11/13/2009


Mujeres en éxodo por la vida

Víctor M. Quintana S.
Ultimamente a las y los chihuahuenses les ha dado por tocar la puerta de la conciencia nacional planteando problemas que sienten muy en lo profundo, pero que no son problemas sólo de Chihuahua, sino de todo México.

Dos han sido los principales temas que plan-tean a la nación: el rescate del campo y la violencia contra la mujer. Con las tomas de puentes internacionales, con cabalgatas o tractoradas desde Ciudad Juárez hasta el Zócalo han iniciado lo que a la postre serán importantes movimientos campesinos nacionales, para renegociar el TLCAN en materia agrícola y reconstruir la agricultura campesina.

Las mujeres de Chihuahua también saben de marchas, de zócalos y de convocatorias a la nación. Su persistencia en el dolor hecho rabia, en la denuncia y en la exigencia colocó el tema del feminicidio en la agenda nacional desde hace ya década y media. En 2002, cuando Mujeres de Negro realizan su éxodo a pie, de Chihuahua a Ciudad Juárez, logran no sólo espacios en la agenda pública, sino que arrancan leyes contra la violencia de género, instituciones, procedimientos, políticas, protocolos.

A pesar de los ires y venires entre cantos, celebraciones místicas y protestas combativas, la violencia feminicida sigue ahí: en las aterrorizadas calles de Juárez, en los suburbios maquileros de Chihuahua, en las abigarradas conurbaciones del estado de México o en las campiñas donde el machismo parece parte del paisaje. Por eso Mujeres de Negro atacan de nuevo. Atacan apatías, conciencias adormiladas, percepciones ya acostumbradas a que los asesinatos de mujeres sean algo ordinario. Políticas públicas agazapadas en la letra muerta de las leyes o en la tibieza de burocracias omisas.

Por eso este martes 10 han iniciado otro éxodo, ahora de la ciudad de México hasta Ciudad Juárez. Son amas de casa, madres de muchachas desaparecidas o asesinadas, profesionistas, intelectuales, periodistas, campesinas. Llevan con ellas una campana que repicarán por todo el camino y se detendrán en todas las ciudades para sacudir conciencias en un momento en que las angustias por la sobrevivencia y por el abismo en que los poderosos han sumido al país parecen acaparar la atención pública.

Son portadoras de 10 demandas: varias giran en torno a la erradicación de la violencia de género, persistente en el lugar que se supone sería más seguro para ellas: el propio hogar. También presente en el lugar de trabajo, en las calles patrulladas por el Ejército, en el acoso sexual, en los feminicidios que han dejado de ser un fenómeno característico de la frontera. Piden toda la energía para combatir éstos, prevenirlos, terminar con la impunidad, erradicarlos. Exigen la implementación de políticas públicas eficaces para garantizar la vida libre de violencia para las mujeres, entre ellas que se haga operativa y eficaz la llamada Alerta de violencia de género.

Se hacen portavoces del reclamo silencioso de muchas regiones por desmilitarizar el país y terminar con las violaciones de derechos humanos por parte de elementos de las fuerzas armadas, acabando con el fuero militar. Exigen se garanticen la integridad física y emocional de toda la población agredida, sobre todo las mujeres.

Demandan igualdad sustantiva en derechos que se traduzca no sólo en leyes, sino en mecanismos efectivos para que lleguen de manera justa y participativa a puestos de elección popular en todos los niveles y órdenes de gobierno. Exigen se respeten sus derechos sexuales y reproductivos, amenazados y nulificados por la ofensiva emprendida por las fuerzas conservadoras en varios estados de la República que las despoja de su derecho a decidir sobre su propio cuerpo y las victimiza doblemente cuando se les convierte en criminales por ejercer su derecho legítimo a interrumpir su embarazo luego que son víctimas de una violación.

Hay quienes dicen estar por la vida porque prohíben, condenan anatematizan, culpabilizan y encarcelan. No es el caso de estas valerosas mujeres norteñas. Ellas están por la vida porque denuncian la violencia feminicida al tiempo que ayudan a las víctimas y trabajan para que se extirpe de la médula de esta sociedad. Están por la vida porque no quieren que a ninguna madre le suceda lo que a varias de las que hoy peregrinan, que un día vieron salir a su muchacha de casa y no la volvieron a ver, si no fue en la morgue. Porque sus manos, su cabeza y su corazón trabajan todos los días por la justicia.

Por ahí van marchando las Mujeres de Negro. Con su nuevo éxodo quieren que la nación entera las acompañe a transitar de la realidad de muerte, opresión y violencia de género, a una nueva realidad construida por todas y todos, de plenitud de derechos, de plenitud de vida. A eso llama la campana que van cargando y haciendo repicar por media República.

Autoridades de justicia locales brillaron por su ausencia

Morelos abrió los brazos al Éxodo por la vida de las mujeres

De la Redacción

México, DF, 12 nov 2009 (CIMAC).- En lo que va de este año suman 30 mujeres asesinadas en Morelos; por ello, el primer punto de llegada del recorrido “Éxodo por la vida de las mujeres” fue esta entidad que registra, proporcionalmente, el número más elevado de feminicidio en el país.

