que se dicen presidentes del país y secomportan como tales; ceremonias, banda presidencial, vivir en Los Pinos,acomodar parientes para que reciban buenos sueldos y privilegios delpresupuesto. Historia sin fin que la Resistencia Civil Pacífica que encabeza elpresidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, pretende con todoslos medios posibles enterrar para siempre.
Que no se cuelguen de lo fallido que pudo serla elección perredista sus detractores para eclipsar la mierda que mantiene aCalderón pegado a su gente. El excremento los une como escarabajos peloterosque se ocultan bajo la tierra mediática que les ayuda a ocultar riqueza mal
habida.Es un asco la presidencia espuria y debemos insistir en señalarlo. El país irápeor con esta conducción sin arraigo republicano.
Por su parte, la izquierda y la oposición, que noes precisamente la izquierda, no más no se encuentran. No conectan entre sí losgrupos sociales que han despertado para efectuar el verdadero cambio: ElZapatismo, El Lópezobradorismo, Las Redes ciudadanas, La Nueva Izquierda y losgrupos más o menos radicales, semejan los conflictos de 1910, donde los bandoscoincidían en su postura contra la dictadura al tiempo que se mantenían tozudosen sus demarcaciones ideológicas, sin conceder razones a los discrepantes. Algunasde estas agencias se incorporan en las filas del PRD, en tanto otras marcan sus lineamientos y notan sólo no se agrupan si no que discrepan y critican mutuamente.
La izquierda basta para deshacerse a sí misma abase de rupturas y también la derecha, al igual que sucedió con el centro, inaugurado en la era PRI.
Las constantes históricas. Los seres humanosestamos dotados de las herramientas necesarias para acabar con los oponentes,sean estos de nuestra propia especie u otra de las que se han disputado losespacios vitales del planeta. No ha sido nada fácil para la humanidad hacersesociedad y no todas las sociedades han sido concebidas en función de lossujetos.
La eterna lucha de oponentes en la que seguimosenfrascados parte precisamente de qué tanto es el individuo y no los bienes loque debe prevalecer prioritariamente para la construcción del arquetipo social.Vivimos en un esquema donde se privilegia la propiedad y en segundo término alpropietario para dejar el cuidado de la misma a un tercer actor que es el pueblo,que ni la posee y tampoco tiene acceso a cuidarla conforme a su propiainiciativa y entender.
Dicha tensión ancestral es menguada por laevolución de los procesos de convivencia que han logrado en alguna medidaestablecer reglas que propician igualdades e integración. Las constitucionespolíticas tomadas como ley, son producto de esta dinámica con la cual lassociedades han conseguido orientar sus metas sin menoscabo del bien común ycierto particular, fortaleciéndose a su vez hacia el exterior.
Casi dos siglos de republicanismo en nuestropaís han contribuido a establecer un orden semejante en la forma a los que sedan en las naciones que iniciaron este sistema-mundo, (Walerstein) sin embargonos encontramos muy lejos de lo que han conseguido en cuanto a calidad de viday democracia gracias a este mismo modelo. Las razones desde luego que subyacenen nuestro devenir histórico donde se dan entrecruzamientos étnicos eideológicos sumamente contrastantes, en medio de la aplicación de una violenciagenocida sin par en los registros humanos.
De manera multifactorial nos encontramoscomprometidos social y culturalmente con diversas raíces y modos de percibir yadaptarse al mundo. Por si fuera poca nuestra original discrepancia, noshayamos en un momento de tensión que deja al Estado a merced de los embatescapitalistas que acosan sus propios cimientos.
Es inevitable que se den los cambios; el mundono era políticamente lo que es. No había naciones, ni partidos y la conducciónde los grupos humanos se dio de múltiples formas a veces favorables y enocasiones desfavorables a los intereses o necesidades colectivas.
El sistema mundo se haya en crisis,indudablemente. Hay agotamiento global en todos los órdenes sistémicos, desdelos ecosistemas hasta las sociedades urbanas y no se diga en las zonas alejadasque cuentan con recursos codiciables.
Esta realidad juega en nuestro territorio eincide decisivamente en las decisiones que se toman. De ahí parten las luchas.Existe una pugna mundial por los recursos estratégicos como los hidrocarburos oel agua. No hay códigos establecidos ni reglas para librarlas que no sea la leydel capital, la oferta y demanda controlada por no más de un millar deindividuos en el globo.
Ante esta situación nos queda la salidaciudadana a través de la política y esta desafortunadamente se ajusta a las formasy moldes ya viciados y obsoletos que no hemos descartado en México, con todo ysu arcaico ceremonial.
La lucha por el poder político no se da en elmarco de contiendas electorales transparentes si no en base a arrebatos ycheques millonarios que compran servicios de comunicación masiva, entre otrospaquetes diseñados para dar triunfos al mejor postor.
Época mediática en la que un puñado dearticulistas pueden hacer y se esfuerzan para que les quede mejor el diseño dela hoja que cubra el bosque invadido de depredadores, esos sí que deberíanestar en primer plano para encontrarles remedio, fumigarlos con la razón y laverdad difundida cabalmente.
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