Como parte de la campaña “Ni una más”, el colectivo Mujeres de Negro –conformado por organizaciones sociales y de mujeres del Estado de Chihuahua que son integrantes de la organización internacional del mismo nombre– llevaron la campana emblemática de la campaña hasta las puertas de la Procuraduría de Justicia del Estado (PJEM) como parte de la ruta que dio inicio en el Hemiciclo a Juárez de la Ciudad de México el pasado 10 de noviembre y que culminará el lunes 23 de este mes en Ciudad Juárez, Chihuahua, con el fin de visibilizar la violencia que sufren miles de mujeres en todo el país.

A las afueras de las instalaciones de la procuraduría, en Avenida Morelos, las organizaciones protestaron por la absoluta omisión y cerrazón de las actuales autoridades del estado, pues, señalaron, pese a las solicitudes reiteradas se ha negado el derecho de audiencia a las agrupaciones civiles que conforman el Comité contra Feminicidios del Estado de Morelos y no se ha hecho nada para detener los asesinatos perpetrados contra mujeres en la entidad.

En el lugar se realizó un performance con mantas y pancartas en demanda de justicia; no obstante, las autoridades volvieron a dar muestra de su desinterés y absoluto desdeño a la sociedad civil pues, contra lo que se esperaba, el titular de la institución, Pedro Luis Benítez Vélez, no se presentó.

En el siguiente punto del recorrido, el Congreso del estado, las y los integrantes de organizaciones sociales nacionales y locales fueron recibidos por la presidenta de la Comisión de Equidad, Tania Valentina Rodríguez Ruiz; el presidente de la Junta de Coordinación Política, Jorge Arizmendi; el presidente de la Mesa Directiva, Othón Sánchez Vela, así como por diputadas y diputados de distintos partidos, como Acción Nacional (PAN), el de la Revolución Democrática (PRD), el Verde Ecologista de México (PVEM) y Convergencia.

Tras un minuto de silencio, roto el grito de “justicia, justicia”, las representantes de la organización Mujeres de Negro hablaron del motivo de este éxodo. Luz Estela Castro –abogada de Justicia para Nuestras Hijas, organización conformada por madres y familiares de mujeres asesinadas y desaparecidas– destacó que este movimiento surgió en Chihuahua y hoy se está expandiendo por el país pues lamentablemente la violencia contra las mujeres está presente en todo el territorio nacional.

La jurista, quien ha llevado casos de feminicidio hasta instancias internacionales, declaró que los asesinatos y desapariciones de mujeres que han derivado en recomendaciones de instancias como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no sólo son para Chihuahua: también para el gobierno de México.

COMISIÓN DE SEGUIMIENTO Y OBSERVATORIO

Por su parte, las y los diputados morelenses se comprometieron a conformar una comisión de seguimiento de feminicidio similar a la que se integró en el Congreso de la Unión.

Cabe recordar que la Comisión especial para conocer y dar seguimiento a las investigaciones relacionadas con el feminicidio en México y la procuración de justicia vinculada se constituyó en marzo de 2004. La feminista y diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Marcela Lagarde y de los Ríos, presidió la comisión y demandó castigo para quienes, por omisión, negligencia o colusión, permitieron los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez

Ante los pronunciamientos de diputadas y diputados que expresaron su apertura, solidaridad, y compromiso con este reclamo de justicia, Luz Estela Castro celebró que el Congreso del estado de Morelos tenga una nueva composición y actitud con las agrupaciones sociales.

Vestidas de negro, con el continuo repicar de campanas, portando cruces rosas y con un performance de mujeres arrastrando cruces, pancartas y mantas, las mujeres y los hombres que se sumaron a la ruta caminaron a la sede del Poder Judicial, donde depositaron una corona floral como ofrenda a la efigie de la “justicia muerta”.

En esta sede, donde las organizaciones fueron recibidas por el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Ricardo Rosas Pérez, las y los activistas propusieron conformar un observatorio para seguir las sentencias sobre asesinatos de mujeres y medir la eficacia en razón de la satisfacción de las víctimas. Además, por medio del observatorio se podría identificar cuántos procesos llegan a juicio oral y cuáles se quedan en el camino, señalaron.

Las personas que se sumaron al éxodo indicaron además que, en tanto no haya sentencias de culpables, continuarán la violencia institucional, la violencia feminicida y la impunidad, y destacaron que desde el norte del país estarán pendientes y harán lo necesario para que no se siga asesinado a mujeres por el mero hecho de serlo.

Las y los integrantes de las organizaciones participantes, entre ellas la Academia Morelense de Derechos Humanos, la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser), Enaguas Zurcidas, la Fundación Don Sergio Méndez Arceo, el Observatorio Morelense de Derechos Humanos, la Comisión Independiente de Derechos Humanos, Impulsac, Comaletzin, CD4, Juntos por Amor, Cidhal, Lesboss y Alianza por la Ciudadanía Sexual Diversa despidieron después a las Mujeres de Negro, quienes continuaron su marcha a Ciudad Juárez y ratificaron que no están solas.

El “Éxodo por la vida de las mujeres” salió hoy rumbo a Toluca.

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